Aunque en España hayan sido un segmento con poco peso por sus niveles de ventas, las pick-upsiempre han de ser tenidas en cuenta. En otros países como Estados Unidos o Australia son vitales y en Europa cada vez tienen mayor presencia. Modelos como el Toyota Hilux empiezan a ser tenidos en cuenta desde que en nuestro país a las pick-up se le aplicaron las mismas regulaciones que a los turismos. Por eso quisimos probarlo y comprobar de primera mano sus bondades.
Porque además este modelo está cumpliendo su 50 aniversario. Fue en 1968 cuando llegó al mercado la primera generación del Toyota Hilux, bajo el paraguas de Hino Motors (una subsidiaria de Toyota dedicada a los vehículos industriales). El nombre hacía referencia a las palabras inglesas «high» (alto) y «luxury» (lujo), aunque por las virtudes por las que empezó a destacar la pick-up fueron su fiabilidad y su durabilidad.
Rápidamente fue ganando peso y adaptándose al mercado. En 1979, con la tercera generación, incorporaba por primera vez la tracción total, un elemento obligatorio a día de hoy. La cuarta generación lanzada en 1983 recibió la carrocería con cabina doble para poder transportar a familias. A lo largo de los años se fue mejorando su confort en marcha y otros múltiples aspectos. De esta forma llegamos a la octava generación que conducimos, acumulando en este medio siglo más de 18 millones de unidades vendidas a nivel mundial.
Exterior
El último de los Toyota Hilux mantiene una estética muy similar a su predecesor. Lo que más destaca en este vehículo es el frontal, con una parrilla formada por listones cromados que queda alineada con dos grandes faros delanteros. Por debajo hay una segunda calandra con una gran toma de aire y en los laterales quedan dos pequeños antinieblas redondos. La parte baja en nuestra versión queda protegida por una defensa de aspecto metálico.
La vista lateral es la que nos recuerda sus raíces de pick-up. Desde aquí se aprecian sus dimensiones mastodónticas, que más adelante repasaremos. Queda claro que ponemos a prueba la variante de doble cabina, la más adecuada para llevar pasajeros con cierta comodidad. Los detalles cromados se extienden a elementos como los retrovisores, las manecillas de las puertas o las barras antivuelco. También llaman la atención las llantas de 18 pulgadas que monta nuestra unidad.
La zaga es la parte más sobria de este modelo, como suele pasar en todas las pick-up. Las líneas son más rectas aquí y tenemos unos pilotos traseros verticales que se extienden ligeramente hacia el lateral. el portón cuenta con un tirador cromado y las credenciales del modelo. También cromada va la parte inferior del paragolpes posterior. Las ruedas traseras reciben unos guardabarros que resultaron de lo más útil en nuestra jornada de pruebas.
El Toyota Hilux se comercializa en tres versiones diferentes. La primera es la cabina sencilla, con dos plazas y una caja de mayor tamaño. La segunda es la cabina extra, que suma otras dos plazas pequeñas reduciendo un poco la caja. La tercera es la nuestra, la doble cabina, que ofrece cinco plazas con dos puertas traseras normales. Las dimensiones exteriores son prácticamente las mismas en las tres variantes: 5,33 metros de largo, 1,85 metros de ancho, 1,81 metros de alto y una distancia entre ejes de 3,08 metros.
Interior
Cuando pasamos al interior ya no se perciben tantas diferencias respecto al resto de turismos de la gama. El Hilux mejora en este aspecto y adopta prácticamente todas la tecnología de la marca. Hablamos del sistema multimedia Toyota Touch 2, controlable a través de la pantalla táctil de 7 pulgadas situada en el centro del salpicadero. Destaca por su funcionalidad intuitiva, pero se queda algo atrás en cuanto a tacto y rapidez respecto a otras más recientes.
Por encima de la pantalla principal y entre los aireadores, queda una pequeña LCD con la hora, que da un toque retro. Por debajo de ella quedan los controles de la climatización, también de los clásicos con botones y ruletas. En esa zona también aparece el selector de la tracción total y algunos botones para el bloqueo del diferencial o el control de descenso de pendientes. Detrás del volante multifunción, encontramos una pantalla TFT de 4,2 pulgadas a color que completa la instrumentación y queda situada entre dos esferas de generoso tamaño.
El habitáculo del Hilux busca la funcionalidad, de ahí su diseño comedido y los materiales empleados. La calidad estará algo por debajo de la mayoría de turismos, pero probablemente su durabilidad sea mayor. Predominan los plásticos duros con un tacto correcto, habiendo nulas concesiones al lujo. Los ajustes también parecen sólidos y, en general, se percibe una atmósfera que supera las expectativas de las pick-up de hace unos años. Mención aparte para los numerosos y útiles huecos portaobjetos en el interior.
En términos de habitabilidad hay que alabar a las plazas delanteras, pues el espacio es notable en todas las cotas y sus asientos confortables. El acceso a la segunda fila es algo más limitado debido a la apertura de las puertas, pero las plazas serán aceptables. Aquí encontramos espacio para cabeza y piernas, aunque la anchura se son antoja algo justa. La plaza central carece y forma y está algo más elevada, mientras que el túnel de transmisión no es demasiado intrusivo.
Maletero
Aunque este apartado haga referencia al maletero, al tratarse de una pick-up tenemos que hablar de la caja. Su anchura es de 1,54 metros y su altura de 48 centímetros, sea cual sea la versión que se elija. Lo que sí cambia es su longitud, que va desde los 2,31 metros de la cabina sencilla a los 1,52 metros en la doble cabina. Estas formas tan regulares hacen posible que quepa un europalet y que sea un vehículo perfecto para tareas profesionales.
La caja se puede completar con multitud de accesorios oficiales de la marca, entre los que destacan una cubierta de aluminio enrollable, la cubierta acristalada o una protección de alumino para la caja. Hay que decir que el Toyota Hilux de doble cabina tiene una capacidad de carga de 1.040 kg, sumando una masa máxima autorizada de 3.210 kg (el peso del vehículo es de 2.170 kg). También destacará su capacidad de remolque de 3,2 toneladas en esta versión (hasta 3,5 toneladas en la cabina sencilla).
Equipamiento
La gama de equipamiento del Toyota Hilux queda perfectamente organizada en cuatro acabados, dos con un enfoque más profesional y otros dos más adecuados para particulares. El más básico es el GX, que cuenta con llantas de acero, climatizador manual, display LCD monocromático o rueda de repuesto de tamaño completo. Por encima queda el VX que ya viene mucho más completo gracias a las llantas de aleación de 17 pulgadas, la pantalla táctil de 7 pulgadas, el display LCD a color de 4,2 pulgadas o la cámara de visión trasera.
Saltando a los más adecuados para particulares, encontramos el acabado VXL, el que equipa nuestra unidad de pruebas. Suma a todo lo anterior elementos como las llantas bitono de 18 pulgadas, climatizador automático, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, barras antivuelco cromadas o las bondades del Toyota Safety Sense. Las ayudas a la conducción incluidas son el avisador del cambio nvoluntario de carril, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico y el sistema pre-colisión con detector de peatones.
El tope de gama es el acabado Limited, que soma otras bondades como los asientos delanteros calefactables (el del conductor con ajustes eléctricos), los faros LED con ajuste automático, la entrada y arranque sin llave o la tapicería de cuero. En este acabado se eliminan las barras antivuelco o protección frontal que sí están presentes en el VXL.
Entre el equipamiento opcional de este modelo encontramos elementos que buscan aumentar la practicidad. En el apartado tecnológico se puede sumar el navegador Touch2 & Go. El resto serán protecciones de todo tipo para distintas partes de la carrocería, además de lo anteriormente mencionado para hacer la caja aún más aprovechable y adaptada a las necesidades de cada usuario.
Motor
La gama de motores del Toyota Hilux seguirá siendo escueta en nuestro país, quedando limitada a una única opción. Se trata del 150D, una mecánica diésel turboalimentada de cuatro cilindros y 2.4 litros. Desarrolla una potencia de 150 CV y 400 Nm de par entre las 1.600 y las 2.000 rpm, y permite elegir entre dos cajas de cambios. Por un lado hay una manual de seis velocidades y por el otro una automática de convertidor de par con el mismo número de marchas.
Lo que es innegociable es la tracción total, elemento obligatorio para todo el que busca una pick-up. Se controla con una ruleta en la consola central que permite escoger a donde se quiere que vaya la potencia. En el modo H2, que viene por defecto, pasa a las ruedas traseras; en el H4 tenemos tracción a las cuatro ruedas (se puede conectar hasta 50 km/h) y en el L4 es una tracción integral con reductora para salir de cualquier situación (solo a velocidades bajas).
En nuestro caso probamos la variante con cambio manual y haciendo un repaso a la ficha técnica vemos que sus prestaciones son una aceleración de 0 a 100 km/h en 13,2 segundos y una velocidad máxima de 170 km/h. Será más interesante el dato el consumo combinado homologado, que está en 7 l/100km y el de las emisiones de CO2, que son de 185 g/km. Ahora pasaremos a la práctica para ver de lo que es capaz.
Comportamiento
Nuestra prueba de contacto consta principalmente de recorridos fuera del asfalto, por pistas de grava y un pequeño circuito para comprobar sus aptitudes todoterreno. Echamos de menos un poco más de asfalto para tener una visión más global del producto. Sin embargo, nos dio tiempo para comprobar el comportamiento del Toyota Hilux 150D manual, que tiene un marcado carácter pick-up y algunas características muy personales.
Empezamos por su mecánica, del bloque diésel hay que decir que no es demasiado refinado. Su sonido y algunas vibraciones se filtran al habitáculo y comprobamos que la insonorización no llega al nivel de otros modelos. La entrega de su potencia es contundente en bajas, no hay que olvidar que los 400 Nm de par están disponibles entre las 1.600 y las 2.000 rpm. Esto es de agradecer sobre todo a la hora de superar obstáculos y en una conducción off-road.
La palanca de cambios de transmisión manual tiene recorridos largos y un tacto no demasiado preciso que nos penalizaba ligeramente en el circuito todoterreno. Tuvimos que jugar mucho con el embrague, que sí tiene un tacto firme y agradable. Los desarrollos del cambio son los que caben esperar en este tipo de modelo con unas primeras marchas bastante cortas y con una sexta mucho más largas que sirve de desahogo.
Para enfrentarnos a pruebas como cruces de puentes o fuertes desniveles, son clave tener unas buenas cotas todoterreno. En el caso del Toyota Hilux de doble cabina tenemos un ángulo de ataque de 31º y un ángulo de salida de 26º. También contamos con una distancia libre al suelo de 293 milímetros, con lo que no habrá que preocuparse por la mayoría de obstáculos. Fuimos comprobando los diferentes modos de tracción donde las pruebas y su efectividad es máxima con la posición L4 y el bloqueo del diferencial trasero (aunque la mayoría de las pruebas las pasaba en H2).
Una característica que no pasa desapercibida en el Toyota Hilux es el esquema de su suspensión trasera. El eje rígido con ballestas consigue una enorme robustez y tener una capacidad de carga sobresaliente. Sin embargo, cuando vamos sin carga es fácil notar como ‘rebota’, sobre todo cuando circulamos por terrenos rotos. La dirección se bastante comunicativa pero requiere de cierta adaptación, pues su desmultiplicación llama la atención si no estás acostumbrado a conducir este tipo de vehículo.
Terminamos la prueba con las ganas de llevar la Hilux por otros lares. Mi experiencia anterior con su antecesor me dice que en autopista será un vehículo bastante cómodo, pero que cuenta lleguemos a una carretera de curvas comenzarás las inclinaciones y balanceos típicos en este tipo de carrocería. La ciudad no será su territorio debido a sus dimensiones, aunque la visibilidad en el puesto de conducción elevado es muy buena.
Opinión coches.com
En definitiva, cada vez tiene más sentido la compra de la pick-up, pues ya no tiene limitaciones legales en su circulación por carreteras. Y en el segmento estamos ante uno de los modelos más míticos y equilibrados. El Toyota Hilux 150D VXL supone una opción interesante, con una estética renovada que mantiene los cánones clásicos. Mejora mucho en su interior al incorporar una tecnología que lo acerca a un turismo. En habitabilidad se mantiene de forma aceptable.
La única mecánica diésel disponible no es especialmente refinada, pero transmite lo que se busca en este tipo de modelos. Su comportamiento dinámico destaca principalmente fuera del asfalto, donde es difícil encontrar sus límites. En carretera no destaca tanto, pero tampoco defrauda. El equipamiento es bastante completo en este modelodesde los acabados inferiores, aunque precio se sitúa algo por encima de la media.
- Capacidad de carga en las tres versiones
- Aptitudes todoterreno y robustez
- Equipamiento bastante completo
- Refinamiento del bloque diésel
- Solo una mecánica disponible
- Suspensión rebotona con caja vacía
Galería de fotos: