En el mundo del automóvil, el Reliant Robin es conocido sobre todo por una cierta tendencia a permanecer… al revés. Ya sea por los “choques” perpetuos con el famoso Mini de Mr. Bean (que siempre terminaba en una zanja o volcado) o en Top Gear, donde Jeremy Clarkson lo puso a prueba y en muchas de las imágenes terminó cada giro en un vuelco. Dicho esto, es sorprendente ver cómo alguien hace drift con un Reliant Robin.
El joven youtuberOliver Amon, conocido por parodiar vídeos de gymkhanas, ha elegido a este pequeño y modesto vehículo de tres ruedas (dos detrás y una delante, como un triciclo) para ir de lado a lado sobre la nieve. Y por raro que parezca, a pesar de su tenencia al giro de 90 grados con el asfalto afeitando la cara de su conductor, es un coche que se desenvuelve de una forma bastante competente en el ámbito del drifting.
La verdad es que en el breve cortometraje descubrimos que, en las manos correctas, el pequeño Robin puede ser muy divertido de pilotar, pudiendo hacer derrapes a cámara lenta sin siquiera volcar. Simplemente hay que evitar colocar demasiado peso en el frente a la hora de afrontar curvas deslizando la zaga. Sí, ese cochecito de aspecto barato y diseñado para la plebe (que así fue en verdad, y casi 30 años en producción demostraron su popularidad) también es divertido.
Vendido en forma de compacto, familiar y furgoneta, el Reliant Robin nació en 1973 como una respuesta a la necesidad de un vehículo compacto y económico motivado por la crisis del petróleo. Estaba propulsado por un pequeño motor de cuatro cilindros y 748 cc, que dos años más tarde aumentaría hasta los 848 cc. Con 40 CV de potencia y 62 Nm de par, podía alcanzar una velocidad máxima de unos 130 km/h con un consumo cercano a los 3,5 l/100 km.
Lo cierto es que el Reliant Robin puede ser peligrosamente lento y extremadamente inseguro de conducir en vías públicas, pero consigue tocarnos en ese punto débil que lo convierte en un coche un tanto especial. Podemos decir que es una máquina que consigue sacarte antes una sonrisa que una cara de estreñido. Este vídeo es un gran ejemplo de por qué.
Vía: Car and Driver