Reconocemos que hemos tenido que indagar qué diantres es un Doodlebug. Este término en inglés designa a un tractor casero, que los agricultores creaban normalmente a partir de piezas de un Ford de los años 20 o 30 del siglo pasado, debido a la escasez de máquinas en la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, uno de estos vehículos, tras aparecer en Connecticut (Estados Unidos) en un bosque tras un granero, donde había estado ocho años oxidándose. Tras una puesta a punto rápida recibió su primer lavado en 91 años.
Este Doodlebug se había basado en un Ford Model A de 1929, pero emplea piezas de otros vehículos, como el volante de un Plymouth o una pequeña carretilla que sirve como volquete. Su propietario, llamado Ted, cambió las bujías, arregló la transmisión y arrancó de inmediato. Sorprendente, ¿verdad? Me pregunto si un coche eléctrico actual pasaría lo mismo después de un siglo. Eso sí, eligió a la gente de AMMO Studio para que realizase su primer lavado completo en 91 años. Así fue:
“Me alegro de que no veamos ninguna abeja”, dijo Ted, el propietario, cuando comenzaron a desenterrar al viejo tractor de entre la maleza. Los árboles no solo habían crecido a su alrededor, también a través de él.
Con apenas un poco de aceite y agua, algunos golpes en lugares estratégicos y la chispa de una batería y un paquete de arranque, este viejo Ford agrícola se movió por sus propios medios por primera vez en años. Es un instante que me parece más mágico incluso que el lavado en sí. No sabemos si Ted acabará restaurándolo, pues solo lo quiere para transportar leña en los alrededores de su granja, pero sin duda este lavado a fondo no le vendrá nada mal.
Fuente: AMMO NYC