Con un mundo en crisis, donde se mira hasta el último céntimo para poder llegar a fin de mes, los fabricantes de automóviles, de la industria auxiliar y componentes, no sólo investigan en tecnologías para que nuestros coches sean más seguros, sino que invierten ingentes sumas de dinero para hacerlos también cada día más eficientes.
Todos estos avances tecnológicos están ya disponibles a día de hoy en el mercado, bien como parte del equipamiento de serie de muchos modelos, o bien, porque puedan adquirirse como opción. Aunque poco a poco se está extendiendo su uso, lo que a la larga redundará en beneficio de todos.
Además, en el caso de nuestro país, debemos tener en cuenta que podemos, gracias a la enésima edición del Plan PIVE, obtener considerables descuentos si adquirimos vehículos con bajas emisiones contaminantes. Por tanto será muy interesante conocer algunas de estas tecnologías, aplicadas al mundo del automóvil, con el fin de encontrar el vehículo más ecológico de la lista de posibles candidatos a una futura compra:
Inyección directa de combustible
El ahorro de combustible estimado gracias al uso de esta tecnología se cifra en un 12%. Se trata de una vieja conocida de los usuarios de vehículos diésel equipados con un sistema Common Rail, destacando tanto por la optimización del gasto de combustible como por el placer de conducción proporcionado. Bien pues, desde un tiempo a esta parte, también está disponible en los propulsores de gasolina, unido a otros avances como el downsizing o la turboalimentación, logrando reducir el consumo de combustible, y por tanto las emisiones de CO2, hasta en un 12%. Además los motores de gasolina que incorporan esta tecnología se muestran más potentes y llenos, mejorando su agrado de utilización.
Start&Stop
Se estima que el ahorro medio de combustible puede llegar a ser de un 5% e incluso hasta el 8% en recorridos urbanos. Estamos ante una de las grandes vedettes de los últimos modelos aparecidos en el mercado, de forma que cada día resulta más difícil encontrar uno que no disponga de este sistema, ni como opción, ya que actualmente el 50% de los automóviles nuevos (en Europa Occidental) ya lo incorporan.
“Conducción a vela”
Es una evolución del sistema anterior, que puede ahorrar hasta un 10% en el gasto de combustible, apagando de forma imperceptible el motor durante la marcha, cuando su participación no es necesaria para producir movimiento, por ejemplo, rodando por inercia en llano o cuesta abajo. Cuando el conductor vuelve a pisar el acelerador o el freno, por las necesidades del tráfico, el motor se pone de nuevo en marcha.
Control de Crucero Adaptativo (ACC)
Este sistema de conducción a velocidad constante puede llegar a ahorrar hasta un 5% en gasto de combustible. Permite mantener la velocidad seleccionada por el conductor de forma constante, manteniendo la distancia de seguridad óptima sobre los vehículos que nos preceden, gracias a radares de última generación que escrutan el tráfico, adaptando la velocidad del automóvil a las condiciones de la vía. Por el momento se trata de un dispositivo que suele equiparse en vehículos de alta gama, aunque cada vez más modelos generalistas lo pueden montar en opción.
Navegación inteligente
Se estima que usando esta tecnología el ahorro de combustible puede llegar hasta el 15%. En combinación con los dispositivos anteriormente mencionados, el Sistema de Navegación Inteligente analiza la cartografía de la ruta por la que vamos e indica al propulsor la energía necesaria para circular por ella de la manera más eficiente posible, en función de las irregularidades del terreno, anticipándose a la actuación sobre el acelerador o el cambio de marchas por parte del conductor.
Transmisión continua variable (CVT)
Su correcto uso puede permitirnos ahorrar hasta un 7% en gasto de combustible. Lejos están aquellos tiempos en que montar un cambio automático suponía un ligero (y a veces no tan ligero) incremento en el consumo de combustible sobre un cambio manual eficientemente manejado. Las últimas y más avanzadas transmisiones tipo CVT ofrecen hasta 9 marchas para mejorar la eficiencia de la conducción, variando los puntos de cambio en función de las necesidades, manteniendo las revoluciones del motor dentro del rango óptimo de su curva de potencia. Y esto es todavía más evidente en los recorridos urbanos, donde destaca muy por encima de otros sistemas.
Por último nos queda hablar de los sistemas de propulsión alternativos:
Propulsión mediante Gas Natural
Según los cálculos realizados, un vehículo equipado con este sistema de propulsión resulta rentable si se recorren más de 7.000 km al año, una cifra realmente baja, lo que les convierte en una alternativa real a pesar del mayor desembolso necesario para su adquisición. Entre otros factores porque el coste del Gas Natural en el surtidor es prácticamente la mitad del de la gasolina, y aunque su consumo es ligeramente superior se amortiza rápidamente. A igualdad de potencia, el vehículo movido por Gas Natural emite hasta un 25% menos de partículas nocivas. Además, en el caso de los sistemas fabricados por Bosch, ya es posible arrancar el vehículo directamente funcionando con gas, sin necesidad de una primera fase de puesta en marcha consumiendo gasolina, lo que favorece aún más este ahorro y bajas emisiones.
Propulsión eléctrica
Gracias a los sistemas híbridos puede llegar a ahorrarse entre un 15 y un 25% en el consumo de combustible. Cada día estos sistemas resultan menos onerosos y, por tanto, pueden montarse con notable rentabilidad en vehículos, incluso, del segmento compacto. En cambio los vehículos híbridos enchufables o plug-in resultan todavía demasiado caros, aunque pueden conseguir reducir el coste de la energía hasta en un 90%.
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