El limpiaparabrisas es un elemento imprescindible a día de hoy en los coches. Se trata de un invento con más de un siglo de antigüedad, pues fue Mary Anderson a quién se le ocurrió la idea en 1903. Desde entonces ha ido evolucionando para cumplir su función de manera más eficaz. Ahora se propone una nueva mejora que mira mucho por la sostenibilidad y el medio ambiente. Se trata de un sistema que podría aprovechar el agua de la lluvia para el limpiaparabrisas.
En este caso no ha sido idea de ingenieros, sino de dos niños alemanes muy concienciados con la situación del planeta. Daniel y Lara Krohn, dos hermanos de 11 y 9 años respectivamente, viajaban con su padre en el coche cuando se dieron cuenta de algo. Estaba lloviendo y el depósito del agua estaba vacío, al poner el limpiaparabrisas solo consiguió empeorar las cosas y ensuciar más el parabrisas. Por eso decidieron idear alguna solución.
Pensaron que el agua de la lluvia podía ser recogida y reutilizada. Comenzaron probando con un coche de juguete dentro de un acuario. Pusieron un sistema de filtrado para que dicho agua estuviera en condiciones y terminaron ganando una competición científica local. La idea llegó a los oídos de los ingenieros de Ford, que decidieron tenderles una mano a los niños y probar su tecnología en un coche de tamaño real.
Cogieron un Ford S-Max e instalaron unos conductos de goma en la parte inferior del parabrisas que dirigían el agua al depósito. El resultado es que cuando llueve, el depósito queda totalmente lleno en apenas cinco minutos. También creen que la recogida de este agua será importante en el futuro debido a que las cámaras y sensores adicionales necesitarán cierta limpieza. Aunque el líquido limpiaparabrisas suele ser más recomendable para esta función, hay que reconocer que la idea es de lo más original
Fuente: Ford