Los Angeles Design Challenge es un concurso que se celebra desde hace nueve años bajo el auspicio del Salón de Los Ángeles. Su objetivo es, entre otros, encontrar el “vehículo patrulla para el año 2025”. Y para lograrlo participan estudios de diseño de países tales como Estados Unidos, Alemania o Japón, con el reto que supone especular sobre cuales serán las necesidades reales en una fecha tan lejana. Es decir, el vehículo en cuestión deberá facilitar a los oficiales de policía el desenvolverse sin problemas, sea cual sea el ambiente en el que desarrollen su labor y, al mismo tiempo, ser lo más respetuoso posible con el medio ambiente.
Y, claro está, una marca puntera como Mercedes-Benz no podía faltar a esta cita (también se presentan prototipos de BMW, General Motors, Honda Japón, Honda Norteamérica y Subaru). Pero centrándonos en el que nos interesa en estos momentos, la marca germana presenta un modelo que hace especial hincapié en sus posibilidades off-road como vehículo patrulla, ya que suponen (si salimos de esta jodida crisis) que en el futuro la gente vivirá más años y con mayor calidad de vida, lo que repercutirá en un mayor disfrute de actividades al aire libre y, como consecuencia de ello, los agentes del orden deberán poder acceder a esas zonas, sin perder su capacidad de desenvolverse por vías rápidas o entornos urbanos.
El Ener-G-Force (que así se llama este prototipo), que Mercedes-Benz presenta para el concurso de diseño de Los Ángeles recuerda en muchos aspectos al actual Clase G, que como sabréis está con nosotros, con variadas y sucesivas actualizaciones, desde el año 1979, y parece que aun le queda cuerda para rato. Este modelo policial se caracteriza por sus pequeñas ventanas realizadas en material antibala y por sus formas angulosas y robustas, con el fin de garantizar la seguridad de los que en él circulen. Las luces de emergencia, en la parte superior, aseguran su visibilidad independientemente de las inclemencias o el ambiente que lo rodee, su parte frontal resulta imponente y, además, las ruedas de gran tamaño facilitan el acceso a lugares vedados a otro tipo de vehículos menos capaces.
Es muy posible que este modelo no vea nunca la luz, al menos tal y como se nos ha mostrado, pero su boceto fascinó tanto a los responsables del Centro de Diseño Avanzado de Mercedes-Benz en Carlsbad, California, que decidieron desarrollar una versión “civil” del mismo, construyendo incluso un modelo a escala real.
Al igual que sucedía en la versión policial, el Ener-G-Force está indudablemente inspirado por el Clase G, sin embargo presenta una interpretación más radical, dando un claro paso adelante, con una línea de cintura más alta y cristales más pequeños que los que conocemos hasta ahora del mítico Mercedes-Benz Geländewagen. El frontal destila fuerza por todas partes, con una prominente parrilla del radiador, culminada a ambos lados por los faros formados por elementos de tipo LED, con un diseño en forma de “G”, que le dota de aún más personalidad. Los intermitentes y las luces de posición están dispuestos en la parte superior, en clara referencia al modelo actual. En la parte inferior también monta un cabrestante para poder salir de situaciones comprometidas o ayudar a otros vehículos en apuros.
En la vista lateral se hace obvia también la herencia recibida con la presencia de tres ventanas, aunque de dimensiones más contenidas y formas más actuales. Pero si algo llama poderosamente la atención son las colosales dimensiones de los neumáticos, montados sobre espectaculares llantas de 20 pulgadas de diámetro, que facilitarán enormemente el transitar por los sitios mas inhóspitos sin tener que detenerse ante casi ningún obstáculo.
En la zona trasera resalta que, en el gran portón tradicional en el modelo de la firma alemana, se ha sustituido la tradicional rueda de repuesto por un cajón multiuso, que en su interior puede almacenar la impedimenta más utilizada en las aventuras outdoor (eslingas, guantes, etc.), sin que sea necesario acceder al interior del vehículo para poder localizarla.
Como comentábamos más arriba, a pesar de tratarse de un vehículo off-road (tan denostados últimamente) no deja de lado en ningún momento la ecología, de tal forma que el método de propulsión resulta de lo más peculiar. En el techo del vehículo se disponen unos tanques de agua reciclada que es transferida al “hydro-tech converter”, para su transformación en hidrógeno, con el que se alimentarán las células de combustible. Las baterías que almacenan la electricidad generada en todo este proceso están situadas en la parte inferior del vehículo, en las estriberas laterales, para rebajar en lo posible el centro de gravedad. La autonomía total estimada del Ener-G-Force rondará los 800 km, mientras que solo emite a la atmósfera vapor de agua, para felicidad de los más ecologistas. En cada una de las grandes ruedas anteriormente mencionadas se situará un pequeño motor eléctrico que, gestionado por la avanzada electrónica, podrá transmitir al suelo la potencia necesaria para hacer avanzar al vehículo en todo tipo de situaciones. Adicionalmente en la parte superior de este todoterreno se dispone un escáner topográfico de 360º que explora permanentemente su entorno para regular instantáneamente las suspensiones y la tracción a las condiciones del terreno adyacente (ya sea éste arena, barro o el duro asfalto).
Como última curiosidad mencionar que las baterías donde se almacena la electricidad, situadas en las estriberas laterales, cambian de color en función de la carga disponible para, de un simple vistazo, saber de su estado. Además se pueden extraer fácil y rápidamente para ser sustituidas por otros elementos del mismo tipo, en caso de necesidad.
La verdad es que su estética parece sacada de una película de ciencia-ficción, pero quizá algún día, cuando seamos más mayores, podamos cruzarnos con él por un camino en medio de la montaña. Tiempo al tiempo.
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