Ha habido un cambio de paradigma en el mundo del motor. El vehículo eléctrico ha abierto un cisma por varios motivos. Hace unas décadas solamente los fabricantes más experimentados podían hacer coches que perdurasen debido a su fortaleza a nivel técnico. Sin embargo, la electrificación ha simplificado todo y estamos asistiendo al nacimiento de nuevas marcas de forma constante. Ahí es donde los fabricantes chinos están aprovechando sus capacidades y queda claro que van a ganar protagonismo en los próximos años.
Según un estudio de PwC, para 2025 se importarán en Europa hasta 800.000 coches de origen chino. Lógicamente, la gran mayoría de ellos serán totalmente eléctricos, pues es en la tecnología en la que se están especializando estas firmas. Aunque no hablamos solamente de marcas locales, también cuentan los fabricantes occidentales que se han llevado parte de su producción a China por ventaja como los bajos costes o la cercanía a materias primas. Y eso a largo plazo podría ser preocupante para nuestro continente.
Europa había sido tradicionalmente un continente exportador, habiendo llegado a los 1,7 millones de vehículos en 2015. Sin embargo, esa tendencia podría cambiar para convertirse en un importador neto para 2025, con un superávit de importación de 221.000 coches según los cálculos de PwC. Del total de 800.000 vehículos fabricados en China, alrededor de 330.000 unidades serían de marcas como Tesla, BMW o Renault. Actualmente son exportadores que concentran su producción aquí, pero en poco tiempo podría ser al revés.
Se estima que la cuota de mercado de las marcas chinas en Europa pasará del 3,8 % actual a un nada despreciable 7,9 %. Todo en muy poco tiempo. Además, su percepción por parte del público está siendo más positiva que hasta la fecha. La acogida de firmas como MG (de SAIC) o Polestar (de Geely) está siendo muy buena en la mayoría de países y seguro que hay más que están por venir con productos competitivos.
Fuente: Automotive News