Normalmente los animales no se suelen llevar bien con los coches. Este hecho ha sido llevado al extremo en Giessen (Alemania), donde el año pasado un usuario dejó su flamante McLaren 650S Spider aparcado cerca de una finca. Lo peor fue cuando se dio cuenta de que la trasera del coche estaba siendo mordida por el burro que se encontraba dentro del recinto, causándole algunos desperfectos en la pintura y en una pieza de fibra de carbono de su carrocería.
El protagonista de esta historia se llama Vitus (el burro, no el dueño del superdeportivo) y en su momento se bromeó sobre si había podido confundir el McLaren con una zanahoria gigante, debido a su color Elite Volcano Orange. Aunque no tenemos muy claro si los burros pueden distinguir colores hasta ese punto, lo cierto es que los daños del coche ascendieron por encima de los 30.000 euros.
El caso es que la aseguradora se hizo cargo de la mayoría de la reparación del vehículo, pero Markus Zahn (propietario del McLaren 650S Spider) tuvo que abonar la parte restante. El dueño del burro no quiso ningún tipo de responsabilidad, alegando que debería haber aparcado en otro sitio. Finalmente Zahn decidió llevar el caso ante la ley para intentar recuperar los casi 6.000 euros que consideraba que no le correspondía pagar.
Y aunque los hechos sucedieron hace un año, se vuelve a hablar de este caso porque el jurado ya tiene su veredicto. La justicia se ha puesto del lado del dueño del McLaren 650S Spider y ha condenado al dueño del burro a pagar la cantidad que antes nombramos. Aunque pueda parecer que el precio de los daños ha sido exagerado, lo cierto es que no resultado descabellado para un coche que supera los 300.000 euros.
Fuente – Autoblog