El volante es uno de los componentes principales en un coche. Con él dirigimos el vehículo y por lo tanto su funcionamiento debería ser ideal. En ocasiones podemos notar algunas vibraciones en el volante que resulten incómodas o que incluso pueden ser un verdadero problema para el coche y por lo tanto para nuestra seguridad.
A continuación veremos algunas de las posibles causas de las vibraciones en el volante:
Neumáticos
En la mayoría de ocasiones que surge este problema suele estar relacionado con los neumáticos. Son el punto de contacto con el suelo y su estado afectará directamente a lo que nos transmite el volante.
De este modo si tenemos unos neumáticos con desgastes desiguales en el eje delantero o algún otro defecto o malformación, lo notaremos con una vibración rítmica que aumenta conforme vamos más rápido. Otro factor puede ser el desequilibrado de los neumáticos, en cuyo caso la vibración solo sería a una velocidad o rango de velocidades determinados. La solución sería tan fácil como hacer un equilibrado.
Dirección
La dirección es otro de los motivos frecuentes por la que nos vibra el volante, pues está conectada directamente al volante. También la suspensión, que trata de amortiguar la carrocería del vehículo. Por lo tanto si tenemos la dirección desalineada o una geometría de la suspensión inadecuada podrían surgir estas molestas vibraciones (además de un peor comportamiento). En este caso también es recomendable hacer una visita al taller para solventarlo.
Discos de freno
Si las vibraciones aparecen durante la frenada, el problema podría estar en los discos de freno. Lo más probable es que los discos delanteros estén deformados, pues al no estar completamente planos transmiten vibraciones al volante y a los pedales. Este caso puede surgir del uso exigente de los frenos, cambios bruscos de temperatura o el propio desgaste. Será necesario sustituir los discos de freno (y las pastillas que podrían estar ‘viciadas’).
Silentblocks
Los silentblocks son tacos de goma que sirven para unir distintas piezas metálicas de forma que no haya ruidos, desgastes o vibraciones. Con el deterioro de estas piezas se pueden crear ciertas holguras que producen vibraciones en el volante. Si tienen lugar en los brazos de la suspensión o de la dirección, puede provocar que pierda la geometría óptima. También será recomendable su sustitución para evitar males mayores.
Juntas homocinéticas
Las juntas homocinéticas de los coches se encargan de unir los palieres con sus extremos. De esta forma se consigue transmitir el giro del motor a las ruedas permitiendo que suspensión y dirección trabajen adecuadamente. Aquí también puede haber desgaste, ya que los fuelles o guardapolvos son de goma. Si se rajan habrá pérdidas de la grasa que lubrica estas juntas y por lo tanto existirá un mayor rozamiento y provocará las vibraciones.
Rodamientos
Un rodamiento o conjunto de cubo-rodamiento en mal estado también puede causar vibraciones en el volante. Son más difíciles de detectar porque pueden aparecer y desaparecer. A veces pueden surgir al frenar y por lo tanto confundirlo con un problema de discos de freno. Para distinguirlo, las vibraciones a veces vienen acompañadas con un zumbido. La solución es cambiar el rodamiento o el cubo, fijándose de si también está dañado el montante o eje.
Amortiguadores
El último elemento que podría causar vibraciones son unos amortiguadores en mal estado. También pueden afectar a la conducción y al desgaste de neumáticos y silentblocks. Si pensamos que la causa pueden ser estos últimos conviene revisar también amortiguadores y copelas, pues podrían ser la verdadera causa de las vibraciones.
El coche es una máquina compleja con cientos de piezas y mecanismos. Los motivos anteriores son algunos de los principales causantes de las vibraciones del volante, pero puede haber muchas más causas. Será de gran importancia mantener la dirección y la suspensión en buen estado y visitar a un profesional si no sabemos la causa o si el problema no remite.