Uno de los lanzamientos del año ha sido el del BMW Serie 8. Este gran turismo de dos puertas recuperaba una denominación mítica para la marca alemana y mantenía un diseño atractivo y muy similar al del prototipo que lo anticipó. Ahora está cerca de llegar al mercado, su producción ya ha arrancado en la planta de Dingolfing (Alemania). Para poder acoger a este modelo ha sido necesaria una inversión de tres millones en sus instalaciones.
Un vehículo de este calibre con ese nivel de vanguardia también necesitaba un ensamblaje moderno. El Serie 8 cuenta con un chasis hecho con materiales ligeros como acero, plástico, aluminio y fibra de carbono. Una de sus novedades es que se trataba del primer BMW de producción en poder llevar un techo de CFRP de serie. Eso no podía haber sido posible sin la actualización de los procesos de la fábrica alemana, no hay que olvidar que allí comparte línea de montaje con los BMW Serie 5 y Serie 7.
Entre las novedades del proceso productivo de este BMW Serie 8 destaca la digitalización y la logística avanzada. Por poner un ejemplo, durante el montaje de las puertas son robots autónomos los que se encargan tanto del desplazamiento de las piezas como del control de calidad. El personal de la planta también está dotado de la última tecnología. La herramienta ‘ProGlove smart glove scanner’ que llevan en sus muñecas les alerta de cuando se trata de un vehículo especial con opciones de equipamiento diferentes.
Otro ejemplo serían las gafas de realidad virtual que son utilizadas durante la formación del personal. Sirven como entrenamiento para algunos procesos específicos, ayudando al personal a familiarizarse con el Serie 8 incluso sin tenerlo delante. El impresionante coupé estará disponible próximamente con las dos motorizaciones anunciadas, que son el diésel 840d xDrive Coupé de 320 CV y el gasolina M850i xDrive Coupé con 530 CV. En un futuro no muy lejano llegarán más mecánicas.
Fuente: BMW
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