En un día frío, lluvioso y desapacible, con temperaturas muy poco por encima de los cero grados centígrados, nos disponemos a elegir entre la amplia panoplia de vehículos presentes. Y en verdad hacen honor al significado de dicha palabra (según el diccionario de la R.A.E.: Panoplia: Colección de armas ordenadamente colocadas.)
Nuestra primera elección, dentro de la nueva gama Copa, correspondió al SEAT Altea XL 2.0 TDI CR 140 CV DSG 6 velocidades Style COPA. Esta nueva gama de SEAT aumenta la oferta de equipamiento en los modelos Ibiza, León, Altea y Altea XL.
El monovolumen medio de SEAT (recordemos que por encima se sitúa el Alhambra) ya lleva bastante tiempo en el mercado, con una línea que nos resulta familiar y agradable a la vista. No obstante el tiempo no pasa en balde, y hay otros modelos de la competencia que presentan formas más modernas y aerodinámicas.
Seguramente con el restyling que va a producirse en toda la gama SEAT a no mucho tardar, este aspecto mejorará notablemente. Pero si hay por algo por lo que se distingue especialmente (y de lo que deberían aprender algunos de sus rivales) es por unas destacadas cualidades dinámicas y un excelente confort de marcha, así como un amplio espacio interior, buena capacidad de carga del maletero y la presencia de innumerables huecos portaobjetos.
Otro aspecto que realmente sorprende al acceder a su interior, son sus asientos, muy cómodos y que sujetan muy bien el cuerpo (específicos para esta versión COPA). Las plazas traseras son bastante amplias en casi todas sus cotas, aunque el diseño de la banqueta central no es muy apropiado para realizar muchos kilómetros seguidos. Los asientos posteriores se pueden desplazar longitudinalmente 16 cm, posibilitando una capacidad de maletero que puede llegar hasta los 732 litros.
En cuanto al motor de la unidad probada, se aprecia un salto cualitativo muy importante, debido a la utilización del sistema “Common Rail”, al igual que en el resto de motorizaciones diesel de la marca. Con respecto a los anteriores motores que equipaban “Inyector-Bomba”, se siente una mayor suavidad (no son tan abruptos), y por ello pueden parecer menos potentes que aquellos. La realidad muestra todo lo contrario (y las cifras lo corroboran). Este nuevo propulsor de 1.968 cc y 4 cilindros, alcanza una potencia máxima de 140 CV, a 4.200 rpm.
Incorpora inyectores piezoeléctricos que permiten una inyección más precisa. El resultado son unos consumos más bajos, menores vibraciones y también menor ruido, manteniendo unas excelentes prestaciones. Su par máximo es de 320 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm, su consumo medio ponderado es de 5,5 l/100 km y sus emisiones son de 144 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.
Las prestaciones son realmente remarcables, con una velocidad máxima de 201 km/h, una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos, y es capaz de cubrir el kilómetro desde parado en 31,9 segundos. No conviene olvidar que el modelo que probamos equipaba el siempre aconsejable cambio DSG de seis marchas, que realiza fabulosamente su trabajo, y que apenas pierde dos décimas con respecto al manual en esta última medición, siendo las demás idénticas.
La potencia disponible es más que suficiente para viajar rápido, incluso muy rápido. En carretera notamos que el motor empuja con fuerza desde casi el ralentí, y sube hacia la zona roja con una rapidez inusitada, gracias a la buena cifra de par motor disponible desde bajas revoluciones que, en conjunción con el anteriormente bien ponderado cambio DSG, en la práctica supone que los adelantamientos se realicen de forma inmediata.
Una vez que nos pusimos en marcha, salió a relucir enseguida un comportamiento muy noble. En la primera parte del recorrido, que estaba compuesto por largas rectas unidas por curvas de alta velocidad, se mantenía en todo momento imperturbable. Si bien debido a la presencia en esta jornada de fuertes rachas de viento lateral, en algunas ocasiones se observaba un ligero bamboleo de la carrocería, aunque este hecho no influía en el guiado de las ruedas, que mantenían la línea establecida por el conductor en todo momento.
Es sólo entonces cuando echábamos en falta la suspensión deportiva que podía equipar, como opción, el Altea hasta la remodelación realizada el año pasado (en la que también se eliminó del catálogo la añorada versión FR, con el motor diesel de 170 CV).
En la segunda parte del recorrido, que se iba a convertir en habitual en esta jornada, con una carretera con curvas mucho más cerradas, el comportamiento sigue siendo igual de intachable. En estas circunstancias tendremos que tomar las curvas con decisión. En un primer momento la carrocería tiende a inclinarse hacia el exterior de la curva, pero una vez apoyados, se puede dar gas inmediatamente pues, incluso, nos ayudará a redondearlas con la parte trasera.
Todo ello conjuntado con la eficacia del cambio DSG, que engrana las marchas con una suavidad y una rapidez encomiables. Si realizamos una conducción tranquila, este tipo de cambio funciona a la perfección. Si el tramo es de curvas y ahuecamos levemente el acelerador, para volverlo a pisar (“telefoneando” en el argot) puede que se haga un poco de lío (reduce para inmediatamente volver a subir de marcha).
Entonces ha llegado el momento de colocar la palanca en la posición “S”. Inmediatamente se produce un “cambio radical”, pudiendo engranar marchas sin contemplaciones, llegando hasta cerca del corte de encendido. Además cuenta con un sistema de protección, impidiéndonos reducir de marcha si se va a producir un sobrerégimen que perjudicaría la integridad del motor.
Como única pega, solamente echamos en falta un tamaño un poco mayor de las levas situadas tras el volante, para no tener que ir “buscándolas” cuando el giro del volante no hace coincidir nuestros dedos con su ubicación.
Lamentablemente hemos de deshacer el camino andado. A fin de cuentas se trata de una breve toma de contacto y no de una prueba a fondo. Hemos de terminar de hacer las fotos de rigor y volver a la Hacienda Zorita, para seguir ofreciéndoos nuestras impresiones sobre el resto de vehículos allí presentes.
En resumidas cuentas para aquellas familias dinámicas, que necesiten espacio dentro de unas dimensiones contenidas y que no puedan o no quieran renunciar a cierto dinamismo en sus desplazamientos, este SEAT Altea XL 2.0 TDI CR 140 CV DSG Style COPA (será por nombre largo…) es una opción a tener muy en cuenta. Y más ahora en esta nueva versión, en la que se conjugan un equipamiento generoso y un precio razonable.
- Tecnología a la altura
- Amplitud interior y maletero
- Relación calidad-precio
- Diseño algo anticuado
- Sin acabado FR
- Sin posibilidad de 7 plazas
Fotos: