Muchas veces se habla de las ayudas a la compra de vehículos eléctricos, con proyectos como el Plan Moves, para rejuvenecer el parque móvil. También sobre el planteamiento de este programa, al dejar fuera a los modelos de combustión. Sin embargo, ahora un estudio nos plantea otra cuestión y tiene que ver con los coches de empresa. Este canal actualmente tiene muchísimo peso en las ventas de coches, representando algo más de la mitad. Y en este ámbito podríamos ver un efecto totalmente inverso al de las ayudas a particulares.
En este caso no vamos a hablar de las ventas directas y efectivas, sino de cuando las compañías se los ofrecen a sus empleados. Hay dos fórmulas para hacer eso realidad, incluirlo como complemento salarial o conceder un incremento salarial para que lo adquiera de forma privada. En este tipo de retribución en especie se ha comprobado que los coches de combustión interesan más económicamente que los eléctricos debido a los distintos beneficios fiscales. Se ha observado principalmente en los SUV y vehículos de gran tamaño.
Es curioso que cuando un usuario tiene la opción de coger un coche de empresa, es más ventajoso optar por uno de combustión. Para que saliera mejor un eléctrico tendría que recibir un aumento salarial para adquirirlo privadamente. Para aportar pruebas, el estudio de Transport & Enviroment ha hecho la comparativa entre modelos similares de las mismas marcas, primero en versiones de combustión y después sus homólogos eléctricos. En el caso del BMW X3 se aprecia un beneficio de 70 euros para el empleado al cogerlo de empresa. Sin embargo, hacer lo propio con un iX3 le costaría 498 euros más si lo registrara de forma privada.
Es el caso más flagrante por la diferencia de más de 500 euros, pero en otras marcas es similar. En el caso del Volvo XC40, el beneficio a favor del empleado es de 146 euros, mientras que si opta por la versión eléctrica (XC40 Recharge) estaría dejando de percibir 314 euros. Es algo preocupante porque en España este tipo de vehículos, normalmente SUV de tamaño medio/grande representan el 45 % de los vehículos obtenidos como retribución en especie.
La realidad es que este tipo de coches reciben de media unas ventajas tributarias de 131 euros cuando son de combustión y de apenas 9 euros cuando son eléctricos. En otros países pasa la situación contraria, pero en España es diferente y está causando que la penetración del eléctrico esté por detrás. Mientras que el canal privado va aumentando poco a poco la cuota de eléctricos (6,2 %), en el de empresa el avance es más lento (3,7 %). En España el problema es que el valor que se atribuye al vehículo es elevado y apenas disfrutan de ventajas tributarias respecto a adquirirlo de manera privada.
Fuente: T&E