Desde hace unos años Hyundai quiere subir un escalón en cuanto la calidad de sus modelos. Quedan lejos los primeros años de la marca coreana en Europa, en los que se fue haciendo un hueco luchando con sus rivales con el arma «más fácil», el precio.
Fue en 1998 cuando se hicieron con el 51% de Kia y formaron así el segundo grupo automovilístico asiático, cuarto del mundo en estos momentos. La compra supuso ir poco a poco diferenciando las marcas. Kia lucharía en el mercado generalista, y la idea era que Hyundai diese un paso al frente en calidad y refinamiento.
¿Lo han conseguido? Para comporbarlo conducimos durante una semana el Hyundai i20, el utilitario de la marca encargado de lidiar con lo más granado del segmento B europeo. Un buen coche para medir hasta dónde son capaces de llegar los coreanos, con un producto típicamente del Viejo Continente.
El actual Hyundai i20 llegó al mercado en 2014 para sustituir al primer Hyundai i20 2009 (renovado en 2012) que ya había supuesto un paso de gigante respecto al Hyundai Getz, su primera incursión en el segmento, allá por 2002. ¿Pero podrá competir de tú a tú con rivales tan consolidados como el Seat Ibiza, Renault Clio, Volkswagen Polo, Ford Fiesta? Hora de verificarlo.
Exterior
El Hyundai i20 mide lo que habitualmente 4.035 mm de longiud, por 1.734 de ancho y 1.474 de alto. Poco que ver con el que sustituyó hace un año, ya que al ser más largo y ligeramente más bajo, da la sensación de ser más deportivo, de estar mejor plantado en la carretera.
También hay un giro de estilo bastante notable. Si en el anterior se apostaba por líneas curvas, por un diseño orgánico, ahora las rectas dominan. Quizá resulte un poco sobrio y clásico, pero el resultado es agradable para la mayoría. En un segmento que en España supone un 18% de las ventas (solamente por detrás de los comapctos) no conviene tomar riesgos. Nos parece un coche de esos que “envejecen” bien, con un diseño por el que parece que no pasan los años.
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La vista frontal es sin duda alguna la más atrevida, gracias a unas ópticas delanteras, sobre todo si, como es el caso de nuestra unidad, cuentan con esa “firma” en forma de LED que actúa como ceja de los faros halógenos y que tanto miraba mi hijo de tres años cada vez que se iluminaba al recibirnos en el garaje.
El Hyundai i20 2015 también estrenó una nueva calandra de dos piezas: Una muy estrecha superior y, ubicada en una posición baja, la parrilla hexagonal de generosas dimensiones, con un marco cromado que apuesta por las rectas y remarca los ángulos. Otro rasgo a destacar son los pilares A (del parabrisas que sujetan el techo) muy estrechos, y que garantizan una buena visibilidad.
En la vista lateral, además del nervio que recorre todo el lateral, nos resultó muy vistoso el juego de color con el pilar C. Al estar pintado en negro, logra que parezca que el techo flota, sin apoyo trasero. Salvo que elijas el coche en ese color, es un efecto que resulta bastante llamativo y que de hecho también puedes ver en otros modelos.
En la zaga de nuevo los diseñadores del Centro de Diseño que la marca tiene en Rüsselsheim (Alemania) han apostado por unas ópticas con tecnología LED bastante grandes, que parten del lateral y se introducen en el portón del maletero, también de dimensiones bastante generosas, lo que facilitará introducir objetos grandes en el coche.
Y es que con el Hyundai i20 se ha apostado, sobre todo, por la practicidad. Otra pista en ese sentido nos la da la gran distancia entre ejes. Eso lo han logrado gracias a que se basa en una plataforma totalmente nueva, lo que augura un gran espacio interior, sobre todo en las plazas traseras y el maletero. Pasemos a comprobarlo.
Interior
De acuerdo, estamos ante el acabado más alto de gama, pero la impresión al entrar en el Hyundai i20 no puede ser mejor. La calidad de los materiales está por encima de la media del segmento y los ajustes entre piezas son muy buenos. Hay que irse a un Volkswagen Polo para encontrar algo similar. Solamente el MINI y el Audi A1, que juegan en otra liga, están en un nivel superior en el segmento B.
En el diseño, se ha optado por obviar la gran pantalla en el centro de la consola tan en boga últimamente, sino que con una pantalla relativamente pequeña, que funciona con botones, desde donde controlar el equipo de música o la conexión del móvil con Bluetooth. No dispone de navegador. En su lugar cuenta, sobre el salpicadero, con una plataforma para poner el móvil y usarlo como tal (sirve también para recargar el el móvil).
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Este sistema tiene sus ventajas, ya que no hay ni un problema con los reflejos del sol y os botones acaban siendo mucho más intuitivos y eficaces que las pantallas táctiles mientras vas conduciendo. Lo mejor, que en ningún momento parece que haya una sobrecarga visual por un exceso de mandos, que además están iluminados. Ayuda a esa ligereza el diseño en dos tonos del salpicadero.
El cuadro de instrumentos lo componen los dos relojes habituales, entre los cuales hay una segunda pantalla que muestra información del ordenador de viaje, diversos parámetros del vehículo, la alerta de cambio de carril involuntario, intervalos para realizar el mantenimiento, la ayuda de aparcamiento con indicadores de zonas de proximidad…
Pero, además de un interior agradable y cuidado, hay otro par de puntos a destacar del habitáculo del Hyundai i20. Para empezar, el espacio. En las plazas delanteras hay centímetros de sobra para que dos adultos viajen con holgura y el techo solar reduce muy poco la altura libre para las cabezas. Los asientos son muy cómodos y gracias a que cuentan con regulación en altura, unido al doble reglaje del volante (forrado en cuero, de tacto muy agradable) es muy sencillo encontrar una conducción de conducción óptima.
En las plazas traseras encontramos también un espacio más que óptimo para dos personas en todas sus cotas. Gracias a que no hay túnel de transmisión, un tercer pasajero podrá acomodarse si es necesario en un trayecto corto. Los asientos laterales cuentan con Isofix y Top Tether para los sistemas de retención infantil.
El colofón lo ponen los numerosos detalles prácticos que facilitan la vida a bordo en el día a día. Posavasos en la consola central, bolsas de las puertas donde acomodar botellas de hasta 1,5 litros, conexión para el smartphone (Aux y USB) ante la palanca de cambios, con dos tomas de 12 voltios y lugar donde dejar reposar el aparato, guantera entre los asientos y guantera principal refrigerada…. Intachable.
Maletero
La nueva plataforma, además de hacer ganar espacio en el habitáculo, logra que, a pesar del contenido espacio exterior, el Hyundai i20 destaque por su maletero. Con 326 litros de capacidad, es uno de los referentes del segmento, solamente superado por el Skoda Fabia.
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Esta cifra incluye el espacio bajo el piso, que permite guardar pequeños objetos (un portátil o un bolso, no mucho más) a resguardo. La plancha que forma el piso del suelo puede situarse a dos alturas y colocándola en la superior, además de ese doble fondo se consigue una superficie prácticamente plana al abatir los respaldos traseros (ayuda a meter objetos pesados), que alcanza los 1.042 litros de capacidad.
Cuenta además con algunos detalles prácticos, como unas cintas en sus laterales para fijar objetos, ganchos para colgar bolsas y luz. Está muy bien terminado, mucho mejor que la mayoría del segmento. Bajo el piso hay hueco para llevar una rueda de repuesto del mismo tamaño que el resto, si bien nuestra unidad contaba allí con un kit de reparación de pinchazos.
Equipamiento
Como vimos en el momento de su lanzamiento, la gama del nuevo i20 se articula en cuatro niveles de acabado: Essence, Klass, Tecno y Style (existió además una serie especial Black Line por tiempo limitado).
Nuestra unidad contaba con el nivel de acabado Style, el más completo… y caro. Además de los múltiples niveles de seguridad habituales, cuenta con alerta de cambio de carril involuntario, asistente al arranque en cuesta, luces diurnas LED, sistema de iluminación en curva, faros antiniebla, control de velocidad, sensores de aparcamiento trasero o el espejo interior fotosensible.
No faltan tampoco elementos de confort, como el climatizador automático, sistema de audio con bluetooth, puerto USB, espejos abatibles con mando, ordenador, apoyabrazos central delantero, cristales tintados, paquete cromado exterior, alarma, llantas de aleación de 16 pulgadas con neumáticos 195/55…
Muy completo, pero resulta que todo esto ya lo tiene el nivel de terminación Tecno. El Style añade elementos como el sensor de aparcamiento delantero, el techo panorámico o los pilotos traseros LED. ¿Merece la pena el sobrecoste que supone? En nuestra opinión no, ya que esta terminación deja el precio del Hyundai i20 a la altura de un i30. Incluso aprovechando alguna de las ofertas de Hyundai i20 que los concesionarios oficiales de la marca publican en nuestra sección de coches nuevos.
Motor
La gama inicial del Hyundai i20 cuenta con dos motores diésel, el 1.1 CRDI con 75 CV y el 1.4 CRDI 90 CV y otros tantos de gasolina, el 1.2 MPI con 85 CV y el 1.4 MPI con 100 CV que monta nuestra unidad de pruebas. En breve se sumará a la oferta una tercera mecánica de gasolina, el 1.0 TGDI con 100 y 120 CV de potencia.
Este motor de cuatro cilindros en línea rinde 100 CV a 6.000 rpm y cuenta con un par motor de 134 Nm a 3.500 rpm. Asociado a una transmisión manual de 6 velocidades, alcanza los 184 km/h de velocidad punta y acelera de 0 a 100 en 11,6 segundos. No se trata de unas cifras excepcionales, pero sí correctas para un coche sin aspiraciones deportivas.
Y es que el coche se ha pensado sobre todo para un comportamiento similar a su diseño… sobrio y correcto, pero sin animación. El motor es muy progresivo y refinado (en el habitáculo, muy bien insonorizado, cuesta percibirlo una vez alcanza la temperatura), pero poco vivo. Obliga a subiro bastante de vueltas para obtener una respuesta algo contundente.
Sí me gustó mucho la palanca de cambios, por tacto y precisión. Y en este coche, a poco que quieras mantener una conducción alegre, tendrás que utilizarla. Sus seis relaciones son muy largas, buscando optimizar consumos (homologa 5,5 litros en ciclo combinado, que se elevaron hasta los 7,2 l/100 km en la prueba). De este modo, a la hora de enfrentarse a un adelantamiento o tomemos el carril de aceleración de una autovía, bajar una marcha nunca está de más.
También será necesario emplearlo a la hora de enfrentarse a algún repecho en cuestas prolongadas, ya que la sexta se ha pensado como desahogo y ahorro de gasolina… siempre que la orografía lo permita. Lo que no entendemos es cómo este coche, con esta mecánica enfocada al consuma, no incluya Start&Stop, que reduciría mucho sus consumos urbanos. Ninguna versión del Hyundai i20 lo monta, por el momento.
Comportamiento
El Hyundai i20 2015 es uno de esos coches que te subes por primera y parece que llevas conduciendo toda la vida. Todo es sencillo y cómodo. La prueba de una semana comenzó realizando los recorridos habituales que se realizan con un coche de este tipo: desplazamientos urbanos.
En la ciudad es realmente una delicia este coche. El confort es sorprendente para un coche de su tamaño, con una insonorización fabulosa que hace que apenas lleguen sonidos al interior una vez que cierras las puertas. Las suspensiones filtran lo suficiente para no sufrir el paso por cada badén y la visibilidad es bastante buena (solamente el pilar C, demasiado grueso, impide ver todo lo que nos gustaría en algunos cruces e incoporaciones.
También resulta muy sencillo maniobrar con él, tanto por dimensiones como por los sensores delanteros y traseros. Uno puede pensar que no son necesarios en un utilitario, pero cuando los tienes ayudan. Y si el sonido que emite al acercarse demasiado es discreto y no molesta demasiado, mejor todavía. Algo que me gustó bastante también es la buena iluminación. A pesar de no contar con faros de xenón, lso halógenos cumplen su función a las mil maravillas. El único pero achacable en ciduad es la falta del sistema Start & Stop, que sin duda reduciría consumos y emisiones justo allí donde más falta hace.
La diferencia entre un microurbano y un utilitario radica principalmente en que estos últimos son bastante más aconsejables para realizar una escapada. Y a ello nos pusimos. En autovía se trata de un coche con bastante aplomo. No le cuesta mantener los 120 km/h salvo que afrontes un puerto prolongado (recurrir al cambio se antoja imprescindible para no dejar morir al motor) y tampoco hay que realizar constantes correcciones para dibujar la trazada.
Solamente faltaba buscar un tramo con curvas, ya en una carretera secundaria, para cerrar el círculo. Es quizá donde menos a gusto está. El motor no responde como uno espera de un coche de 100 CV debido a su puesta a punto, lo que impide disfrutar de las curvas con solvencia. Tampoco ayuda la dirección. Fabulosa en ciudad, es muy poco comunicativa en estas lides y algo lenta de reacciones. El balanceo no es excesivo, a no ser que le pidamos al coche ser quien no es y la estabilidad bastante buena.
Veredicto coches.com
El Hyundai i20 es uno de esos coches que no dudas en recomendar a alguien que necesite un urbano con capacidades para viajar, con un amplio espacio interior, cómodo, práctico y muy bien rematado. Cierto es que no se trata de un coche para todos los públicos, pues su estética conservadora, tanto por fuera como por dentro, puede que no cale demasiado entre el público más joven. Para ello Hyundai cuenta con el i20 Coupé, la carrocería de tres puertas y el nuevo i20 Active, una variante con carrocería sobreelevada 20 mm y protecciones para circular fuera del asfalto, dos versiones algo más atrevidas.
Quien busque un coche de calidad, cómodo y quiera un vehículo que destaque más por ergonomía y facilidad de conducción que por eficacia y agilidad, tiene en este Hyundai i20 un aliado. El motor 1.4 de 100 CV es una delicia por suavidad y refinamiento. Y sus consumos son correctos para alguien que no haga demasiados kilómetros al año.
Destaca entre los rivales por su generoso equipamiento y lo bien construido que está. Y todo ello con una garantía de 5 años que no ofrece casi ninguna marca. Eso sí, también su precio está por encima, sobre todo en el acabado Style de nuestra unidad, que hace aconsejable mirar un escalón o dos por debajo, en los que ya resulta algo más competitivo.
- Espacio interior y maletero, amplios y pensando en la practicidad
- Insonorización y calidad de marcha con el motor de gasolina
- Equipamiento generoso y calidad de acabados, con gran atención por los detalles
- Precio del equipamiento más completo
- Ausencia de Start&Stop, que penaliza los consumos urbanos
- Respuesta del motor demasiado tranquila
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