Aunque pueda parecer un mito de esos que circula desde hace años, se trata de un hecho real. Las multas de tráfico prescriben, por lo que es recomendable conocer los plazos a la perfección. Si hemos sido denunciados y ya ha pasado bastante tiempo y seguimos sin recibir una sanción, ésta podría perder su validez y las autoridades no tendrían derecho a reclamarnos. El momento de la notificación es clave en este ámbito, pues es el punto en el que se activa la cuenta atrás para poner fecha de caducidad a la multa.
También hay que tener claro que por un lado puede prescribir la infracción y por otro lado puede prescribir la sanción. Lo primero hace referencia al tiempo que tienen la autoridades para hacernos conocedores de que hemos infringido la ley, de que hemos cometido una infracción. Lo segundo hace referencia al tiempo que tienen para ejecutar el cobro de la sanción que nos ha sido impuesta, el periodo en el que tenemos que pagar.
¿Cuándo prescribe una infracción?
Desde que se comete una infracción, la Administración tiene un plazo de tres meses para notificar al usuario en el caso de que haya sido una falta leve (inferior a 100 euros). El plazo de prescripción se eleva hasta los seis meses si la infracción es grave o muy grave (igual o superior a 100 euros). Sobra decir que si el agente que te sanciona te lo notifica al momento, no hay plazo ninguno de prescripción. También que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, así que es tu responsabilidad informarte acerca de si tienes multas y revisar el correo ordinario.
¿Cuándo prescribe una sanción?
Si no han pasado los tres o seis meses y la Administración nos ha notificado correctamente, la infracción no puede prescribir. Pero todavía hay otro plazo al que nos podríamos acoger (aunque la probabilidad suele ser baja). Cuando la sanción ya nos ha sido impuesta en firme, podría prescribir en un plazo de cuatro años si es económica o en un plazo de un año en el resto de casos (En Tráfico suelen ser trabajos en beneficio para la comunidad).
Pasado ese tiempo se podría considerar que el procedimiento ha caducado y la Administración no tendría ningún derecho a pedirnos el importe de dicha sanción. Pasado ese tiempo si las autoridades nos embargan y justificamos la prescripción nos tendrían que devolver el dinero. Llegados a este punto, hay que tener en cuenta que los plazos de prescripción pueden ser interrumpidos por alguna actuación administrativa (como averiguar la identidad o dirección del conductor) o si notifica por otros medios (como TESTRA u otras vías telemáticas).
Para finalizar hay que decir que es de vital importancia estudiar cada caso concreto, pues no se puede aplicar una regla general para todas las sanciones. En todo caso, hay que tener en cuenta variables importantes como la fecha de la infracción o la fecha de la notificación (en el caso de que hubiese) y a partir de ahí calcular los plazos de prescripción. Si no hay suerte tocará pagar la multa y si no estamos conformes siempre se podrá intentar recurrir.