Los británicos ya han demostrado en multitud de ocasiones que son unos auténticos apasionados de los motores de ayer y de hoy. Impresionantes historias como la de «la bestia de Turín» un Fiat con un potente motor de 28.5 litros, ya llamó nuestra atención hace un par de años. Pero el Fiat Isotta-Fraschini del año 1905 que protagoniza este post no se queda atrás.
Este vehículo de principios del siglo XX fue creado por Fiat con un objetivo claro: batir récords de velocidad. Con un diseño de dimensiones desproporcionadas creado para almacenar dos de los motores más potentes de la marca, este Fiat parecía tener todo el viento a su favor. Pero sin previo aviso se quedó a las puertas de la cadena de producción y fue olvidado en un garaje durante décadas.
Pero el destino quiso que este curioso modelo se cruzase en la vida de una pareja de británicos que decidieron hacerle un hueco y restaurarlo por completo. Aproximadamente 8 años tardaron en dar vida a cada centímetro del coche. Aunque el punto clave lo consiguieron al instalar en sus entrañas el motor de un avión de la Primera Guerra Mundial que jamás había sido utilizado en competición. Esta mecánica, un motor Isotta-Fraschini V6-V de 16,5 litros y seis cilindros en línea, lo ha convertido en una auténtica bestia con un rugido característico que mantiene enamorado a todos los habitantes de la zona.
Sus 250 CV de potencia (con unos apabullantes 1.150 Nm de par motor) le permiten alcanzar una velocidad máxima superior a los 200 km/h. Aunque teniendo en cuenta que sólo tiene frenos en el eje trasero y que los neumáticos no son de ultima generación, podemos entender que su propietario no quiera arriesgarse a llegar a esas velocidades.
En el vídeo a continuación podrás observar cómo esta pareja conduce el bólido con frecuencia por la carreteras de la zona, alegrando los días a los lugareños con su sonido característico y el humo que lo acompaña. Además, van trajeados con abrigos de piel haciendo un pequeño guiño a la época en la que nació este monstruo. Si te fijas bien, en el vídeo podrás se ve el mecanismo de sincronización que impedía a que la ametralladora instalada en el avión destrozase las hélices a balazos.
Fuente: Goodwood Road and Racing