La llegada del BMW X4 M 2022 era el movimiento lógico después de ver cómo se renovaba el modelo del que parte. El nuevo BMW X4 introducía algunas modificaciones a nivel estético y en su equipamiento para mantenerse como uno de los SUV coupé de referencia en su segmento. La versión tope de gama hace lo mismo y también introduce algunas mejoras que se traducen en un incremento en sus prestaciones, que ya de por sí eran destacadas.
El BMW X4 M mantiene ese motor de seis cilindros en línea y 3.0 litros, turboalimentado por partida doble, con algunas modificaciones interesantes. Para empezar, recibe el cigüeñal forjado de los M3 y M4, que resta peso al conjunto. También cambia el sistema de refrigeración y la inyección, además de contar con el escape deportivo M de serie en los Competition. Lo que se mantiene es la transmisión automática M Steptronic de 8 velocidades con Drivelogic y la tracción total M xDrive como únicas opciones en este ejemplar.
El BMW X4 M Competition, versión más potente, mantiene los 510 CV y eleva hasta 650 Nm su par motor. Ese ligero incremento de 50 Nm respecto a su antecesor y la nueva puesta a punto hacen que las prestaciones se eleven hasta un terreno reservado para unos pocos. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos (tres décimas menos) y su velocidad máxima está limitada a 250 km/h, aunque con el M Driver’s Package es capaz de alcanzar los 285 km/h. Como datos curiosos, su consumo es de 10,8 l/100km y sus emisiones de CO2 de entre 238 y 247 g/km.
El BMW X4 M cuenta con el típico comportamiento de los modelos con la firma «Motorsport» gracias a la suspensión M adaptativa de serie, que es capaz de variar la dureza de los amortiguadores en función a las necesidades y a los modos de conducción. También cambia el tacto de la dirección al montar la electromecánica M Servotronic. El DSC (Dynamic Stability Control) controlará que todo vaya rodado. Por suerte, también cuenta con un sistema de frenado específico para conseguir parar a esta bestia.
A nivel estético, el BMW X4 M introduce los mismo cambios que el resto de versiones. El frontal cuenta con una nueva parrilla de riñones, que son de mayor tamaño y van integrados en el mismo marco. En los modelos M van en un acabado negro brillante, a juego con otros elementos exteriores. No pasan desapercibidas las llantas de 21 pulgadas de serie, que pueden ser forjadas de forma opcional para restar al conjunto 2 kg por llanta. Las pinzas de freno son reconocibles por llevar el logotipo M y estar pintadas de color azul (negro o rojo opcionalmente).
Los paragolpes han sido modificados generosamente y consiguen que el SUV coupé sea más agresivo aún. Los faros estrenan un diseño más estrecho y cuentan con tecnología Matrix LED de serie o la BMW Laser Light como opción. Pasa lo mismo con los pilotos traseros, que son LED y estrenan diseño tridimensional. Aunque en la zaga lo más llamativo será el prominente difusor trasero que acoge las cuatro salidas circulares del escape.
En el interior mantiene la tecnología de nueva hornada, como es el caso del BMW Live Cockpit Professional con Connected Drive de serie. También cuenta con una conectividad completa, con las bondades del BMW Intelligent Personal Assistant y con una larga lista de ayudas a la conducción gracias al Driving Assistant Professional (opcional). El toque racing lo ponen los asientos deportivos M con logotipo iluminado, el volante M, la tapicería de cuero Merino en cuatro combinaciones de colores o las inserciones de aluminio oscuro Rhombicle.
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