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Mario Nogales

Peugeot 3008 1.6 BlueHDI 120 CV, prueba a fondo

Los tiempos cambian y en el mundo del automóvil vemos como hay modelos que se van adaptando a la corriente. Un claro ejemplo es el del Peugeot 3008 que probamos esta semana, un modelo que en su anterior generación se trataba de un monovolumen y ahora adopta una imagen de SUV. No es algo fortuito, pues este tipo de vehículos son los que están aumentado día a día su cuota de mercado. Tanto es así que han decidido hacer lo mismo con su hermano mayor, el Peugeot 5008.

Aunque este tipo de cambios tan radicales suelen ser complejos y delicados, parece que en esta ocasión la jugada le ha salido a pedir de boca a la marca francesa. Sin duda, el Peugeot 3008 ha sido uno de los modelos de los que más se ha hablado desde su presentación hace ya casi un año. Tanto es así que recientemente fue nombrado Coche del Año 2017 en Europa, un galardón que todavía no había sido entregado nunca a un SUV.

Pero lo del Peugeot 3008 no es solamente un cambio estético. No se han conformado con poner una carrocería SUV al modelo, sino que es un cambio generacional en toda regla. Utiliza la plataforma modular EMP2 del Grupo PSA, que también será llevada por dos lanzamiento recientes: Opel Grandland X y Citroën C5 Aircross. En el interior seguirá pareciendo un monovolumen por su amplitud y además ha sido el primero en montar la segunda generación del Peugeot i-Cockpit. Te dejamos pues, nuestra opinión en detalle:

Exterior

Como adelantábamos, el Peugeot 3008 ha sufrido enormes cambios en el apartado estético. Es un SUV con todas las de la ley, con su carrocería elevada, sus formas y todas las cualidades del segmento. Además de esto, implanta un diseño que derrocha personalidad por los cuatro costados, manteniendo algunas de las claves de la marca y siendo bastante más llamativo que muchos de sus rivales directos.

El frontal es sin duda una de las zonas más personales, donde destaca la robustez y la horizontalidad. La parrilla delantera es bastante similar a la del Peugeot 2008 y tiene un efecto 3D gracias a las barritas cromadas de su interior. A ambos laterales se encuentran sus faros, Full LED en nuestra unidad, que cuentan con una forma revirada. Los antiniebla están justo debajo de ellos y la parte inferior del paragolpes queda rematada por una protección metálica.

Si miramos de perfil es fácil apreciar su musculatura, reforzada por unas cuantas líneas clave. Por ejemplo, la que parte de los faros y va a parar al pilar A, juntándose con el marco de la ventanilla cromado. Los bajos están cubiertos con plásticos negros y por encima recibe una moldura, también cromada. Llaman la atención las barras del techo (cromadas en nuestro acabado Allure) y el pilar C tiene una forma particular y va en negro, consiguiendo un efecto de techo flotante.

En la zaga se mantiene la personalidad y cuenta con una cintura muy alta. En la parte superior hay un pequeño spoiler y una luneta trasera de pequeñas dimensiones. Por debajo hay una moldura horizontal en color negro que integra la insignia del león y los pilotos traseros, que son tres barras verticales. La parte inferior del portón es bastante amplia y su parte inferior es paragolpes de plástco negro con una moldura cromada. El detalle que menos nos ha gustado son las salidas del escape cromadas que son falsas, pues el tubo realmente va escondido por detrás.

El nuevo Peugeot 3008 es bastante más grande que el anterior, hecho que le ayuda para parecer más imponente. Mide 4,45 metros de largo (8 cm más que antes), 1,84 metros de ancho (se mantiene) y 1,62 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2,67 metros (6,2 cm más).Otro aspecto a tener en cuenta es que la altura libre al suelo es de 22 centímetros (5 cm más), lo que ayuda en esa conversión a SUV.

Interior

El interior es otra de las novedades principales que incluía el Peugeot 3008. Se convirtió en el primer modelo de la marca en integrar el nuevo Peugeot i-Cockpit. La segunda generación del puesto de conducción francés sigue siendo fiel a la filosofía que ya habíamos visto anteriormente y en la que destacan tres elementos: volante pequeño, instrumentación elevada y pantalla táctil. Aunque en esta ocasión la han llevado más allá.

El volante es aún más pequeño y está achatado tanto por la parte superior como por la inferior. Esto tiene como objetivo aumentar la visión de la instrumentación y también liberar espacio para las piernas. El cuadro de relojes sobresale por encima del volante en forma de pantalla de 12,3 pulgadas a color y es totalmente personalizable, pudiendo mostrar una información u otra en función de nuestras necesidades. Se controla a través de los mandos en el volante y destaca por su aspecto futurista y animaciones.

El tercer elemento del que nos toca hablar es la pantalla táctil de 8 pulgadas que sobresale en la consola central. Es el centro neurálgico del Peugeot 3008, pues nos servirá para controlar prácticamente todo. Para acceder a los menús contaremos con la ayuda de los botones cromados que recuerdan a las teclas de un piano. Después, en cada menú, tendremos que utilizar los dedos incluso para usar el climatizador, que no tiene otros controles.

Cabe destacar que la consola central es muy ancha y prominente, dejando totalmente separados el asiento del conductor y del copiloto. Sus formas curvilíneas están acentuadas por la moldura metálica que va desde las teclas hasta detrás de la palanca de cambios, que es de tamaño reducido. En esa zona también tendremos el botón de arranque, el freno de mano eléctrico y la ruleta del Grip Control para cambiar de modo de conducción.

Además de contar con un habitáculo minimalista (por su limpieza y escasez de botones) y futurista (por las cualidades únicas del i-Cockpit), también nos encontramos una calidad percibida mejorada. El nuevo Peugeot 3008 ha progresado mucho en este aspecto, con mejores acabados y materiales, que aportan un tacto notable. La tela que cubre parcialmente los asientos también está presente en la consola central y las puertas, dando un toque original, al igual que la iluminación ambiental.

Si en la generación anterior era un monovolumen que destacaba por versatilidad, en esta nueva no ha querido perder esa cualidad. Sigue siendo un coche amplio, con unas plazas delanteras cómodas y a las que no las falta espacio en ninguna cota (24 mm adicionales para las piernas y 36 mm de altura libre). Las plazas traseras también son muy buenas para tratarse de un segmento C, con unas laterales más que dignas y una central no demasiado pequeña. A pesar de carecer de forma, tiene la ventaja de no haber túnel de transmisión que moleste a las piernas.

Maletero

El maletero del Peugeot 3008 también es bastante generoso, pues cuenta con nada menos que 520 litros de capacidad. Ya son 90 litros más que en la generación anterior y además cuenta con ventajas tales como unas formas rectas y aprovechables o una altura de la boca de carga muy baja, que nos da ciertas facilidades a la hora de cargarlo. En los laterales también tiene una serie de huecos para distribuir la carga.

Bajo el piso tenemos un hueco donde podremos meter unas cuantas cosas mas y donde, ¡sorpresa!, tenemos una rueda de recambio y uno un kit antipinchazos. Del mismo modo, si queremos obtener la máxima capacidad posible bastará con abatir los asientos traseros (60:40) para tener una superficie plana de 1.482 litros. Para meter objetos largos, de hasta 3 metros, también puede abatirse el respaldo del pasajero delantero.

Equipamiento

El Peugeot 3008 está a la venta en nuestro país con cuatro niveles de acabado diferentes. El más básico es el Active, que ya viene con llantas de 17 pulgadas, sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, climatizador bizona y algunas ayudas a la conducción. Un escalón por encima está el Allure de nuestra unidad, que suma elementos como llantas de 18 pulgadas, navegación o sensores de aparcamiento delanteros.

Para los que busquen una mayor deportividad pueden optar por el acabado GT Line, que añade sobre el Allure los faros Full LED, barras del techo en aluminio, selector de modos de conducción o el i-Cockpit Amplify, que a través del teclado central permite personalizar el ambiente del habitáculo. El tope de gama es el acabado GT, que añade llantas de 19 pulgadas, sistema de visión 180º y otros detalles específicos.

Lo cierto es que a pesar de tener el acabado Allure, nuestra unidad de pruebas contaba con multitud de equipamiento opcional, con muchas de las opciones que corresponderían al acabado GT Line. También contaba con el Advanced Grip Control, que ofrece cinco modos de conducción para optimizar el comportamiento del vehículo. Con girar el mando se puede elegir entre Normal, Nieve, Barro, Arena o ESP Off; algo que puede interesante para un SUV que no se ofrece con tracción total de ninguna manera.

Motor

El Peugeot 3008 cuenta con una gama de motores bastante amplia, gracias a la versatilidad de la plataforma EMP2. En gasolina se puede elegir entre dos mecánicas: el 1.2 PureTech de tres cilindros y 130 CV que puede ir con cambio manual o automático o el 1.6 THP de 165 CV que es el tope de gama y solo va con el automático. Entre los diésel están el 1.6 BlueHDI con 100 o 120 CV y el 2.0 BlueHDI con 150 o 180 CV (en el 3008 GT).

Nuestra unidad de pruebas lleva la que será, probablemente, la combinación más vendida en el mercado. El Peugeot 3008 1.6 BlueHDI 120 CV con cambio manual se postula como la opción equilibrada de la gama con un rendimiento suficiente y una eficiencia notable. Desarrolla 120 CV a 3.500 rpm y 300 Nm de par a 1.750 rpm. Las prestaciones son discretas, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,2 segundos y una velocidad máxima de 189 km/h.

Comportamiento

Una vez dentro del Peugeot 3008 se requiere cierta adaptación. El i-Cockpt hace que la posición de conducción sea bastante singular y no agrade a todo el mundo. En mi caso, con una estatura alrededor del 1,70 encuentro el punto donde volante e instrumentación se alinean, pero los más altos lo tendrán más complicado. Del mismo modo, al pequeño volante hay que acostumbrarse (parece de videojuego), pero luego hay que reconocer que se maniobra bien con él.

Una vez acoplados en el habitáculo, empezar a rodar es de lo más grato. En primer lugar por el buen trabajo que se ha hecho con la insonorización. El interior queda bien aislado del sonido del motor y de los ruidos aerodinámicos y contamos con una buena calidad de rodadura. El motor a ralentí y en frío tendrá algo de rumorosidad (como la mayoría de diésel de cuatro cilindro), pero deja de ser perceltible cuando nos ponemos en marcha.

La mecánica 1.6 BlueHDI de 120 CV entrega la potencia de forma lineal y desde bien abajo. Tenemos el par disponible desde aproximadamente las 1.500 revoluciones y es bastante notable hasta pasadas las 3.000 rpm. La potencia la encontramos suficiente para la mayoría de situaciones, pero los que quieran más respuesta pueden optar por la misma mecánica con 150 CV. El cambio nos sorprende con un tacto muy bueno, con un accionamiento bastante directo aunque unos recorridos algo largos.

Tras compartir bastantes kilómetros con el Peugeot 3008 hay que decir que es un coche con una puesta a punto que busca principalmente la comodidad. Las suspensiones tienen un tarado tirando a blando, algo perfecto para pasar resaltos e imperfecciones, pero no tanto para curvas. La dirección es similar, muy directa y asistida, sin que nos transmita suficientemente lo que pasa bajo las ruedas.

Aunque lo hayamos dejado para el final, uno de sus aspectos más destacados son los consumos. Nos ha resultado incluso posible replicar los 4 litros que homologa (en terrenos favorables). Despunta sobretodo en autovía rondando los 100 km/h, ahí será un auténtico mechero. Tras la semana de pruebas y hacer todo tipo de recorridos obtuvimos una media de 5,6 l/100km, bastante correcta para las características del vehículo.

Opinión coches.com

Para concluir tenemos que decir que la nueva generación del Peugeot 3008 ha sido un acierto redondo de la marca francesa. El paso de monovolumen a SUV le hace entrar en uno de los segmentos con mayor demanda del mercado y su estética llamativa no deja a nadie indiferente. Además mejora el espacio interior, siendo una de sus principales ventajas. La tecnología es muy completa, aunque el Peugeot i-Cockpit será un aspecto que no convenza a todo el mundo.

El motor 1.6 BlueHDI de 120 CV con el cambio manual de seis velocidades es probablemente la combinación que más se venda en nuestro país. Lo encontramos una opción equilibrada, con prestaciones suficientes y una puesta a punto confortable. Destacará por calidad de rodadura y por consumos realmente bajos. En definitiva una opción interesante para plantar cara a los Nissan Qashqai, Hyundai Tucson, SEAT Ateca y otros referentes.

Lo mejor

  • Estética diferenciada
  • Espacio interior notable
  • Buenos consumos del 1.6 BlueHDI 120 CV

Lo peor

  • El i-Cockpit requiere adaptación
  • No es demasiado dinámico
  • No hay opción a tracción total

Galería de fotos:

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