No cabe duda alguna de que Kia ha encontrado un filón en su SUV compacto. La generación anterior supuso que el coche se enfocase sin matices al asfalto, que era justo lo que demandaba el mercado. Se colocó como segundo producto preferido por los españoles de su segmento, el primero de la marca. De hecho, casi uno de cada tres coches que la marca vende en Europa, uno es un Sportage.
Tras varias actualizaciones que no cambiaron la esencia del vehículo (es comprensible dada la importancia en el balance), a finales del año pasado llegó el Kia Sportage 2016. Se trataba de una apuesta más arriesgada en cuanto a diseño. Conocimos de primera mano en su presentación internacional, donde pudimos probar el más alto de gama: Un Sportage 2.0 CRDI de 184 CV 4×4 GT Line.
Desde luego, el coche mejoraba y mucho Sin embargo, la propia marca reconoce que entorno a un 80% de las ventas corresponden a la versión diésel menos potente, el Kia Sportage 1.7 CRDI 115 CV y tracción delantera.
El coche se sigue vendiendo bien, pues ocupa habitualmente la segunda posición entre los SUV compactos más vendidos tras el sempiterno Nissan Qashqai (algún mes tercera, pues se cuela delante de él su hermano, el Hyundai Tucson). Y ojo, que si eliminamos las matriculaciones del canal de empresas y alquiladores y nos centramos en el canal de particulares (personas como tú o como yo), hay muchos meses –sin ir más lejos, el de septiembre- que lideran.
¿Qué lo hace tan atractivo? Hemos pasado una semana con él, conduciéndolo en ciudad, autovía, carreteras de montaña y algún camino de tierra sencillo para descubrirlo.
Exterior
Un coche no arrastra masas cuando tiene un diseño que desagrada. La anterior generación del Sportage (probamos la última de sus evoluciones, el Sportage 2014), contaba con el típico diseño que gusta a todo el mundo. Al contrario que ahora. Con tanto rival en el segmento de moda, ya no se trataba de hacer un coche con unas formas tan asépticas como el anterior. Había que arriesgarse un poco.
Con las primeras imágenes en foto pensé que se les había ido la mano con ese frontal, pero en la presentación del modelo reconocí que en persona gana. Desde luego con el nuevo acabado GT-Line, pero también con este que contaba nuestra unidad.
En esa parte delantera la característica parrilla con forma tiger nose (hocico de tigre) ya no se encuentra, como es habitual, flanqueada por las ópticas, sino que ahora los faros van algo más elevados y se extienden por un capó que tienen dos nervios muy marcados, acentuando la deportividad del modelo.
Una diferencia sustancial del acabado GT-Line (que no se puede elegir con este motor), respecto a los convencionales son las luces antiniebla, con tecnología LED y diseño tipo “cubitos de hielo” que en España estrenó el pro_cee´d GT y se ha ido extendiendo a todos los modelos de la gama con el acabado más deportivo. En su lugar, las versiones básicas cuentan con un diseño redondeado. El protector de bajos va en color negro, mientras que en los GT tiene un efecto aluminio.
Cuando le echas un ojo a su lateral observas que no ha variado tanto esa imagen que combina robustez y deportividad gracias a que la silueta desciende lentamente hacia la parte trasera . Hablamos de un SUV de 4.480 mm de longitud, con una amplia batalla de 2.670 mm.
Respecto al anterior modelo, aumenta ligeramente el voladizo delantero (20 mm) y es algo más corto el trasero (10 mm). Este dato, junto a una mejor aerodinámica (0,33 Cx por O,35 Cx el anterior Sportage, gracias a los paneles inferiores y los paragolpes ) explica por qué nos parece más deportivo… aunque se trate de un coche alto como es un SUV y no varíe los 1.855 mm. De anchura
En esa vista lateral encontramos también nuevas líneas de expresión en las planchas de la carrocería y un spoiler trasero más largo. Las llantas de 17 pulgadas, bajo los pasos de rueda (mucho más prominentes que en el modelo anterior) nos recuerdan que como buen SUV, no olvida la robustez.
[vc_row][vc_column width=»1/2″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][/vc_column][/vc_row]
Es la zaga una zona bastante trabajada, con líneas muy horizontales que le hacen ganar aplomo a la vista, pues así se tiene la impresión de que es más ancho. Destacan sobremanera los pilotos con tecnología LED, muy estilizados y que van unidos por una tira que recorre todo el ancho del vehículo. Eso ha obligado a separar catadióptricos y luces de marcha atrás, colocándolos en una posición más baja.
En lo más alto encontramos la antena con diseño “aleta de tiburón”, ya presente en la última de las actualizaciones del modelo. Y en la parte baja el difusor, que abraza una discreta salida de escape.
Interior
Es sin duda el habitáculo donde el Kia Sportage acabará de conquistar a muchos usuarios. Para empezar, por su amplitud. No es que el anterior fuese malo en este sentido, pero ahora crece en espacio disponible en altura (sobre todo en las plazas traseras) y para las piernas (aquí son las delanteras las que ganan algo más).
Comodidad ante todo, para lo cual se cuenta con también con unos asientos más confortables, ya que se han reducido mucho las vibraciones que llegan a los mismos, al tiempo que son más rígidos, con nuevas espumas y muelles. Es sencillo regularlo, tanto los delanteros como los traseros (en 7 pasos, de 23 a 37 grados) El acceso será más sencillo gracias a que el suelo interior está 40 mm más bajo. Y eso, en el caso de los niños, se nota… si bien los asientos están algo alejados del exterior por las formas de la carrocería.
Quizá el único punto flaco en este apartado es que la anchura detrás es algo justa para tres adultos. El que ocupa la posición central tiene un asiento menos mullido y debe abrir las piernas para sortear una protuberancia a sus pies (incluso en este tracción delantera). Para viajar cuatro personas (nuestro caso, tres adultos y un niño con un sistema de retención infantil), resulta perfecto.
El diseño del puesto de conducción, muy orientado y pensado para el conductor, está muy bien resuelto, pensado para que no deba desviar su vista demasiado de la carretera. Se ha separado los botones claramente en dos zonas:
- Monitorización: instrumentación y la pantalla de 8 pulgadas en el centro de la consola, de manejo sencillo y muy intuitivo
- Control: Bajo una línea que recorre el salpicadero se ubican huecos portaobjetos (con entradas de USB, Aux y toma de corriente), sensores de aparcamiento, Start& Stop….
No faltan numerosos huecos portaobjetos, en las puertas, con una generosa guantera y un cofre central entre los asientos delanteros que resulta muy útil.
La calidad de realización es muy buena y sigue los pasos del Sorento (ver prueba), el coche que marcó un paso adelante. Los materiales empleados son muy buenos para el precio del coche, incluso en zonas como las puertas que a veces se descuidan un poco.
Maletero
[vc_row][vc_column width=»1/2″][/vc_column][vc_column width=»1/2″][/vc_column][/vc_row]
El maletero cuenta con 503 litros de capacidad, si bien con la rueda de respuesto temporal esa cifra se reduce ligeramente y se queda en 491 litros. Junto a ella Kia ha reservado un espacio muy útil para poder guardar recogida la cortinilla cuando no se usa.
Cuando abatimos los respaldos de los asientos traseros queda una superficie totalmente plana (el suelo puede colocarse a una altura superior para que así sea) que alcanza los 1.492 litros (1.480 con la rueda). Los datos de capacidad son de los mejores de su segmento.
Equipamiento
En nuestras manos contamos con la versión más equilibrada de la gama, el acabado Drive, situada entre el básico Concept (que ya no tanto como antaño) y el Emotion. A estas terminaciones se le una de carácter más deportivo, el GT-Line, que protagonizó nuestra primer contacto con el modelo.
Va bien servido en sistemas de seguridad, con asistencia de frenada de emergencia, control de estabilidad, el asistente de mantenimiento en el carril, control de crucero con limitador de velocidad, control del ángulo muerto y tráfico trasero y el reconocimiento de señales, seis airbags, sensores de aparcamiento traseros…
Cuenta con todos los aditivos estéticos del concept, como las barras en el techo, luces diurnas tipo LED, volante y palanca de cambios en pie… y otros propios como las llantas de aleación de 17 pulgadas, los retrovisores plegables con el intermitente incorporado, ópticas traseras LED y lunas oscurecidas.
En el apartado de infoentretenimiento dispone del navegador 2.0 con pantalla de 7 pulgadas con asistente de estacionamiento y servicios de conectividad, USB para las plazas traseras, panel de instrumentos supervision 4,2 pulgadas climatizador bizona…Además, nuestra unidad contaba con el Pack Total que incluye faros bixenon y lavafaros (con muy buena iluminación), techo solar panorámico y faros adaptativos (algo errático en algún momento, como es habitual en estos sistemas).
Este último paquete suma 1.700 euros a los 25.560 por los que se vende actualmente este Kia Sportage 1.7 CRDi 115 CV 4×2 con acabado Drive. Ojo, que la marca ofrece descuentos (el precio queda muy cercano a lso 25.000)… y también los concesionarios. Puedes encontrar la mejor oferta de Kia Sportage en concesionarios oficiales de toda España en nuestra web, así como comparar el seguro para encontrar el que mejor se ajuste a tus necesidades y presupuesto.
Motor
Estamos ante el motor diésel de acceso, el 1.7 CRDI de 115 CV con cambio manual de seis velocidades y tracción a las ruedas delanteras. Se trata de una mecánica de cuatro cilindros con 1.685 cc de cilindrada que ofrece sus 115 CV de potencia máxima a 4.000 rpm y 280 Nm entre las 1.250 y 2.750 rpm.
Con un peso de 1.564 kg, no tiene unas prestaciones fulgurantes, ya que anuncia una aceleración 0 a 100 km/h en 11,5 segundos (y una cifra similar para recuperar de 80 a 120 km/h, 11,6 segundos). Alcanza una velocidad máxima de 185 km/h. Como contrapeso, un consumo combinado homologado muy bajo, de 4,6 l/100 km… y unas emisiones de CO2 de 119 g/km, el único de toda la gama que queda exento del impuesto de matriculación (es único Sportage diésel con sistema start-stop,, incluido en el paquete Ecodinamycs).
Por encima uno puede elegir el 2.0 CRDI con 136 CV (con tracción delantera o total, siempre con ambio manual) o el tope de gama, el 2.0 CRDI con 184 CV. Si prefieres gasolina, ahí está el 1.6 GDI de 135 CV (de tracción delantera) y el nuevo 1.6 GDI-T con 177 CV (con cambio manual o la caja de doble embrague DCT con siete velocidades).
Comportamiento
Desde un primer momento has de ser consciente del coche que tienes entre manos. En nuestros primeros días con él comprobamos que el Sportage es más bien un SUV para ir tranquilo. Nada de salidas fulgurantes en los semáforos y, ni mucho menos, adelantamientos en poco espacio. Una vez tienes eso claro y esperas con calma a lanzar el coche a una velocidad de crucero, el coche ya no tiene problema alguno para moverse con soltura.
Se trata entonces, de una mecánica pensada para quienes van a realizar bastantes kilómetros y no se plantean ni por asomo el motor de gasolina y que pongan por delante los consumos a las prestaciones. Pues bien, durante la prueba el consumo se elevó a los 6,7 l/100 km por nuestro recorridos habituales: 15% en ciudad, 55% autovía y 30% carreteras de montaña. El coche iba casi siempre cargado y con cuatro ocupantes.
El coche ha evolucionado. Si bien el motor es algo ruidoso desde fuera (no es el colmo del refinamiento, hay mecánicas en la competencia más primorosas), hay que renocer el gran trabajo de Kia en el aislamiento del interior. Solamente a altas revoluciones se percibe el sonido del motor.
Desde luego, en carrretera muestra un buen aplomo, pero tampoco es un coche con el que disfrutar a la hora de enlazar curvas. Se nota la mejora en el chasis (emplea un 51% de aceros reforzados de alta resistencia, antes apenas un 18%) y la suspensión es algo más dura que antes… lo que le penaliza a la hora de circular por caminos algo rotos, pues transmite a los ocupantes más claramente las irregularidades. Se ha pensado más para el asfalto, tal y como demanda el mercado.
Ojo, que no significa que sea un coche incómodo salvo en esos casos pues no hay ruidos o vibraciones y se ha trabajado mucho en aislar ruidos desde donde se producen, desde los casquillos de la suspensión multibrazo trasera al material absorbente en pasos de rueda, puertas o marcos de las ventanillas.
Tampoco lo es conduciendo, pues dirección y pedales se manejan de manera suave… quizá demasiado para algunos, demasiado asistida, pero una vez que le coges el tranquillo observas que es más precisa que antaño al ir más cerca del eje delantero. No tiene un paso por curva endiablado, pero sí seguro.
Veredicto coches.com
¿Por qué no ha conseguido el Kia Sportage desbancar al Nissan Qashqai? Desde luego, porque el que golpea primero lo hace dos veces y ahí nadie le podrá ganar nunca al japonés. Sin embargo, cuando vemos el salto adelante en diseño, calidades de interiores, maletero y equipamiento, parecería lógico que las cifras de ventas no estuviesen tan alejadas.
Puede que las causas haya que buscarlas en la mecánicas diésel, las preferidas en el segemento. Desde luego, el Kia ofrece más potencia (115 frente a 110 CV, 136 frente a 130 CV y 184 frente a 163 CV), pero aquí si podemos pensar que los de la alianza Renault-Nissan le superan en refinamiento.
Ni significa eso que no siga siendo un coche atractivo, que ha sabido diferenciar su diseño manteniendo su silueta y que es una buena opción para quienes circulen por carreteras no demasiado complicadas, sin querer sentirse pilotos al volante, en un habitáculo que les tratará de maravilla. ¡Y tanto que lo es! Sus ventas van realmente bien, ayudadas, como no, por esos siete años o 150.000 km de garantía que ofrece la marca coreana en toda su gama.
- Calidad interior de lo mejor del segmento
- Equilibrio en general y dotación de equipamiento muy completa
- Diseño exterior
- Refinamiento del motor diésel a bajas revoluciones
- Potencia escasa si se viaja cargado
- Plaza central trasera muy justa
Galería de fotos: