Después de que Alemania protestase (y se le unieron unos cuántos países) parece que la Comisión Europea ha cedido a la presión y admite que, más allá de 2035 se puedan vender vehículos con motor térmico. Eso sí, siempre que empleen combustibles limpios (los llamados combustibles sintéticos o e-fuel).
Así pues, el motor de combustión interna no morirá en 2035 como se preveía. Según un borrador al que ha tenido acceso la agencia Reuters, el Ejecutivo liderado por Ursula von der Leyen piensa crear una nueva categoría para automóviles propulsados con ecocombustibles. El motor de combustión, así pues, alargará su vida comercial en Europa más allá de esos 12 años de vida que se le habían dado.
Presionada por su poderosa industria automovilística, de las más importantes a nivel mundial en fabricación de motores, Alemania se había negado a imponer un veto a la venta de coches con motor de combustión, promoviendo la implementación de los carburantes sintéticos. Se trata de una política que han abanderado Porsche y otros fabricantes.
Los combustibles sintéticos
A diferencia del gasóleo y gasolina actuales, los combustibles sintéticos no derivan de petróleo. Su origen son precursores químicos elementales, como el hidrógeno y el dióxido de carbono. En función del proceso y la fuente de energía, el combustible sintético puede considerarse un producto neutro en emisiones de dióxido de carbono. Hemos hablado en alguna ocasión de ellos, como el HVO100, un diésel sintético.
Hoy por hoy son todavía caros para el público en general en su precio por litro y no pueden usarlo todas las mecánicas actuales. Pero supone una tabla de salvación para la industria actual y, usando energías renovables en su producción, serían claves para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de Bruselas del plan Fit for 55 (que rebajan un 55 % las emisiones contaminantes de la UE en 2030, alcanzando la neutralidad climática en 2050).
Habrá que esperar al texto definitivo que podría implicar que los futuros modelos incorporen tecnologías que eviten que puedan repostar otros carburantes.
Cronología de un paso atrás
- 14 de febrero de 2023: El Parlamento Europeo votaba a favor de prohibir la venta de vehículos gasolina y diésel. A partir del 1 de enero de 2023 solamente podrían venderse vehículos sin emisiones circulando: eléctricos o de hidrógeno. No se contemplaban, en principio, los que usasen combustibles de nueva generación.
- 7 de marzo de 2023: Se esperaba la ratificación del acuerdo ese día, pero Alemania bloqueó la norma, pidiendo garantías adicionales para proteger a los coches movidos por combustibles sintéticos limpios. Luego se sumó Italia… de ahí que se retrasase la firma del acuerdo, «hasta una reunión posterior del Consejo», todavía sin fecha.
Qué pasará en 2035
A partir de esa fecha clave, se prohíbe la venta de coches nuevos que emitan gases contaminantes… pero no a su uso. Los coches diésel y gasolina podrían seguir circulando. No afectaría a la venta de coches de segunda mano.
En 2035 se podrán comprar coches eléctricos, coches de hidrógeno… y también de estos combustibles neutros en CO2. Esto da pie a que los fabricantes, cuyas inversiones se han centrado en el desarrollo de vehículos eléctricos puedan destinar recursos a nuevos motores de combustión.
Hablamos siempre de turismos. Los vehículos industriales, autobuses o vehículos agrícolas y de construcción no estaban afectados. Tampoco se incluían en la prohibición las motos y vehículos ligeros (triciclos, quads o microcoches)… y de pequeños fabricantes que fabricasen menos de 1.000 unidades al año. A los que fabrican menos de 10.000 unidades se les concedía una moratoria de un año.
Ahora solamente toca desarrollar un carburante de cero emisiones a precios asequibles para el gran público.