Cuando el diseñador de producción Ken Adam y John Stears, el hombre de efectos especiales, visitaron la planta de Newport-Keynes de Aston Martin a finales de 1963, nadie habría predicho que el producto de su desarrollo acabaría siendo tan exitoso. Estos dos hombres tenían la misión de crear un Aston Martin DB5 muy especial para ser usado en la tercera adaptación cinematográfica de las novelas de Ian Fleming, Goldfinger.
Aston Martin fue noticia cuando anunció que reemprendería la construcción de 25 exclusivas unidades del Aston Martin DB5 de 1964 del agente 007, James Bond, todas ellas completamente funcionales. Pero si no puedes hacerte con una de las réplicas modernas, tendrás la oportunidad de comprar un ejemplar con la especificación original de la película Goldfinger. Se subastará en el evento RM Sotheby’s en Monterey durante en agosto.
Dos coches casi idénticos fueron construidos y prestados a Eon Productions para la filmación, cada uno de los cuales cumplía diversos roles: uno para ser conducidos por dobles de acción y secuencias de persecución y, por lo tanto, más ligero y rápido, y la otra para tomas interiores y primeros planos que sería equipada con modificaciones funcionales creadas por Stears. Esta es la segunda de ellas.
Aprovechando la preparación de la siguiente entrega de la saga 007, Thunderball, la productora pidió dos Aston Martin DB5 más con las mismas especificaciones que el modelo original. Uno recibió el número de chasis DB5/2008/R (el que se ofrece en subasta) y, el otro, DB5/2017/R. Ambos están se enviaron a Estados Unidos para hacer tareas promocionales y, cuando ya acabaron la gira, fueron vendidos. Ahora volverá a cambiar de manos.
El DB5 conducido por el agente secreto del MI6 (Sean Connery) pintado en Snow Shadow Grey estaba equipado con todo lo que podía necesitar: amortiguadores hidráulicos, una pareja de ametralladores Browning de calibre .30 tras los intermitentes, una plancha posterior a prueba de balas, un radar en el salpicadero, dispensadores de humo, portamatrículas giratorios y asiento eyectable, entre otras muchas cosas. Vamos, un auténtico coche de espía.
La casa de subastas señala que el auto solo ha tenido tres propietarios privados. También se llevó a cabo una restauración completa que se terminó en 2012. Esa nueva vida también incluía los dispositivos, por lo que todo debería de funcionar a la perfección (excepto el asiento eyectable). Siendo uno de los coches más famosos de todos los tiempos, es fácil imaginar que su precio alcanzará con holgura las siete cifras.
Fuente: RM Shoteby’s
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