El freno es un gran aliado a la hora de evitar accidentes y saber utilizarlo a la perfección es lo mejor que podemos hacer al coger el volante. Dependiendo de si nuestro coche cuenta con ABS o no y de si tiene marchas automáticas tendremos que realizar una u otra acción para evitar un infortunio.
Frenada con ABS
Una de los mitos más extendidos sobre el sistema ABS de los vehículos modernos, el pisar el pedal a fondo no supone el bloqueo de la dirección del vehículo. Al frenar será necesario pisar el freno y el embrague a la vez para evitar que se cale. Puede darse que el volante vibre pero eso no supone la pérdida del control del vehículo, de hecho es una señal de que el ABS está funcionando liberando la tensión del circuito de frenos varias veces por segundo para así atenuar la potencia de frenado en la rueda que tiene más probabilidades de quedar bloqueada.
Sin ABS
No vamos a negarlo, frenar sin ABS cuesta lo que no está escrito y será complicado. Pisando el pedal de freno y el embrague, habrá que intentar tocar el volante lo menos posible y relazando maniobras pequeñas que eviten perder el control del coche. Es posible que, al no contar con el sistema ABS, las ruedas se bloqueen al final de la frenada. En ese caso, para recuperar el control habrá que reducir la fuerza sobre el pedal de freno hasta que las ruedas vuelvan a girar y poco a poco volver a aumentar la fuerza sobre el freno, sin dejar de pisar el embrague, claro está. Ejemplo de cómo no hacerlo, nos lo da Homer Simpson.
Frenada con coche automático
Como no hay embrague, a pisar el freno como si no hubiera mañana, con toda la fuerza que se pueda y más, sin dilación, presionar hasta el fondo con ganas. Continuamos con el consejo de tocar cuanto menos el volante, simple y llanamente para salir de la zona de peligro de colisión tanto por delante como por detrás. En caso de frenada inesperada hay que observar el espejo retrovisor para poner a resguardo también la parte trasera del coche y salir de la zona de peligro cuanto antes.
No nos olvidemos…
De la distancia de seguridad. Es imprescindible contar con unos metros para reaccionar ya que, a velocidades de 120 km/h, se recorren hasta 100 metros antes de que el vehículo puede pararse del todo. Además, hay que añadir a esta frenada las condiciones del asfalto ya sea por la meteorología como por el mal estado de la carretera que afecta a la conducción.
Fuentes: ABC y Circula Seguro