La competencia está obligando a que muchas empresas de reparto estén apostando por una fórmula cada vez más habitual, en aras de reducir costes. Se trata de buscar trabajadores autónomos, que trabajan con sus propios vehículos para estas compañías. Ahora un estudio alerta de los riegos que esta práctica está acarreando para la seguridad vial.
El University College London (UCL), que llevó a cabo la investigación, encontró que el 63% de los conductores autónomos no reciben formación de seguridad vial sobre cómo minimizar el riesgo. Además, el 65% no recibe ni siquiera el equipo de seguridad más básico, como un chaleco de alta visibilidad (un 70% compra el suyo propio). El estudio también encuestó a conductores de taxis y se encontró con una situación muy similar.
Hasta el 42% de los conductores dijo que su vehículo se había dañado como resultado de una colisión mientras trabajaba, y un 10% más informó que alguien había resultado herido. Apenas un 25% de los conductores de mensajería aseguraron que su empresa se preocupaba por su seguridad mientras trabajaban.
Heather Ward, del Centro de Estudios de Transporte de la UCL asegtura que «Nuestros hallazgos destacan que el aumento de estos contratos en empresas de transporte podría aumentar los factores de riesgo que afectan la salud y la seguridad de los trabajadores». Entre sus preocupaciones, destaca que a a medida que existen más trabajadores en estas condiciones y aumenta la competencia, aumentan la cantidad de horas que necesitan trabajar y las distancias que deben recorrer para obtener un ingreso estable.
Más presión y cansancio
La fatiga, especialmente entre los mensajeros de paquetería, debido al exceso de trabajo y la presión de los plazos de entrega acarrea frecuentes erroes y colisiones. «Sabemos que es un problema, pero no sabemos exactamente su extensión, ya que no todas las empresas tienen obligación de informar sobre el número de trabajadores autónomos», dijo Ward.
En el informe se hacen una serie de recomendaciones a las empresas que utilizan conductores autónomos:
- Pagar a los mensajeros por bloques de tiempo, en lugar por paquetes entregados. De hacerlo de este modo, estas deben tener en cuenta el tiempo necesario para viajar de forma segura dentro de los límites de velocidad, teniendo en cuenta que deben realizar funciones administrativas, como escanear códigos y que firme el receptor del paquete.
- No permita que los teléfonos móviles causen distracciones. La mayoría de los trabajadores actualmente reciben los encargos a través de una aplicación de teléfono inteligente.
Desde la Sociedad para la Prevención de Accidentes aseguran que las conclusiones del estudio de UCL son preocupantes, considerando el auge de este tipo de trabajo. Hay que añadir que en el Reino Unido (como en España), un tercio los accidentes mortales involucran a alguien que estaba en el trabajo en ese momento.
Las empresas de este tipo deberían contar con programas para minimizar los riesgos para la seguridad vial (de sus conductores y del resto de usuarios de la vía), que acarrean sus negocios, sin lugar a dudas. Y quizá todos deberíamos tener más comprensión cuando recibimos un pedido que hemos realizado por Internet con un par de horas de retraso. Eso también ayudaría.
Fuente: UCL