Hay pocos récords tan espectaculares como el de velocidad máxima en tierra. A pesar de los avances tecnológicos, todavía perduran los 1227,985 km/h que consiguió el ThrustSSC en 1997, siendo la primera vez que se rompía la barrera del sonido sobre la superficie terrestre (por el aire ya es otra cosa). Ahora que parece que otros proyectos se han venido abajo, es el momento del Aussie Invader 5R, la propuesta australiana que no quiere solamente derribar ese récord, sino también superar la barrera de los 1.600 km/h.
Esa es la meta a batir por los proyectos presentados en la pasada década, la mágica cifra de las 1.000 mph, equivalente a 1.609,3 km/h. Sin embargo, tras varios reveses y falta de financiación, el Bloodhound SSC, que parecía más que dispuesto a lograrlo, se retiró temporalmente de esta carrera. Ahora su hueco quiere ocuparlo la gente de Aussie Invader, un proyecto liderado por Rosco McGlashan, una auténtica personalidad en cuanto a velocidad se refiere.
Hace ya casi tres décadas, en 1994, batía el récord de velocidad terrestre en Australia al alcanzar 802,6 km/h. Un año más tarde subía hasta los 960 km/h para quedarse muy cerca de la marca absoluta del momento. Después llegaría el récord de ThrustSSC con Andy Green como protagonista, dejando el listón en un lugar tan alto que era impensable batirlo. Aunque McGlashan siempre ha tenido la idea rondándole la cabeza y desde hace unos años opera desde Perth (Australia) para lograrlo.
El vehículo resultante es el Aussie Invader 5R, que es básicamente un cohete capaz de desarrollar una potencia de alrededor de 200.000 CV. Ha sido hecho a medida con ayuda de Bob Truax y Peter Beck del Rocket Lab de Nueva Zelanda, y se estima que podría llegar hasta esos preciados 1.600 km/h en apenas 22 segundos desde parado. Es difícil imaginar cómo el cuerpo humano puede soportar esas fuerzas, no hay que olvidar que Rosco McGlashan tiene 71 años.
Como suele pasar en este tipo de vehículos, no hay neumático que soporte esa aceleración. Las ruedas son de aluminio macizo, pesan 140 kg cada una y podrían soportar una velocidad de rotación de 10.200 rpm. Para reducir la velocidad, algo que hay que hacer de forma gradual para que no sufra demasiado el piloto, cuenta con frenos de aire metálicos y con dos paracaídas: uno de alta velocidad que se despliega a 966 km/h y otro de «baja velocidad» que sale a los 724 km/h.
El Aussie Invader 5R pesa unas 9,2 toneladas y lleva unos 800 litros de trementina, además de 2,8 toneladas de ácido nítrico para impulsarse y conseguir la velocidad máxima. Parece que el proyecto lleva buen ritmo y que estará listo para intentar batir el récord para el próximo año 2022. Estaremos pendientes.
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