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Patricia Duran

El conductor, principal problema para los coches autónomos

Un futuro en el que los coches autónomos circulen libremente y con seguridad por las calles de tu ciudad cada vez está más cerca. Tú lo sabes y nosotros también, las noticias que nos llegan cada día y los diseños que presentan las diferentes marcas en los Salones del automovilismo confirman esta realidad. Los ingenieros de Google son expertos en desarrollar este tipo de coches. Sus Google cars llevan tiempo circulando por las calles de California permitiendo a sus creadores estudiar diferentes aspectos con el objetivo de ir mejorando un poco más cada día.

La semana pasada, el secretario de Transporte estadounidense, Anthony Foxx, hizo publica la noticia de que la administración de la Casa Blanca tiene pensado allanar el camino a los coches autónomos para que puedan circular con mayor libertad a partir del 2020. Una noticia que llegó al mismo tiempo que el exhaustivo informe sobre la seguridad de los coches autónomos de Google que el periódico The Guardian ha realizado. En este reportaje, el diario revela una serie de datos que dan a entender que por muchos avances que se realicen en materia de autonomía, el conductor siempre tendrá la llave para que no se produzcan accidentes.

Pero ¿cómo han llegado a esta conclusión? Analicemos la situación desde el principio. La legislación del Estado de California, por el que circulan los coches de Google,obliga a  la empresa a notificar cada una de las veces que el dispositivo se desconecta y devuelve el control al conductor. Esta desconexión se puede producir por ejemplo cuando el coche se encuentra con un obstáculo en mitad de la carretera y no sabe rebasarlo.

Desde finales de 2014 hasta finales de 2015, Google solo ha notificado 341, una cifra demasiado baja a pesar de los avances que han dado en la materia. Esto se debe a que Google no notifica de todos aquellos casos en los que el vehículo si podría haberse hecho cargo del vehículo.

En el informe, The Guardian deja claro que se ha conseguido disminuir el número de desconexiones mes a mes. Además de que los conductores entrenados tardaron 0,84 segundos en recuperar el control después de que el ordenador lo solicitara. Unos datos positivos y halagüeños que se ven empañados con las conclusiones finales que han ofrecido los periodistas. Todos los conductores de Google Cars están entrenados y expectantes de que un error se produzca para tomar el control del vehículo en el menor tiempo posible. En la vida real, esto no es así, los conductores tienden a despistarse y, como muchos accidentes han demostrado, tardan en reaccionar más debido.

Una situación desconcertante que revela una vez más que hasta que los coches no sean capaces de igualar o superar el rendimiento humano en la mayoría de los casos, el aburrimiento y los despistes de los conductores seguirán siendo el peor enemigo de los coches robóticos.

Fuente: The Guardian, MIT Tecnhology Review.

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