Hace un tiempo nos hicimos eco de un estudio que indicaba que harían falta muchos menos coches cuando estos se muevan solos. Aquel estudio se refería a la ciudad de Singapur solamente, pero ahora nos hacemos eco de otro… que hará sudar frío a muchos fabricantes.
Pues bien, según una estimación de un analista de Barclays asegura que la producción de grandes fabricantes se verá reducida en un 40% en los próximos 25 años debido a la popularización de los coches autónomos, esos que circulan sin necesidad de que actúe un conductor, como el desarrollado por Google.
Según el estudio del analista de Barclays Brian Johnson, las tasas de propiedad de vehículos caerían a casi la mitad con las familias. La tendencia sería disponer de un único coche en el hogar. Los coches sin conductor harán el doble de kilómetros que los automóviles actuales, dado que podrían transportarán a cada miembro de la familia durante todo el día. Hoy, un vehículo privado se usa menos del 10% del tiempo. El resto, está aparcado en algún lugar, así que habrá una importante mejora de uso en esta importante inversión familiar.
Los efectos que tendría para la industria automovilística son espeluznantes. Los fabricantes de coches de masas «tendrían que reducir drásticamente su producción para sobrevivir», augura Johnson. «GM y Ford tendrían que reducir la producción en Norteamérica hasta en un 68 y 58 %, respectivamente», según sus cálculos
Los coches autónomos se han convertido en un tema frecuente para los ejecutivos de las automovilísticas conforme ha emergido la tecnología. El mercado de estos vehículos crecerá a 42.000 millones de dólares en 2025 y representará una cuarta parte de las ventas de coches a nivel mundial para el año 2035, según Boston Consulting Group.
Por todo ello, los fabricantes de automóviles trabajan actualmente para revisar sus modelos de negocio, de cara a esta nueva realidad que está redefiniendo la movilidad. Porque debemos tener también en cuenta que la mayoría de la población mundial vivirá en grandes megaciudades durante las próximas dos décadas. En ese panorama puede que incluso no sea necesario tener un coche en propiedad, sino contar con vehículos compartidos, transporte público personalizado…
Fuente: Barclays