El auge de los vehículos eléctricos está cambiando los pronósticos económicos a nivel mundial. Y es que toda acción conlleva una reacción. Hace unos años nadie habría vaticinado que el precio de la espodumena se disparara un 200% por culpa de una empresa que se ha empeñado en que los coches conduzcan solos. Hoy sabemos que este mineral, del que se extrae el litio, es vital para la fabricación de las baterías de los coches eléctricos, cuya demanda se estima que se multiplicará por 11 en 2025, año en el que el 40% de los coches serán eléctricos e híbridos enchufables.
El Gigante Goldman Sachs ha calificado a este mineral como «la nueva gasolina», otros como «el oro blanco». Tesla quiere aprovisionarse de este metal en grandes cantidades, ya que planea comenzar la producción de coches en una «Gigafactoría» en Nevada que necesitará el suministro suficiente para las baterías de ion-litio de medio millón de coches por año para los próximos cinco. Mucho litio, ¿verdad?
El escándalo del Watergate, los estándares cada vez más restrictivos en materia anticontaminación y el imparable avance de la tecnología han posicionado los diésel en un escalón inestable dentro del proceso de producción. Se estima que para 2025 la diferencia entre un coche eléctrico y uno diésel traducida en precio de venta será de sólo un 5%.
El litio lleva presente en nuestras vidas mucho antes del boom de los vehículos híbridos y eléctricos: en los portátiles, los móviles, las herramientas eléctricas, producción de lubricantes, cerámica y vidrio. El petróleo actualmente está alcanzando mínimos casi históricos, mientras que las empresas más beneficiadas por esta tendencia serán los grandes productores de litio como Panasonic o Samsung.
Este mineral blando no sustituirá inmediatamente al petróleo, ya que los bajos precios del crudo están paralizando la búsqueda de alternativas, y también exige una elevada inversión en refino e infraestructura, pero se perfila como uno de sus claros sustitutos en las próximas décadas.
La Arabia Saudita del litio
Esta revolución eléctrica promete traer muchos beneficios a los países productores, que se concentran en lo que la revista Forbes ha denominado «La Arabia Saudita del litio»: Argentina, Chile y Bolivia. Estos tres países concentran en 85% de las reservas del mineral a nivel mundial, siendo Chile el país que encabeza la producción en la zona de los salares.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, declaró en 2008 que el país «establecerá el precio del litio de todo el mundo». Pero, ¿qué supone este auge a nivel social y medioambiental?
Debemos partir del hecho de que el litio precisa, al igual que el petróleo, un proceso de extracción que nace a través de pozos, y pasa por un proceso similar al del refino, y precisan de mineros para su explotación. Los polvos compuestos de litio, al contacto con la humedad de la piel humana causa quemaduras semejantes a las de la sosa cáustica, y su aspiración puede provocar edemas pulmonares además de una larga lista de efectos secundarios, hasta el punto de que recomiendan no lavar los uniformes de trabajo en los hogares por los efectos que provoca sobre todo en niños, adolescentes y madres gestantes y lactantes.
A nivel social, se alerta de que las provincias sólo reciben una pequeña parte de lo que se produce. El salar colinda con alrededor de 50 asentamientos humanos, y la mayoría son áreas de desarrollo de pueblos campesinos indígenas .¿Habrá consulta ciudadana?
Asimismo varias organizaciones avisan de que los paisajes de los grandes salares andinos, hoy casi intactos, pueden estar condenados a desaparecer, junto con la flora y la fauna, por satisfacer la demanda extranjera de baterías.
Goldman Sachs estima que «cada 1% de aumento en la demandas de baterías para coches eléctricos se correspondería 70.000 toneladas”. La pregunta que surge es ¿están preparados los salares sudamericanos y las comunidades que viven a su alrededor para ser el epicentro mundial de la producción de la nueva gasolina? ¿Hay litio suficiente en el mundo? ¿Arriesgará el modelo de desarrollo de este triángulo del litio?
Fuentes: BBC, El País, RT, Greenpeace, Conciencia Solidaria, Veoverde
Fotos: Flickr cc Patrick Nouhailler