A muchos les llamó la atención cómo Stellantis (en aquel entonces todavía PSA) decidió lanzar una marca premium de la nada. Bueno, sobre las cenizas de un nombre inmortal, el Citroën DS, un coche sorprendente en su época. Comenzaron con remarcados y en 2018 llegó el DS 7 Crossback, un SUV grande que cargó con la responsabilidad de triunfar o triunfar. Y no lo hizo nada mal.
En 2023 llegó su puesta al día. Perdió su apellido Crossback y claro, tuvimos que realizar una prueba a fondo. Como el anterior, saca una nota más que notable en comodidad y buenos acabados interiores. Y se lanza abiertamente hacia los motores híbridos, que suponen tres de las cuatro motorizaciones de la gama. Y en esto que vamos nosotros y probamos el diésel de acceso:
Nos ha parecido que tiene sentido conservar esa mecánica diésel de 130 CV y cambio automático. De acuerdo, es el menos potente de su categoría, donde otras marcas premium ofrecen diversas opciones con este combustible, en ocasiones muy potentes. Pero eso permite que uno pueda acceder a este modelo desde un precio base casi 10.000 euros más económico que sus rivales con motor diésel.
Ideal para quien haga muchos viajes a ritmos tranquilos y quiera disfrutar de un ambiente muy cuidado, las pegas que le ponemos tienen que ver con que no cuente, como la mayoría de sus alternativas, con hibridación ligera o etiqueta ECO… o que la respuesta del motor no se sienta tan premium como sus acabados. Y (esto ya es más de aficionado al motor), que la marca busque ser distinta en los acabados, sino también en cuestiones de ingeniería como el DS original.
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