La llegada del otoño es cada vez más evidente. Lluvias, hojas secas y viento pueden comprometer el estado no solo de las carreteras, por lo que todos tenemos que cuidar nuestra conducción en otoño, sino también afectan a nuestros automóviles, sobre todo a la carrocería.
Con el objetivo de proteger tu coche de las inclemencias meteorológicas, te dejamos aquí cinco sencillos consejos, que nos llegan de la mano de CertifiedFirst, que permitirán mejorar y mantener el aspecto exterior de tu vehículo:
Humedad
En primer lugar debemos tener cuidado con la humedad. El otoño trae consigo la llegada de las primeras lluvias. Aunque la humedad en sí, no es una fuente de problemas, la corrosión que puede derivar de ella sí que lo es. Por ello es preciso controlar si la superficie del coche presenta abolladuras, arañazos u otros imperfectos, porque aunque parezcan pequeños, el efecto de la humedad puede agravarlos, provocando que el estado de la pintura vaya a peor.
Hojas secas
Las hojas secas también pueden ser fuente de corrosión. Cientos de hojas caen durante esta estación y gran parte de ellas lo hacen mientras nuestro automóvil esta estacionado. No debemos olvidar retirarlas antes de iniciar la marcha, siempre y cuando sea posible. Con este sencillo gesto impediremos que se acumulen innecesariamente en la superficie de nuestro coche, especialmente en la zona de la luna frontal y posterior.
Aparcamiento
Estacionar debajo de los árboles tampoco es una buena idea durante esta estación. Quizás en verano nos parece la mejor solución, pues así protegemos la pintura de los rayos ultravioletas, pero durante esta estación no solo las hojas secas pueden ser fuente de problemas. Las ramas secas que se precipitan al suelo debido a fuertes vientos pueden traer consigo sustos innecesarios.
Además, y al igual que en otras estaciones del año, los inquilinos de los árboles nos obsequian cada vez que estacionamos debajo de su casa, una serie de “regalitos” que pueden dañar seriamente el estado de la chapa y pintura de tu automóvil. Por ello, no debemos olvidar que cuando este incidente se produce, es necesario eliminar los restos con la mayor brevedad posible para evitar así, que a corrosión sea mayor. El mejor método es usar un trapo de microfibra (o similar) húmedo, para ablandarlas y después retirarlas.
Lluvia
Tampoco debemos olvidar tener precaución con la lluvia. Lejos de lo que opinan los conductores más optimistas, la lluvia no ayuda a limpiar la superficie de tu coche y menos aún si esta se produce conduciendo, ya que la erosión es mayor. Además, la situación se agrava cuando conducimos detrás de un automóvil pesado. El barro, las piedrecillas y el efecto rebote de la lluvia no harán más que jugar en contra de la pintura del coche.
Limpieza
Por último, aunque no menos importante, debes mantener limpia la carrocería del coche. Pero hay que hacerlo como es debido, es decir, con los productos adecuados y el tratamiento necesario. Como te explicamos cuanto te enseñamos cómo lavar el coche, si utilizas sistemas de limpieza a presión evitar apuntar directamente a las juntas de la carrocería, salidas de aire o imperfectos en la pintura. Por ello, la limpieza a mano siempre es la mejor de las soluciones.
Pero quizás la clave para el correcto mantenimiento de la carrocería, en especial, la chapa y la pintura, es acudir a un taller para revisar los posibles imperfectos que aunque no se perciban a simple vista, están ahí. No debemos olvidar que la chapa y pintura no solo cumple una función estética y por ello debe ser también motivo de cuidado.
Fuente – CertifiedFirst