“Butzi” Porsche (cariñoso apelativo con el que era tratado) fue quizá un personaje no tan conocido como sus afamados familiares (Ferdinand y Ferry Porsche), pero pasará a la historia como el creador de uno de los iconos, mundialmente famosos, de la historia del automóvil: el mítico Porsche 911.
Nació el 11 de diciembre de 1935 en Stuttgart como el primogénito de Dorothea y Ferry Porsche, y su infancia transcurrió rodeada de automóviles por todas partes, no en vano pasaba gran parte de su tiempo entre las oficinas y los talleres donde su abuelo daba vida a verdaderas joyas del automovilismo. Siguiendo al resto de la familia se trasladó a vivir a Austria en 1943, donde asistió a la escuela en la localidad de Zell am See. Posteriormente, de regreso a Stuttgart en 1950, asistió a la escuela privada Waldorf y cuando concluyó allí sus estudios se matriculó en la prestigiosa Escuela de Diseño de Ulm.
En el año 1958, al concluir sus estudios F.A. Porsche comenzó a trabajar, bajo las órdenes de Erwin Komenda, en el departamento de diseño de la empresa familiar (que posteriormente dirigiría entre los años 1962 y 1972). Mientras realizaba estas funciones, diseñó las carrocerías de diversos modelos, incluido el famoso 911.
Este vehículo deportivo fue expuesto en el Salón del Automóvil de Frankfurt en el año 1963 y allí se inició una de las trayectorias más duraderas de una saga en la historia del automóvil, sin que el propio autor pudiera, siquiera, imaginarlo. Este modelo, con el que se pretendía remplazar al 356, había sido bautizado inicialmente como 901, pero debido a una reclamación del fabricante francés Peugeot (ya que uno de sus modelos utilizaba esa misma nomenclatura), se procedió a modificarlo, dando lugar a uno de los nombres más populares del automovilismo de todos los tiempos: el Porsche 911.
El 911 superaba notablemente a su antecesor (el Prosche 356) en todos y cada uno de sus aspectos técnicos. Equipaba un nuevo motor de 2 litros y 6 cilindros bóxer, construido casi en su totalidad en aluminio, para reducir el peso suspendido sobre el eje trasero. Este propulsor empleaba tecnología derivada directamente de la competición, como un sistema de “carter seco” o un árbol de levas en cabeza por cada grupo de cilindros. También utilizaba una nueva trasmisión manual de 5 velocidades. Sus prestaciones eran impresionantes para la época, ya que con sus 130 CV de potencia a 6.100 rpm se permitía alcanzar una velocidad punta de 210 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en unos escasos 8,5 segundos.
También de los lápices de “Butzi” salió, en el año 1963, el diseño de uno de los modelos de carreras más bonitos jamás realizados por la firma de Stuttgart: el Porsche 904 Carrera GTS. Este vehículo de competición disponía de una elegante y afilada carrocería de fibra de vidrio, unida directamente al chasis. El resultado era un vehículo liviano (740 kg) y extremadamente rígido. Estaba equipado con un propulsor bóxer de 4 cilindros, con 1966 c.c. que entregaba una potencia de 180 CV a 7.800 rpm, acoplado a un cambio de 5 velocidades. La velocidad máxima era de 263 km/h. Posteriormente fue equipado con un motor de 8 cilindros y 220 CV, para poder hacer frente a la fuerte competencia. El 904 obtuvo un gran éxito en su debut, acabando primero y segundo en la Targa Florio de 1964.
Pero Ferdinand Alexander Porsche era una mente inquieta, y en el año 1972, coincidiendo con la “retirada” de la familia al frente de la dirección del grupo, fundó el Porsche Design Studio en Stuttgart, cuya sede trasladaría años más tarde a una ciudad en la que pasó parte de su infancia: Zell am See (en Austria).
La experiencia obtenida en el diseño de vehículos a motor le sirvió para crear innumerables productos industriales, electrodomésticos o bienes de consumo para infinidad de clientes internacionales que, al igual que el 911, pronto se convertirían en unos clásicos del diseño, todos ellos bajo la conocida leyenda: «Design by FA Porsche». A estos le siguieron, numerosos accesorios, tales como relojes, gafas o útiles de escritura, que también fueron creados y comercializados en todo el mundo bajo el emblema de «Porsche Design».
Todos los trabajos realizados por este estudio de diseño se distinguen por su funcionalidad, una cuidadosa selección de materiales y están realizados por una mano de obra de alta calidad que combina la tradición artesanal con la tecnología de punta. Siguiendo lo expuesto por su fundador: “Un producto bien diseñado no requiere ningún adorno, sino que debe estar definido solamente por su forma. El diseño debe ser fácilmente comprensible y no ir en detrimento de los productos y su función”.
El estudio también trabaja para otras empresas en el campo de diseño industrial y de productos. Hoy en día, el “Porsche Design Studio” es una de las empresas europeas de diseño más conocidas y de mayor reputación internacional.
Mientras tanto, estos últimos años, “Butzi” simultaneaba estas ocupaciones con el hecho de ser socio y miembro del Consejo de Vigilancia del grupo. En el año 2005 se retiró de su cargo en el Consejo de Administración a favor de su hijo Oliver y asumió el papel de Presidente de Honor del Consejo de Vigilancia.
Ferdinand Alexander Porsche será enterrado en el mausoleo familiar de Schüttgut en Zell am See (Austria), acompañado por los familiares más allegados. En fechas venideras se celebrará un funeral oficial en la sede del grupo Porsche A.G, en Stuttgart.
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