Cuando pensamos en un coche familiar vienen a nuestra cabeza atributos como el espacio o la comodidad. Pero, ¿por qué no sumar la deportividad a esta ecuación? Esto debió pensar cierta marca alemana con cuatro aros como logo y a día de hoy sigue aplicando esa fórmula. Ahora queda patente con el Audi RS 4 Avant 2018, la versión tope de gama del familiar, que ya va por su cuarta generación y que se muestra más rápido y eficaz que nunca.
Aunque ya hablamos largo y tendido acerca de la historia del RS 4 Avant, toca hacer un pequeño repaso. Todos los caminos van hacia el mismo sitio: al Audi RS 2 Avant. Lanzado en 1994, su desarrollo se hizo de forma conjunta con Porsche y montaba una mecánica de cinco cilindros y 315 CV. A día de hoy es un ejemplar muy cotizado debido a su pedigrí y a su exclusividad, apenas se hicieron 2.891 unidades. Fue único en su especie, pues su sustituto ya fue el RS 4 Avant B5.
Con el cambio de nomenclatura en 1999 llegaba esta nueva bestia que alcanzaba 380 CV gracias a un V6 biturbo de 2.7 litros puesto a punto por Cosworth. Para 2005 llegaba el RS 4 Avant B7, que daba el salto al motor V8 atmosférico de 4.2 litros y aumentaba la potencia hasta los 420 CV. La mecánica se mantuvo en la tercera generación, aunque esta vez con 450 CV. Curiosamente es la misma cifra que tiene el coche que tenemos entre manos, pero vamos a analizar los cambios que introduce.
Exterior
Si nos centramos en su diseño exterior, el Audi RS 4 Avant sigue las características de la marca. Por un lado no es demasiado radical, no llamará mucho la atención y para el ojo no experto será un familiar algo pintón. Pero por otro lado será fácilmente reconocible para los verdaderos entendidos gracias a una serie de detalles. Si comenzamos por el frontal podemos ver un paragolpes más prominente con una ancha parrilla Singleframe con acabado de panal de abeja y unas tomas de aire ensanchadas. En el borde inferior de la rejilla queda la inscripción «quattro» y más abajo un spoiler en fibra de carbono.
La vista lateral también esconde algunos toques RS. Empezamos por los retrovisores en gris plata, color reservado para esta versión. Las discretas barras de techo van en este mismo tono. Si bajamos la mirada no faltan unos faldones laterales más abultados. Sirven para introducir esos pasos de rueda ensanchados que albergan unas enormes llantas de 21 pulgadas en nuestra unidad. En el interior encontramos unos discos del tamaño de paelleras y unas pinzas muy especiales…
La zaga podría pasar algo más desapercibida en la parte superior. Apenas un spoiler de techo, unas rejillas en la zona laterales de los pilotos y la inscripción RS 4 a la izquierda de la matrícula. Se podría confundir con un S ‘a secas’ si no fuera por lo que nos espera en la zona inferior. Allí encontramos un llamativo difusor trasero de fibra de carbono que integra dos imponentes salidas de escape ovaladas y que da una anchura bastante considerable (3 cm más de vías tiene).
Aunque trate de inspirarse en todo un coche mítico de la competición como fue el Audi 90 Quattro IMSA GTO, tampoco quiere renunciar a la practicidad. Por eso tiene las medidas de un familiar medio bastante generoso. Se trata de un coche con una longitud de 4,78 metros, con una anchura de 1,87 metros y una altura de 1,40 metros. A esos hay que sumar una distancia entre ejes de 2,83 metros que asegurará un espacio interior a la altura.
Interior
Con el habitáculo del Audi RS 4 Avant nos sucede un poco lo mismo. Reúne toda la tecnología que vimos en otros modelos de la marca y la adereza con unos toques deportivos imperdibles. Por la parte tecnológica tenemos el sistema MMI touch con su ruleta controlando la pantalla principal de 8,3 pulgadas, que tiene una resolución muy buena y navegación 3D entre otras. Detrás del volante está el ya habitual Audi Virtual Cockpit de 12,3 pulgadas haciendo las veces de instrumentación.
Y si ya hablamos de los componentes exclusivos del RS hay que empezar por los asientos deportivos con ajuste eléctrico y una exquisita tapicería de cuero con motivo hexagonal que te abrazan en cada curva. No se queda atrás el volante deportivo RS, achatado en su parte inferior y forrado en cuero perforado. Hay un buen número de molduras en fibra de carbono en la zona de las puertas, el salpicadero o la consola central.
Si en un A4 Avant normal ya habríamos alabado la calidad interior, en este caso se resalta por su condición de tope de gama. Ya hemos comentado el nivel de los materiales, entre el cuero y la fibra de carbono queda claro el nivel. Los pocos plásticos que encontramos son de tacto agradable y los acabados son sencillamente sobresalientes. Todo está en su sitio y no hay crujidos fuera de lugar. Incluso el sonido que nos llega de pulsar cada botón es característico y personal.
Y aunque estemos ante un coche muy deportivo, también es un modelo muy familiar. Su habitabilidad apenas se ha visto comprometida y eso significa que habrá mucho espacio para los pasajeros. Las plazas delanteras, a pesar de su forma de semibaquet, ofrecen gran comodidad y la facilidad de los reglajes eléctricos. El espacio libre hacia el techo no será problema ni para los más altos.
En las traseras no se queda la cosa atrás. Se cuenta con un acceso fácil gracias al gran ángulo de apertura de las puertas. Una vez dentro vemos que las plazas laterales están muy marcadas y que ofrecen buenas cotas de anchura y de espacio para las piernas. La única pega que tenemos que sacar es la estrechez de la plaza central, que también se ve perjudicada por un prominente túnel de transmisión.
Maletero
El maletero del Audi RS 4 Avant tiene 505 litros de capacidad, exactamente lo mismo que el modelo ‘no RS’. Destaca por sus formas regulares, muy aprovechables gracias a las líneas rectas. La forma en la que se pliega la bandeja ayuda bastante desde el primer momento. En los laterales habrá dos huecos portaobjetos bastante útiles. También son provechosos los raíles en el suelo que nos permiten fijar la carga con unas redes.
El portón cuenta con apertura eléctrica y nos deja una boca de carga muy amplia y a una altura aceptable. Bajo el piso parece haber espacio para una rueda de repuesto de emergencia (aunque en nuestra unidad no estaba presente) y para otras cosas como los triángulos de emergencia. Si necesitamos más espacio siempre se pueden abatir los asientos en tres partes (40:20:40) para dejar una capacidad de 1.510 litros.
Equipamiento
El Audi RS 4 Avant es un coche con un precio base de casi 100.000 euros. Con esta tarifa podríamos esperar un equipamiento de lo más completo y en parte es así. Ya de serie contamos con todo el paquete exterior, con su kit de carrocería ensanchada o los faros LED. Sin embargo, hay elementos que lleva nuestra unidad como las llantas de de 21 pulgadas o las inserciones de fibra de carbono que aparecen en la lista de los opcionales.
Lo mismo ocurre en el interior, que ya cuenta con la tecnología antes mencionada de serie, pero que en este caso se ha completado con bastantes extras. Habrá que ‘tirar de cartera’ para montar los asientos deportivos RS o el volante RS, concretamente dos de los elementos que más habíamos alabado. También son opcionales las inserciones de fibra de carbono o el sistema de sonido Ban & Olufsen con 10 altavoces y 755 vatios de potencia.
También encontramos una larga lista de opcionales que afectarán a su comportamiento, algunos que merecen mucho la pena ciertamente. Nuestra unidad lleva prácticamente todo: el Dynamic Ride Control, la dirección dinámica, el diferencial deportivo trasero, los frenos cerámicos o el sistema de escape RS Sport. Estos elementos cambian por completo la personalidad del coche y también aumentan la factura final cuantiosamente, pues no son precisamente baratos.
Motor
Llegando al apartado mecánico tenemos sentimientos encontrados. La pérdida de un bloque V8 atmosférico (el que tenía su predecesor) siempre es motivo de pena, pero Audi ha querido asegurarse que no se le echa de menos tirando de rendimiento. Bajo el capó encontramos un V6 biturbo de 2.9 litros que ya impone con solo verlo desde fuera gracias a una cubierta de fibra de carbono y los colores de Audi Sport.
Este bloque ha sido potenciado hasta los 450 CV y 600 Nm de par de las 1.900 a las 5.000 rpm. Coincide que es la misma potencia que generaba el anterior V8, pero con las ventajas de los 170 Nm más de par y con un peso más contenido con 31 kg menos. Va ligado obligatoriamente a la transmisión automática tiptronic de ocho velocidades (la de doble embrague lo pasa peor con ese par) y también a la tracción integral quattro, como no podía ser de otro modo.
Si echamos un vistazo a su ficha técnica es cuando empiezan los nervios. El nuevo Audi RS 4 Avant es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y hacer una recuperación de 80 a 120 km/h en apenas 2,9 segundos. Podría seguir cogiendo velocidad hasta los 250 km/h, que es el punto hasta el que está limitado electrónicamente. Aunque se puede optar por el paquete RS dynamic para que aumente hasta los 280 km/h.
Comportamiento
Pero todos esos datos se nos olvidan cuando nos ponemos a los mandos del Audi RS 4 Avant. En cuanto pulsamos el botón que da vida a la mecánica V6 incluso se nos olvida la potencia y el número de altavoces del sistema de sonido Bang & Olufsen. De hecho, no hay mejor melodía que la que nos regala el motor y el sistema de escape opcional RS Sport. Vale que no tendrá la personalidad del V8, pero en el modo deportivo tiene un rugido ronco y audible que queda aderezado con algún que otro petardeo que nos arranca una sonrisa.
Cuando retomamos la concentración para comprobar el desempeño del motor quedamos gratamente sorprendidos. El seis cilindros es tremendamente elástico, con una entrega de potencia en un amplio rango de revoluciones. Ya hemos visto que los 600 Nm de par llegaban desde bien abajo, por lo que no lo notamos nada perezoso en bajas. Pero donde más se disfruta es en la zona media y estirando hasta ya pasadas las 6.000 rpm.
Más vale que si vas a pisar a fondo vayas preparando las cervicales, porque la forma en que deja pegado al asiento es épica. Va engranando marchas sin descanso y comprendemos con rapidez porqué su instrumentación marca hasta 320 km/h. Y volviendo a la transmisión, lo cierto es que la tiptronic de convertidor de par podría ser menos rápida (y por lo tanto menos adecuada) que la habitual S tronic de doble embrague. Sin embargo, nos satisface la celeridad entre marchas y, sobre todo, la suavidad con la que se concatenan.
Aunque esto también depende mucho del modo de conducción que llevemos seleccionado. El Audi RS 4 Avant es un camaleón capaz de cambiar por completo en función del hábitat en el que se mueva. De esta forma podremos llevar a los niños al colegio con total comodidad utilizando el modo Comfort y luego disfrutar de nuestra carretera de curvas preferida mientras disfrutamos del máximo rendimiento que nos ofrece el modo Dynamic.
El tarado de la suspensión es uno de los grandes aciertos, uno de esos elementos que consiguen que sea tan versátil y cumplidor en cualquier campo. Si bien es considerablemente más rígida que la de un A4 Avant, no resulta nada incómoda. En cuanto a la dirección si es posible que se hayan pasado al buscar la comodidad. Con esos parámetros se ha perdido parte de la comunicación y también echamos de menos algo más de reactividad por su parte.
Y esto también se podría aplicar ligeramente al comportamiento del coche. No hay que malinterpretar, pues se trata de una máquina con un aplomo sobresaliente y una agilidad que sorprende si tenemos en cuenta que supera los 1.700 kg. Pero quizás será demasiado neutro para algunos usuarios que quieran un coche más juguetón y exigente. Con el Audi RS 4 Avant se puede lograr pasos por curva realmente rápidos y seguros sin ser ningún piloto experto.
La clave para lograr ese objetivo no es otra que la tracción integral quattro, que en condiciones normales va entregando un 40 % del par al eje delantero y un 60 % al trasero. En situaciones de baja adherencia puede llegar a mandar un 70 % a las ruedas delanteras o un 85 % a las traseras. Para mejorar más aún la tracción y redondear las curvas, se puede montar un diferencial deportivo en el eje trasero que logra mejorar el conjunto.
Y llegados a este punto en el que hemos hablado de sus vertiginosas prestaciones no podíamos obviar la frenada. Nuestra unidad monta los discos de freno cerámicos de 400 mm de diámetro, mordidos por pinzas de seis pistones. En frío su tacto será tosco, pero cuando entran en calor son imparables e inagotables. Tenemos que terminar la prueba con los consumos, probablemente uno de los aspectos que menos preocupen al comprador de este tipo de coche. Son bastante lógicos y conseguimos una media algo por debajo de los 12 litros. También hay que reconocer que abusamos de secundarias y que en autopista a ritmos legales podremos rondar los 8-9 litros.
Opinión coches.com
La historia de Audi con las carrocerías familiares en formato deportivo es un idilio muy llamativo. No les importa poner sus siglas RS en los A4 y A6 Avant, dejando a las berlinas con una simple S, su corazón siempre les ha delatado. Y lo cierto es que no vamos a ser nosotros quienes critiquen este acto, pues el Audi RS 4 Avant es sin ninguna duda uno de los coches más versátiles del mercado actual. Aunque suene a tópico, realmente válido para llevar a los niños al colegio y irse directo a hacer unas tandas en circuito.
Su aspecto, aunque tiene detalles algunos deportivos muy llamativos no será demasiado estridente para el ojo no experto. Por dentro se trata de un adalid de la marca de los cuatro aros y destaca por su completa tecnología y su indudable calidad. Pero lo que realmente cautiva en este modelo es su comportamiento dinámico. Un chasis a prueba de bombas junto a una mecánica sobresaliente que consiguen embaucar a cualquiera.
- Prestaciones y desempeño de la mecánica V6
- Comportamiento dinámico intachable
- Familiar y deportivo, versatilidad al poder
- Precio de partida elevado
- Equipamiento opcional muy caro
- ¿Demasiado equilibrado?
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