Veinticinco no parece un número muy alto si no se determina de qué se está hablando. Ahora, cuando se habla de 25 niños víctimas mortales la cifra se hace inconmensurable. Esta es la cifra de fallecidos en el año 2015, nada que ver con la terrible cifra 159 del año 2001 pero aún demasiado significativa como para pasarla por alto. Esto mismo piensa el Gobierno, la Comisión de Seguridad Social formada por los principales partidos, los responsables de Seguridad Vial de Cataluña, País Vasco y el resto de España, eñ fiscal de Seguridad Vial, junto con tres universidades y diversas asociaciones ligadas de alguna y otra forma a la seguridad vial.
El pasado lunes 26 de junio se reunieron en el Congreso de los Diputados para celebrar el comienzo de la Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil o AESVI. El objetivo, constituir un grupo de profesionales en «el foro más importante sobre seguridad infantil en España» para así lograr la meta de cifra de «0 niños víctimas mortales» informa la Alianza.
La @aesvi_oficial nace hoy con el objetivo cero muertes de niños en accidentes de circulación. Ha sido un placer clausurar la jornada pic.twitter.com/QtdrftiJIB
— Ana Pastor Julian (@anapastorjulian) 26 de junio de 2017
Los miembros de la AESVI coinciden en la necesidad de mejorar la información existente sobre los Sistemas de Retención Infantil (SRI ya que tanto los vendedores como los padres carecen de una información reglada sobre las características y calidad de los aparatos de sujeción para niños. No solo para los coches, si no también para los autobuses los cuales no están obligados a contar con cinturones y mucho menos a disponer de sistemas adaptados a las edades de los autobuses escolares.
Además de la falta de información, la Alianza denuncia la falta de concienciación de la ciudadanía ya que de los 16 niños fallecidos en 2016, 3 de ellos no utilizaban el SRI. Juan José Alba López, responsable de VEHIVAL y profesor de la Universidad de Zaragoza, declara que «lo que la ley permite no siempre es seguro» y que hay que dar un paso más antes de que llegue la legislación necesaria ya que se podrían evitar muchas muertes.
«Lo que la ley permite no siempre es seguro»
De la Universidad Politécnica de Madrid, en concreto desde el instituto de investigación INSIA, han desarrollado un sistema de retención para niños en buses llamado SRI Kidy Bus. Desde el gobierno Vasco mostraron gran interés en este artilugio y lo tomaron como aspecto positivo en un concurso para el transporte escolar de la comunidad, la primera y única vez que se ha tenido en cuenta.
El aparato consiste en un adaptador al cuerpo de los niños que se sujeta mediante unas correas y que evita la precipitación del niño contra el asiento o los laterales en caso de vuelco, el tipo de accidente más habitual. La pregunta es ¿no estaría bien que fuera obligatorio en cualquier transporte para niños?
Pese a los pocos cambios experimentados, todos los miembros pertenecientes a la Alianza admiten que se va avanzando en la formación tanto en escuelas de educación de primaria como en los centros de atención primaria. Los pediatras y la policía se han convertido en educadores de la seguridad vial para promover el uso de sistemas de protección para los infantes.
Esta necesidad de formar a los progenitores se debe a la vulnerabilidad que tienen los más pequeños al no ser responsables de sus acciones. Los padres son los principales responsables y, como indicó el fiscal de Seguridad Vial durante su presentación en las jornadas, se deben depurar responsabilidades en el códido penal.
A paso lento pero sin pausa, los actores de la nueva Alianza por la Seguridad Vial Infantil se han comprometido asegurar la vida y salud de los infantes en los trayectos de transporte. Porque, como señaló la directora de Aesleme, Mar Cogollos, quien fue víctima con lesiones muy graves e irreversibles, no solo basta con reducir las muertes sino que es imprescindible lograr las cero víctimas tanto mortales como lesionadas. Muchos son los retos pero también existen muchas ganas visibilizadas en la cantidad de colaboradores que se han unido a la causa, tanto empresas como asociaciones, puede que el futuro de las cero muertes no esté tan lejos como parece.