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Jaguar E-Type Series I
Luis Blázquez

¿Por qué había coches con la apertura del capó invertida? (y era una buena idea)

Hay ciertos detalles de diseño que adoramos. Características como las puertas de “alas de gaviota”, las salidas de escape laterales o las adornos de capó perfectamente esculpidos con un atractivo inexpresable. Y justo mencionando a este último componente, hace algún tiempo existía el capó de apertura invertida. ¿Por qué esta configuración abandonada es tan popular entre los entusiastas de los automóviles?

Si bien es probable que sea el producto de la rareza de la función, el interés resultante y la forma general, es más que una simple curiosidad. El capó invertido es una innovación de una era anterior al automóvil. No es especialmente diferente a nivel ingenieril de la ahora convencional apertura frontal, pero ciertamente ha caído en desgracia casi por completo y se ha convertido en una verdadera rareza en el mercado actual. No obstante, existen razones por las que deberíamos de haberlo mantenido (y otras por las que no).

Primero, aclaremos exactamente qué es un capó abatible frontal. Hay una serie de términos diferentes para describir lo mismo, pero dado que estos últimos son tan extraños hoy en día, puede haber cierta confusión sobre cómo llamarlos sin importar cuán práctico sea. En los primeros días de la automoción, la mayoría de los capós eran dos piezas, con bisagras en el medio para permitir una apertura desde el costado en lugar de la parte delantera o trasera y plegándose como unas “alas de gaviota” y proporcionar acceso al motor.

El siguiente desarrollo en materia de técnica para ocultar el vano motor fue la introducción del capó de apertura delantera o invertida que conocemos hoy, de una sola pieza. Estos se conocían como capós de concha, independientemente de su dirección de si tenían bisagras en la parte anterior o posterior. Aquellas con puntos de anclaje al frente tuvieron su apogeo a mediados del siglo XX, y se establecieron como un diseño común en la década de 1950. En los años 70, sin embargo, su uso ya había disminuido significativamente.

¿Qué ventajas ofrecía entonces un capó de apertura invertida? Si bien hoy en día han caído en desgracia, el capó inverso alguna vez fue bastante popular. Aparecían con frecuencia en los pequeños deportivos de la mayoría de los fabricantes, tales como el Ford Thunderbird, el Sunbeam Alpine o el Triumph Spitfire. Algunos propietarios incluso modificaron los capós de apertura convencional de sus coches para invertir su forma de alzarse, como fue el caso del Austin Healey Sprite “Bugeye” que se muestra justo debajo de estas líneas.

La razón principal de la popularidad en el auge del capó abatible hacia el frente fue el acceso al motor que ofrecía su diseño. Mientras que aquellos con bisagras cerca del parabrisas, a menudo se abren en un ángulo cercano a los 45 grados, un capó con que se abra al revés se puede abrir casi 90°. No hay límite para el espacio para la cabeza cuando miras por encima del motor desde arriba, y la iluminación mejora con el capó abierto hacia adelante y hacia atrás, en lugar de simplemente hacia arriba. Simplemente, era más cómodo.

En vehículos de alto rendimiento sin pasadores, como es el caso del Dodge Viper de primera generación (SR I), un capó abatible delantero también reduce el riesgo en caso de que falle el cerrojo del capó. Dado que este se abre en la misma dirección en la que viaja el automóvil en lugar de en la dirección en que el viento pasa sobre él, se elimina la posibilidad de que el aire arroje el susodicho hacia el campo de visión del conductor a altas velocidades. Este es el mismo riesgo que plantean las puertas suicidas, de donde reciben nombre.

Por supuesto, ni las puertas suicidas ni los capós invertidos corren el riesgo de abrirse en los coches modernos, con mejores anclajes y tolerancias de construcción. Del mismo modo, con unos corazones mecánicos cada vez menos interesantes para los clientes a medida que las herramientas de diagnóstico desempeñan un papel más importante actualmente, el acceso al vano no es la ventaja que solía ser. No obstante, los capós de apertura inversa, como las puertas suicidas, todavía tienen la ventaja de un diseño que despierta pasiones.

Pero también hay algunas razones por las que este formato casi ha desaparecido del mundo del motor. En lugares donde se pide una placa de matrícula delantera, los capós abatibles invertidos combinados con las parrillas bajas pueden hacer que la placa raspe el pavimento cuando se abra el capó. Además, algunos han expresado su preocupación por la seguridad, sugiriendo que tener las instaladas bisagras delante es más peligroso para los peatones, y en caso de una colisión frontal, podría permitir que el capó volase hacia adelante.

Sin embargo, el mayor problema es probablemente la integración para los soportes de los faros, las aletas y la parrilla en el diseño tradicional del capó de apertura “estándar”. En un choque, el daño a cualquiera de estas partes requiere el reemplazo de todas. Por supuesto, hay capós de apertura frontal que no integran todas estas partes, pero luego comprometen la capacidad de abrirse por completo. Por tanto, el acceso al propulsor ya no es mejor y el diseño se reduce a una mera variación estilística del capó moderno convencional.

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