Tanto para los que están pensando adquirir un coche nuevo como para los que no, vamos a hacer un análisis de varios aspectos a tener en cuenta a la hora de sumar extras en la compra de un vehículo. Ya te habíamos intentado guiar a la hora de elegir equipamiento de un coche, así como para tener en tu vehículo el sistema de infoentretenimeinto más adecuado y seguro. Hoy, sin embargo, nos centraremos en aquellos extras que, además de sumar dinero en el precio final de tu coche, supodrán un coste importante a lo largo del tiempo.
Hemos recopilado los equipamientos extras más comunes, cuya sustitución o reparación suelen irse por las nubes, si la comparamos con la opción que suele venir de serie. Con todos estos consejos, esperamos que tu compra de un vehículo nuevo sea más eficaz… Y no termines por arrepentirte cuando sea demasiado tarde incorporando un equipamiento extra que a veces causa más problemas que soluciones.
1. Llantas sobredimensionadas y neumáticos con perfil más bajo
¿A quién no le gusta el resultado final de una carrocería con unas llantas más grandes y anchas? La estética resultante es mucho más atractiva, sin duda, y en este sentido no te vas a arrepentir… Otro cantar será cuando llegue el momento de cambiar los neumáticos. Entonces es posible que te lamentes de tomar esta decisión.
Los neumáticos que vayan montados en llantas más grandes, necesariamente necesitan un perfil más bajo. Y, puedes hacer la prueba en cualquier tienda de neumáticos, cualquiera de 20 pulgadas supone un sobrecoste importante respecto a unas de 18, por ejemplo. Ganarás estética, sí, pero como los neumáticos tienen menos goma, hay que reforzarlo… por eso cuesta más fabricarlo (y te cobran más por él). Y en los neumáticos, uno de los miembros el triángulo de seguridad es algo en lo que no se puede escatimar.
No sólo eso. Un menor perfil también implica menos comodidad (hay menos aire para mitigar badenes e imperfecciones de la carretera) y la llanta va más desprotegida a la hora de aparcar, y resulta más sencilla golpearla con un bordilllo. Y ojo, que como la llanta es más ancha hay más superficie de contacto con el suelo y aumenta el consumo.
Tampoco vamos a negar que tienen algunas ventajas las llantas grandes y neumáticos de perfil bajo, mas allá de la estética. Como hay menos goma y más llanta, se consigue una mayor rigides y una menor deriva, ya que hay menos superficie que se pueda doblar. Por esos las montan muchos coches de carácter deportivo. Pero en general, un conductor normal no necesita este tipo de combinación de llanta y neumático.
2. Tracción a las cuatro ruedas
La tracción integral es más segura en firmes resbaladizos, sin duda. Pero aumenta el consumo del coche. Normalmente cualquier vehículo de gasolina con este tipo de tracción no suele bajar de los 10 litros y el consumo urbano se dispara. Así que, a no ser que vayas a hacer un uso intensivo del coche en invierno en lugares donde la nieve aparezca con frecuencia, o te mueves por zonas donde se acumule barro, no es imprescindible que el coche cuente con tracción total. Si echas un ojo a los modelos que pueden equiparla, siempre supone un sobrecoste importante, a igualdad de motor y equipamiento.
No solo eso, si hay cuatro ruedas conectadas a la transmisión, generan un mayor desgaste en los neumáticos, hay cuatro palieres (lo que transmite la potencia de la caja de cambios a las ruedas) por lo que hay siempre hay más probabilidades de que rompa uno y salga más caro.
3. Cámaras en los paragolpes
Sin lugar a dudas, es un extra bastante interesante. Nos permite ver la distancia real a la hora de aparcar y en última instancia, evitar los roces al aparcar.
Como ves, es un extra que muy útil, siempre y cuando no te salga el tiro por la culata. Las cámaras están expuestas a los toques en paragolpes de otros vehículos, por lo que quienes aparquen «de oído» puede que, con un leve toque, rompan la cámara. En ese caso, deberías reparar el paragolpes… y el sistema de cámaras, que suele ser costoso. Nuestra recomendación es que pienses dos veces antes de incluir estas cámaras en los extras finales, si no quieres llevarte un susto en las reparaciones.
4. Descapotables con techo automático
Quizá esta sea la decisión más complicada al comprar un vehículo descapotable. El techo automático es una de las mayores comodidad del mundo. Lo peor que te pueda pasar circulando sin la capota es que empiece a diluviar, se moje todo el interior del coche y salgas calado. Si elegiste el techo automático, es tan simple como dar a un botón y este se recoge solo. Por el contrario, si es manual, o paras o terminas empapado.
Es una decisión difícil. ¿Qué prefieres, mojarte o correr el riesgo de que la posible reparación sea más costosa?
5. Frenos más grandes
Este es un extra bastante solicitado en los vehículos deportivos. Unas pinzas de freno más grandes, suponen, al mismo tiempo, discos sobredimensionados y unas pastillas de freno acordes al tamaño de la pinza.
No hay lugar a dudas de que toda seguridad es poca, y unos frenos más potentes siempre nos ayudarán a frenar antes. En caso de que los frenos estándar sean de mala calidad, si compensa incorporar unos más grandes. Pero, en general, suele ser un gasto innecesario, pues los vehículos nuevos no necesitan un mejor sistema que el montado de serie a no ser que sea un piloto en ciernes. Y la sustitución de estas pinzas y discos es mas caro, por supuesto.
6. Tapicería de cuero
La tapicería de cuero, a nivel visual, es interesante incorporarla. El interior consigue un aspecto espectacular, elevando su categoría… Hasta que te sientas en el asiento y te das cuenta de varias incomodidades. Muchos de quienes hayan tenido un coche con cuero, es posible que no vuelva a equiparlo con este material. Es bonito pero no es útil, al menos en España. En invierno, están fríos. En verano, demasiado calientes. Y mejor no mencionar el escaso agarre que ofrecen, sobre todo en las plazas traseras.
A todo esto hay que sumarle que, con el paso del tiempo el desgaste del día a día hace efecto y aparecen grietas. Para mantenerlo en perfecto estado es necesario tratarlo con cremas especiales… que supone un gasto. De lo contrario lucirán fatal .
7. GPS integrado
Siendo sinceros, el GPS integrado es bastante cómodo, no tienes que estar colocando el móvil o el navegador en la luna del coche y, además, puedes prescindir del cable de alimentación que siempre está incordiando por el medio, pues nunca se quedará sin batería.
Son comodidades que nos gustan, pero podemos vivir sin ellas. Teniendo en cuenta que a día de hoy, la mayoría de los teléfonos móviles llevan GPS integrado, podemos ahorrarnos el dinero del extra y de las actualizaciones del navegador integrado. Su actualización generalmente, requiere hacer una visita al concesionario de la marca, no se puede hacer desde casa.