La preocupación por el reciclaje de baterías ha surgido durante mucho tiempo, pero ahora que los vehículos eléctricos están en producción en masa, es aún más importante que la industria lo trate. Por ello, fabricantes como Volkswagen han puesto en marcha un programa piloto en la nueva planta de Salzgitter, Alemania.
Ciertamente, ya es hora de que una compañía que se jacta de ser el segundo mayor constructor de automóviles del mundo comience a abordar la inevitable pregunta que atañe a todo vehículo eléctrico: ¿Qué pasa con las baterías?
Si bien Volkswagen no llega temprano ni tarde a este asunto (marcas como Nissan comenzaron a desarrollar esta problemática en 2010, mientras que otros como Toyota, Audi, BMW y Tesla se han asociado con terceros para procesar los deshechos de sus baterías), la firma alemana es uno de los pocos que tiene como objetivo su propia operación interna planeada en enfocarse en baterías que han llegado al final de su vida útil. Porque cuando están en ese punto, ya no son aptas para reutilizarse, continúan con su procesamiento en varias plantas de todo el mundo.
El primer paso es un análisis de los módulos de las baterías para determinar si todavía es lo suficientemente potente como para que se le dé una segunda vida en otras aplicaciones, como de almacenamiento de energía o para vehículos/robots eléctricos que no necesiten moverse a altas velocidades; solo se reciclarán las baterías que ya no se puedan utilizar para otros fines. La tasa de recuperación inicial, dice Volkswagen, supera el 70 % del peso de la batería, mientras que el objetivo a largo plazo –concretamente a finales de esta década– es que supere el 90 %.
Podemos decir por tanto que la relativamente pequeña planta de Salzgitter de Volkswagen es una instalación encargada de dar el golpe de gracia a las baterías ya dadas por muertas. Estas se desmontan y se dividen en grupos compuestos, lo que genera un producto que se conoce como pólvora negra. Este subproducto contiene todas las materias primas necesarias para fabricar los nuevos cátodos (litio, níquel, manganeso, cobalto y grafito), y es solo una de las múltiples partes del proceso dedicado a extraer la mayor cantidad de recursos de esas baterías ya inservibles.
El proceso de reciclaje, que ayuda a minimizar las emisiones de CO2, no requiere una fusión de alto consumo energético en un horno. Los sistemas de baterías usados se entregan, se descargan y se desmontan. Las partes individuales se muelen en gránulos en la trituradora y luego se secan. Además el mencionado valioso “polvo negro”, el proceso produce de aluminio, cobre y plásticos . Posteriormente, distnitos socios especializados llevan a cabo la separación y el procesamiento de las sustancias mediante procesos hidrometalúrgicos, utilizando agua y agentes químicos.
Volkswagen menciona que este complejo método recupera “más del 95 % del peso de la batería” y que espera crear un proceso de reciclaje de ciclo cerrado para todos sus cátodos. Este circuito cerrado, a la larga, reducirá notablemente la cantidad de extracción de materia prima necesaria. La compañía apunta a reciclar alrededor de 1.500 toneladas al año, o hasta 3.600 sistemas de baterías, al comienzo de operar, una cifra pequeña en comparación con la cantidad total que necesitarán ser recicladas en un futuro. La marca es consciente de ello, e irá ampliado las capacidades de la planta.
“Volkswagen Group Components ha dado un paso más en su responsabilidad integral sostenible de la batería como un componente clave de la movilidad eléctrica”, manifestó Thomas Schmall, miembro del Consejo de Administración de Volkswagen. “Estamos implementando el ciclo de materiales reciclables sostenibles y desempeñamos un papel pionero en la industria para un problema orientado al futuro con un gran potencial para la protección del clima y el suministro de materias primas”, añade.
“Como consecuencia, los componentes esenciales de las celdas de baterías viejas se pueden usar para producir nuevo material de cátodo”, explica Mark Möller, director de la Unidad de Negocios de Desarrollo Técnico y E-Movilidad. “Gracias a nuestra investigación, sabemos que las materias primas de las baterías recicladas son tan eficientes como las nuevas. Tenemos la intención de respaldar nuestra producción con el material que recuperamos, pues la demanda de baterías y las correspondientes materias primas aumentará, podemos aprovechar cada gramo de material reciclado”.
Fuente: Volkswagen
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