Lo reconozco, jamás me había angustiado tanto con un vídeo. Conocía de sobra los peligros de estar en un lugar cerrado con una fuente de combustión. Desde una sala pequeña y una estufa de butano a tener el coche encendido en el garaje, debido a la emision de monóxido de carbono que se porduce con esa combustión. La llaman la muerte dulce, dado que las personas que inhalan este gas no se dan cuenta (el gas es inholoro) y te vas envenenando sin darte cuenta… hasta morir.
Pero nunca pude haber imaginado que en un deportivo, en plena carrera al aire libre, pudiese ocurrir algo así. Es aquí donde compruebas lo importante que es la ventilación del habitáculo y que esos gases no lleguen a la zona donde está el piloto.
En el vídeo se observa cómo el piloto va perdiendo capacidades hasta casi perder la conciencia. A partir del minuto 2:50 el piloto apenas puede engranar las marchas, se sale de pista una y otra vez hasta que, por suerte, es capaz de detener el coche. Poco a poco, las lunas se han ido empañando. Por suerte, lo rescatan, porque de no haber sido así, habría perdido la consciencia antes de entrar en coma. Esperemos que el rescate se haya producido a tiempo, ya que en función de la gravedad de la exposición al monóxido de carbono podrá tener alguna secuela.
Vía: Motorpasión, Hooniverse