La evolución tecnológica que han tenido los coches en los últimos años ha sido más que evidente. Actualmente son muy importantes temas como la conectividad y las pantallas son las absolutas protagonistas. Aunque parezca mentira, en 1999 hubo un prototipo que anticipó muchas de las tecnologías que vemos en los modelos actuales, algunas incluso que se están empezando a implementar. Se trató del BMW Z22 Concept, un visionario de la industria que fue realmente interesante a pesar de no terminar de encajar.
Lo cierto es que el prototipo era una especie de monovolumen de cuatro puertas con un diseño un tanto controvertido, como otros de la firma alemana en aquella época. Servía como celebración de los 15 años de BMW Technik GmbH, la filial de I+D de la marca, aunque también como escaparate tecnológico de cara al cambio de siglo. Se habla de que sumaba hasta 70 novedades que no tenía ningún otro BMW, con hasta 61 patentes registradas en distintas áreas. Imaginamos que en su momento fue como ver un capítulo de Black Mirror, pero sorprende el número de similitudes con los actuales.
En el exterior pasaban un poco desapercibidos esos faros con iluminación adaptativa al estilo de los actuales, así como el chasis monocasco y paneles de carrocería de carbono (CFRP) para mantener un peso bajo con la máxima rigidez estructural. Poco hay que decir de su mecánica de gasolina de 136 CV ligado a un cambio CVT, aunque tuviera un consumo de 6 l/100km no buscaba sorprender en ese ámbito. Lo interesante estaba dentro y el acceso y arranque se podía hacer a través de la huella dactilar.
El interior diseñado por Marc Girard destacaba por su nivel de minimalismo con un salpicadero a dos niveles y ausencia casi total de botones. Llamaba mucho la atención el volante multifunción rectangular, con mandos integrados para la mayoría de funciones. Además de estar inspirado en la aviación, también hemos visto una adaptación similar en el actual BMW iX. Aunque no haya una instrumentación digital, sí que hay un Head-Up Display que proyecta la información en el salpicadero para dar información relevante al conductor.
La pantalla principal no es táctil, se maneja desde el mando circular que fue el precursor del iDrive que estuvo presente tantos años en los modelos de BMW. Tampoco pasa desapercibida la ausencia de espejos retrovisores. Como en algunos coches actuales, el BMW Z22 Concept contaba con cámaras en su lugar, proyectando sus imágenes y la de la trasera en una pantalla situada en la posición del retrovisor interior central.
Incluso presumía de una dirección y un freno sin conexión mecánica, con un sistema electrónico similar a los populares sistemas «by wire» que se están popularizando en los últimos años. Un prototipo que en su época pasaría algo desapercibido y causaría algo de recelo por su diseño exterior que, sin embargo, acertó muchas de las tendencias que se están siguiendo un cuarto de siglo después.
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