La mayoría de medios reflotan contenidos; no hay nada malo en ello, siempre y cuando se indique que no se trata de actualidad. Los informativos de Antena 3 sacaron recientemente en el telediario de las 9 de la noche la noticia de la prueba de choque de un avión más cara de la historia. La pieza prometía. Inmediatamente la redacción de coches.com se puso manos a la obra para investigar más detalles sobre el tema y ¡sorpresa! Se trataba del extracto de un documental de 2012 para Discovery Channel. Con cuatro años de retraso, pero igualmente interesante. Por eso os vamos a contar esta historia. La de verdad.
Desierto de Laguna Salada, norte de México. Un equipo de científicos, pilotos, bomberos y autoridades mexicanas esperan el momento del accidente, preparado durante cuatro años. Un Boeing 727 utilizado para la prueba de choque se va a estrellar en los próximos minutos gracias a un sistema de control remoto que, previamente, alguien ha colocado y activado.
El objetivo es medir el daño que un choque a gran velocidad (aumentada para el experimento) provoca en un 727 a los pasajeros y a la propia aeronave. En su interior, medio millón de dólares en dummies, cámaras especializadas, sensores y, lo más aterrador: el equipo que forma parte del test. Sólo se había realizado una prueba de choque similar en 1984 por la Nasa.
Minutos antes del impacto, los pilotos que controlan que todo salga bien, saltan en paracaídas del avión a punto de estrellarse. El momento del accidente es espectacular. Como puede apreciarse en las imágenes, la parte delantera del avión acaba destrozada y separada del resto de la aeronave.
¿Qué pasajeros hubieran sobrevivido? ¿Los de delante, o los atrás? ¿Puede que ninguno?
Qué hacer en caso de impacto
Tras el accidente intencionado, los científicos y especialistas se ponen a evaluar los daños producidos a los dummies. En este caso, los pasajeros situados en la parte trasera del avión habrían tenido más posibilidades de sobrevivir, ya que los de delante no lo habrían conseguido. Sin embargo no se trata de una norma universal. Si sobrevives, tal y como indican los especialistas del documental, aún tienes que salir del avión; lo habitual es que el combustible comience a arder tras el impacto y por ende, el habitáculo se llene de humo. Y si sales, has de enfrentarte a las condiciones climatológicas del lugar del accidente, y esperar el rescate.
Los daños causados a los muñecos revelan la enorme importancia que tiene adoptar la posición de seguridad en caso de impacto: inclinarse sobre el regazo y cubrirse la cabeza con las manos. En la nueva película de Clint Eastwood, Sully, se puede ver cómo las azafatas repiten en bucle las instrucciones mientras el avión cae sobre el río Hudson (tranquilo, no es un spoiler, esta historia también salió hace años en los medios). También recomiendan no sostener a los niños sobre el regazo en caso de impacto, ya que saldrá despedido.
La reacción del cuerpo humano a un impacto de esta magnitud queda reflejado en el experimento: los muñecos que habían adoptado la posición de seguridad habrían sufrido daños en las tibias; los que fueron sentados en posición normal sufrieron graves lesiones en la columna vertebral y el cuello. Los científicos afirman que en un accidente de estas características, no habría habido supervivientes.
Puedes ver el documental completo en este enlace.
Así que ya sabes, el asiento es escojáis no determina vuestro nivel de supervivencia, tan sólo lo interiorizadas que tengáis las instrucciones de seguridad. ¿Prestaréis atención a las y los azafatos la próxima vez que voléis? Estamos seguros de que sí.
Vía: ABC News