20 de enero de 1961. Hace exactamente 50 años, un joven senador de Massachusetts llegaba a la presidencia de EEUU. Su nombre, John F. Kennedy. El Presidente más joven de la historia de ese país había ganado la batalla electoral, por primera vez con el ingrediente televisivo, al entonces vicepresidente Richard Nixon.
Hace 50 años cautivó a los norteamericanos con su discurso de entrada. «No se pregunten lo que Estados Unidos puede hacer por ustedes. Pregúntense lo que ustedes pueden hacer por Estados Unidos», fueron las palabras del político de 43 años, en aquel entonces.
A dos años de su mandato, tres balas truncaron su vida un 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas), pero quedó el idealismo y su política que forjó la leyenda de Kennedy.
Justo ahora (para aprovechar el tirón de la efemérides, sin duda), se pone a la venta un Pontiac Bonneville de 1963 adaptado para su uso como ambulancia. ¿Y qué tiene que ver con esto? Fue el vehículo que trasladó el cuerpo de John Fitzgerald Kennedy tras ser asesinado. Primero fue enviado en el avión presidencial Air Force One hasta la base militar de Andrews, (en Virginia) y desde allí en este Boneville hasta el Hospital Naval de Bethesda.
Más tarde, este vehículo llevó al cuerpo sin vida del presidente Kennedy hasta Capitol Hill, en Washington, siempre acompañado por su viuda Jacqueline Kennedy y su hermano Robert F. Kennedy.
El coche continuó en servicio varios años más hasta que fue adquirido por un coleccionista, que ahora lo vende a través de la casa de subastas norteamericana Barrett-Jackson. Puede sonarnos raro, pero no es la primera ambulancia famosa que se subasta.
¿Y merece la pena e coche? Pues sí. Para empezar, es muy exclusivo, pues sólo se fabricaron 69 ejemplares adaptados a un uso como ambulancia, y de ellas apenas 15 fueron destinadas a aplicaciones militares (de ahí ese característico color gris)
Monta un motor V8 de 6.4 litros (389 pulgadas cúbicas) con una potencia de 283 CV, necesaria para mover las casi tres toneladas que pesa el vehículo.
La ambulancia continuó años en servicio hasta que fue retirada, momento en el que pasó a las manos de un coleccionista a través de una venta de excedentes militares. El actual propietario la ha mantenido en un estado de conservación impecable. Aunque no está restaurada, ha aparecido en diversas revistas y se ha llevado el premio al vehículo mejor conservado en la Military Vehicle Preservation Association 2010 Convention.
Vía: Irish Central
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