Suele decirse que el perro es el mejor amigo del hombre. En la mayoría de casos, el animal de compañía termina convirtiéndose en un miembro más de la familia, con todo lo que eso significa. Por eso cuando llegan las vacaciones mucha gente se plantea llevarse a su mascota en vez de dejarla en casa. Antaño era más difícil hacerlo, pero en la actualidad hay muchas opciones y lugares preparados para ello. Aunque viajar con tu perro en el coche requiere de cierta preparación.
Llevar a un animal en un coche cientos de kilómetros y durante varias horas tiene su complejidad. Lo más importante antes de emprender la aventura es la seguridad, tanto para las personas como para el propio animal. Por eso vamos a hacer un repaso a una serie de consejos importantes para que el viaje sea seguro y placentero a partes iguales y para que se pueda llegar al destino final a disfrutar de unas merecidas vacaciones con nuestro fiel compañero.
1. Indicaciones previas
El perro es un animal con mucha sensibilidad y en el que la educación juega un papel muy importante. Si ya ha llegado a la etapa adulta y nunca ha montado en un coche, el viaje será más complicado ante esa falta de costumbre e inseguridad que le podría generar al animal. Es recomendable que el dueño vaya acostumbrando al perro desde cachorro, trabajando este aspecto para que sea relacionado como algo positivo y placentero.
Este periodo de socialización se debería comenzar con trayectos cortos, aumentando la distancia paulatinamente. Siempre es mejor una asociación positiva del animal respecto al coche, algo que se puede conseguir con premios cada vez que sube a él. El perro también debería habituarse poco a poco al tipo de sistema de retención que se vaya a utilizar durante los viajes, especialmente si se trata de un transportín.
2. Salud y documentación
La salud del animal siempre va en primer lugar. Cuando se va a realizar un trayecto largo por carretera es muy importante haber comprobado que todo va bien mediante una visita al veterinario. Hay que cerciorarse de que las vacunas están al día, de que se ha realizado la desparasitación correspondiente (importante en verano) y que no hay ningún problema. También se puede preguntar por algún producto que evite los mareos, podría ser útil si el perro ya los ha sufrido en otros viajes.
Cuando el perro viaje, al igual que una persona, tiene que llevar su documentación encima. El chip identificativo es obligatorio es obligatorio y nos será de gran ayuda en el caso de que se pierda, lo mismo que la placa censal, que acredita que está registrado en la localidad correspondiente. A esto habría que sumar la cartilla sanitaria que acredita la buena salud del animal. En el caso de que esté catalogado como perro potencialmente peligroso también es obligatorio llevar la licencia y el seguro de responsabilidad civil.
3. Accesorios y preparación
El viaje hay que planificarlo con tiempo y tener en cuenta todo lo relativo a la mascota que hay que llevar. Lo más básico es tener comida suficiente para esos días que se va a estar fuera de casa. A eso también hay que sumar otras cosas como sus juguetes habituales o golosinas, que ayudarán a que se sienta a gusto incluso fuera de su entorno habitual. Si fuera necesario, se puede hacer una visita a la tienda de confianza y consultar qué más podría ser conveniente.
A este respecto, también es obligatorio tener preparado el accesorio de viaje y que se encuentre en perfecto estado. Bien sea el arnés, la rejilla divisoria o el transportín; hay que verificar que cumplen con su función correctamente y sustituirlos en caso contrario. Como vamos a viajar en coche y puede que se ensucie, es conveniente tener disponible un aspirador de mano o incluso un cepillo especial para los pelos que queden en la carrocería.
4. Antes de salir
Es importante que el perro esté en ayudas al menos dos horas antes del viaje. Si montase en el coche recién comido las probabilidades de mareo serían mucho mayores y podría terminar en vómito, una situación incómoda tanto para el pobre animal como para el dueño. Es importante llevar agua fresca y un recipiente adecuado para que el perro pueda beber durante el viaje y mantenerse correctamente hidratado, sobre todo en verano.
Si la mascota es propensa al mareo se puede consultar al veterinario para suministrarle algún medicamento antihemético. Del mismo modo, si tiene una personalidad inquieta y/o se pone muy nervioso durante los viajes, se puede probar con algunos remedios naturales naturales para reducir la ansiedad. La valeriana o la pasiflora son algunos de los más recomendados por no tener efectos secundarios (siempre consultarlo con un profesional antes).
5. Tener claro cuál es su sitio
Ya hemos hablado en alguna ocasión de lo que dice la legislación sobre viajar con mascotas. En primer lugar hay que recordar que está terminantemente prohibido que el perro vaya suelto en el coche. Está sancionado con una multa de 100 euros y repercute directamente en la seguridad de las personas y del animal. Podría terminar en accidente si distrae al conductor, si interfiere en la conducción o si saca la cabeza por la ventanilla.
Por no hablar de que en caso de frenado o impacto, el perro saldría despedido pudiendo provocar daños muy graves en su salud e incluso en la de los ocupantes si son golpeados. Así que hay que tener claro cuál es el lugar del animal en el coche. Lo llevaremos con los tres métodos legales más extendidos:
- Arnés: hay arneses que se pueden adaptar al cinturón de seguridad o al Isofix y que retienen bien al perro en las plazas traseras. No confiar en los collares, pues no sujetan todo el cuerpo del animal.
- Rejilla divisoria: tiene que ser rígida para separar el maletero del resto del habitáculo y el perro viajará atrás.
- Transportín: el método más seguro, si es pequeño va dentro del habitáculo (en el suelo de las plazas traseras) y si es grande va en el maletero y cerca del respaldo de la segunda fila.
6. Coloca la carga
Cuando ya se sabe el lugar donde va a viajar el perro toca repartir el equipaje. Si el perro va a ir en el maletero hay que intentar fijar las maletas con enganches o redes para que su movimiento no pueda causar daños en el animal. En función de su tamaño, tendrá que tener una zona despejada que le permita cierto movimiento (aunque esté sujeto) para que esté a gusto y no se agobie. Si se puede, meter algunos bultos en las plazas traseras para conseguirlo.
Si el perro va con un arnés en las plazas traseras se aplica el mismo principio, todo lo que podamos llevar en el maletero mejor. También son bastante recomendables unas fundas especiales que cubren los asientos para que el se manche lo menos posible la tapicería del coche.
7. Durante el viaje
Tenemos que partir con la base de que un viaje largo en coche no va a ser algo relajante para un perro. Por eso las condiciones tienen que ser las más beneficiosas para el animal. La ventilación es muy importante, sobre todo en verano, pues las altas temperaturas podrían tener consecuencias negativas en nuestra mascota. Eso no significa que tenga que estar con la cabeza por fuera de la ventanilla (a evitar siempre), sino que toca utilizar el climatizador y renovar el aire de vez en cuando (sobre todo si está en el maletero).
También les afectará mucho el movimiento, por lo que es recomendable que la conducción sea tranquila y fluida. Los movimientos bruscos solo conseguirán que el animal se ponga más nervioso y que lo pase peor durante el viaje. Tampoco es recomendable poner la música muy alta, no hay que olvidar que su oído está mucho más desarrollado que el nuestro. En algunos coches se puede dirigir el sonido solo a las plazas delanteras y dejar las traseras con más silencio.
8. Paradas
No podemos hacer un viaje de 500 kilómetros sin parar cuando viajamos con un perro. Para el conductor tampoco es demasiado recomendable, así que vamos a aplicar el principio de parar cada dos horas para descansar un poco y estirar las piernas. La mascota lo agradecerá y así tendrá la oportunidad de hacer sus necesidades y liberarse un poco.
Si planificamos bien la ruta podemos encontrar áreas de descanso muy ventajosas, incluso ya hay algunas que tienen su propia área para mascotas, donde el perro podrá disfrutar aún más. Otro detalle que hay que tener en cuenta cuando hagamos una parada: antes de abrir la puerta del coche o el maletero hay que verificar que tenemos sujeto al perro, ya que podría salir corriendo y que otro coche lo atropellase.
9. Nunca solo en el coche
Lo último, pero no menos importante, nunca dejes al perro solo en el coche. Con las temperaturas tan elevadas del verano, el habitáculo de un vehículo al sol alcanza niveles que pueden repercutir en la salud del animal en muy poco tiempo. Ya hemos hablado del golpe de calor y de lo que hay que hacer para prevenirlo, lo más eficaz es no encerrar a la mascota allí, ni con las ventanillas bajadas.
[Algunas imágenes son meramente ilustrativas. Por muy gracioso que sea, el perro nunca deberá ir en las plazas delanteras o con la cabeza por fuera de la ventanilla ]