Este Shelby 427 Cobra de 1966 es uno de esos coches con los que sueña cualquier niño de diez años: descapotable, rojo, está propulsado por un motor pensado casi para ganar siempre en los juegos de cartas, tiene neumáticos con un Goodyear enore pintado en los laterales y una espectacular salida de escape lateral a ambos lados de su hermosa carrocería. Pero hace ya casi 27 años que tuve 10 años… y el coche me sigue caitivando.
La historia del Shelby Cobra es de las más famosas del mundo del motor. Un tipo americano llamado Carroll Shelby (fallecido en 2012) descubrió una compañía automovilística británica llamada AC Cars que necesitaban un proveedor de motores. Ni corto ni perezoso, negoció con Ford que le prestase su buque insignia un V8 y consiguió meterlo con calzador en el pequeño Ace británico AC. Esto dio lugar a un pequeño coche con una potencia abrumante en relación a su peso, que combinaba los toques clásicos del roadster británico con la bestialidad desbordante de un coche americano.
Esta unidad que ves aquí es la segunda generación de los Shelby Cobra. La primera tenía motores V8 de 260 y 289 pulgadas cúbicas (4.260 cc y 4.735 cc) y se había «paseado», con los mejores pilotos de la época. Ganó prácticamente en todos los circuitos a los que se acercó y se llevó el Campeonato de fabricantes de EE.UU. tres años consecutivos (1963, 1964 y 1965). Ademá, con la elegante carrocería Daytona Coupé diseñada por Pete Brock, Shelby American Inc. ganó el Campeonato de fabricantes mundial de la FIA en 1965.
A pesar de los éxitos del Cobra 289, se necesitaba más potencia para mantener su competitividad. El motor Ford V8 289 rendía 385 CV. Pero cuando vio que los nuevos Chevrolet Corvette Grand Sports rodaban más de nueve segundos más rápido que sus Cobras, Shelby empezó a discurrir con sus ingenieros cómo meter en aquela pequeña carrocería un motor mucho más potente. Hizo falta rediseñar por completo el cahsis (se hizo cinco pulgadas más ancho para asegurar un manejo adecuado)… y así nació el Cobra 427.
Lo de Shelby 427 viene a raiz de las pulgadas cúbicas de su motor V8 (6.997 cc), y ese propulsor con culata de aluminio y cuatro carburadores de doble estrangulador Weber rendía 520 CV. Iba acoplado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades y su trabajo de suspensión era alucinante: suspensión delantera independiente con brazos oscilantes, resortes helicoidales y amortiguadores telescópicos, suspensión trasera independiente con brazos oscilantes de longitud desigual superior e inferior con brazos inferiores traseros adicionales, muelles helicoidales y amortiguadores telescópicos… Y frenos de disco hidráulicos en las cuatro ruedas. Una maravilla de la ingeniería mecánica
El resultado, un coche brutalente rápido. Una de las historias más memorables del Cobra 427 implica una prueba de la revista Sports Car Graphic. Aston Martin afirmaba que su DB4 aceleraba de 0 a 100 km/ y volvía a cero en menos de 30 segundos. El redactor Miles Shelby Ken hizo la prueba con el nuevo 427 Cobra: Lo realizó en 13,2 segundos.
El Cobra 427 que ves aquí es el chasis CSX 3259, creado originalmente por AC Cars para Shelby American el 12 de abril de 1966, antes de ser enviado al concesionario Stark Hickey Ford, de Royal Oak, Michigan, el 30 de junio por 6.275 dólares. Fue vendido a Jim Rayl, de Indiana, en agosto de 1966. Hasta 1979 permaneció en EE.UU. y tan sólo recorrió 21.700 millas. Luego fue exportado a Inglaterra donde acabó en manos de Frank Sytner, campeón británico de Turismos, que lo adquirió justo antes de su regreso a los EE.UU.
En 2003, el anterior propietario participó en el Rally de históricos de Monterrey, donde chocó con una barrera de protección. Ahí empezó una restauración completa, sin reparar en gastos… fueron casi 315.000 dólares en facturas motivadas por ese golpe… y la restauración terminó en 2008. Tres años después fue adquirido por el actual propietario, que lo ha mantenido bajo el cuidado y atención de especialistas.
El resultado es excepcional, con un ajuste y acabado superlativos, cromados excelentes y detalles magníficos por doquier, con instrumental auténtico que parece nuevo, cinturones de seguridad espectaculares, colectores de escape pulidos, artículos fabricados a medida… Incluso el maletero está igual de bien acabado, totalmente pulido.
Esta es una oportunidad excepcional para adquirir un Shelby 427 Cobra con una historia excelentemente documentada, con facturas que datan de hace casi 40 años, y una restauración al mayor nivel. El coche también viene con un juego adicional de llantas y neumáticos… de ahí que se espera que alcance un precio en subasta de entre 800.000 y 950.000 dólares.
Fuente: RM Auctions
Fotos: Ned Jackson, cortesía de RM Auctions