Estaba pensado que esta semana el Parlamento Europeo (PE) se reuniese con el objetivo de debatir y votar una de las cuestiones más controvertidas durante el cierre del 2015: mantener los límites de emisiones de Oxido de nitrógeno (NOx)… o aumentarla un 110%. Sin embargo, la Conferencia de Presidentes del PE acordó hoy aplazar el voto sobre la propuesta de la Comisión Europea (CE), a petición del grupo del Partido Popular Europeo y con el respaldo de los socialistas.
Recapitularemos un poco para refrescarte la memoria al respecto. El pasado 28 de octubre, la Comisión Europea propuso aumentar en un 110% las emisiones de NOx, ya que los vehículos deberán realizar una prueba en carretera abierta en el futuro ciclo de homologación, más realista que el actual NDEC. Ya te contamos que eso significaría que los coches futuros contaminen más, ya que implica subir el límite de 80 mg/km a 168 mg/km, más del doble de lo permitido hoy día.
Fueron los fabricantes los que presionaron tanto la CE como el Consejo Europeo para conseguirlo. Argumentan que sus inversiones, fundamentalmente en motores diésel, no se podrán amortizar, ya que manteniendo los actuales límites de emisiones, con una prueba más realista, serían incapaces de superarla. La tecnología necesaria para que los motores diésel cumplan significaría acabar con el diésel en los coches más pequeños, ya que el sobrecoste no los haría atractivos.
Esta propuesta fue rechazada por el PE en un primer momento. Tras su reunión el pasado diciembre, el votó no a la rebaja en las emisiones de NOx, con unos resultados que no dejaban lugar a dudas: 40 votos en contra, 9 a favor y 13 abstenciones. La Comisión de Medio Ambiente de este Parlamento fue la encargada en pronunciarse en contra de este aumento de las emisiones y de los plazos para adaptarse a los cambios. Tras estos resultados, todos los miembros del Parlamento se pronunciarán a favor o en contra entre esta semana. Si entre los 751 parlamentarios se consigue una mayoría simple (376) se ejercerá el derecho a veto de la propuesta y quedará anulada.
Para entender esto debes tener en cuenta que en la actualidad no se puede comercializar ningún vehículo que supere los 80 miligramos por kilómetro. Los sistemas de medición instalados en las carreteras cuentan con un margen de error del 18,75%, de acuerdo a los datos del Parlamento Europeo. Por lo que como mucho se pueden pasar un 30%… pero un 110% carece completamente de sentido.
Como ya hemos explicado anteriormente, el motivo real es dar salida a una serie de vehículos diésel en fabricación que no se ajustarían a las limitaciones futuras. Por ello, casi todos los países europeos votaron a favor de flexibilizar los límites, especialmente aquellos que cuentan con fábricas en su territorio, pretendiendo proteger el empleo (aún a costa de la salud).
Siguiendo los datos de la Eurocámara, los problemas de contaminación se llevan cada año 430.000 vidas, solo en la Unión Europa, con un coste anual de 940.000 millones de euros. En España, fallecen 5.900 debido a la contaminación, es decir, casi seis veces más de los fallecidos en accidentes de tráfico.
La contaminación es un problema con una envergadura a la que las grandes potencias no están sabiendo enfrentarse. Teniendo en cuenta estos últimos datos de mortalidad, lo único que nos cabe esperar es que los representantes de los ciudadanos europeos sean plenamente conscientes de esta realidad. Votar a favor de esa propuesta sería una patada hacia delante y no resolver un problema que los fabricantes deberían haber solucionado antes, implementando mejoras en sus vehículos ante el cambio de medición de emisiones que sabían que se avecinaban