El Rey vendió al jefe de la patronal madrileña, Arturo Fernández, íntimo amigo del monarca y dueño del grupo hostelero que lleva su nombre, el Maserati Quattroporte que le había regalado un jeque árabe, valorado en más de 150.000 euros. Fuentes muy cercanas al presidente de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM) y vicepresidente de la CEOE han revelado a El Confidencial que éste pagó a Don Juan Carlos casi 100.000 euros por el automóvil de fabricación italiana.
Fernández confirmó ayer a Xornal de Galicia que compró el Maserati Quattroporte, una berlina de lujo, después de que el monarca se pusiera en contacto con él para ofrecerle el vehículo. «No tengo por qué ocultarlo. Pagué a Su Majestad unos 100.000 euros por el coche», aseguró el empresario, que posee una colección de más de 150 vehículos deportivos y de alta gama.
El presidente de la patronal madrileña negó al periódico gallego, sin embargo, que un jeque árabe de una de las monarquías del Golfo Pérsico le hubiese regalado el automóvil a Don Juan Carlos, como aseguran las fuentes consultadas por El Confidencial. «El Rey compró el vehículo a la casa Maserati y lo pagó de su bolsillo. Lo sé porque me enseñó la factura. Lo que yo le pagué a él fue menos de lo que le había costado el coche», añadió Fernández.
Fuentes de la Casa Real no confirmaron ni desmintieron los detalles sobre la procedencia del Maserati Quattroporte y su posterior venta al empresario madrileño. El diplomático Ramón Iribarren, responsable de Comunicación de La Zarzuela, se limitó a señalar: «No tengo ni idea». Iribarren se comprometió a aportar más información sobre el origen del vehículo.
Además de los 100.000 euros que Fernández pagó al Rey por el Maserati Quattroporte, el presidente de la CEIM tuvo que desembolsar otros 40.000 euros para homologar el automóvil, procedente del mercado asiático, a las especificaciones europeas. Fernández modificó los sistemas de navegación, seguridad, emisiones, frenos y dirección del vehículo para adaptarlos a los requerimientos de la UE, según explicó el propio empresario a varias personas de su entorno.
Esa circunstancia contradice la afirmación de Fernández a El Confidencial de que el Rey compró el coche a Maserati. Don Juan Carlos, amante de la velocidad y de los coches deportivos, posee una notable colección de automóviles particulares, y tiene también a su disposición los 70 vehículos que integran el parque móvil de la Casa Real, de cuyo cuidado y mantenimiento se encargan más de 65 funcionarios. El Rey disfruta también el privilegio de conducir vehículos prestados por un tiempo indeterminado por las marcas más exclusivas.
Hace tres años, el presidente de Daimler-Chrysler, Dieter Zetsche, le cedió un Maybach 57S, y en 2003 el monarca recibió dos Nissan 350Z deportivos biplaza de 280 caballos valorados en más de 40.000 euros cada uno.
La casa Mercedes también trabaja con La Zarzuela, con modelos como un deportivo SL55 AMG valorado en 150.000 euros, varios todoterreno o el Smart que el Rey regaló a Doña Sofía. Desde la marca alemana aclaran que el jefe del Estado «siempre paga religiosamente». Una de las últimas máquinas que utiliza para desplazarse, ni más ni menos que el Audi más potente de la historia, un Audi RS6 berlina, que desarrolla 580 CV.
El coche oficial de la Casa Real tiene todos los elementos que lo identifican como un vehículo de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón, como son el estandarte de S.M el Rey de España, identificación que sólo él puede utilizar para sus desplazamientos.
Este gusto por la velocidad le ha costado a Don Juan Carlos un buen susto. En 1990 viajaba junto a la Infanta Cristina en un Porsche 959 por el Pirineo Leridano cuando una placa de hielo les hizo salirse de la carretera. Las secuelas que el accidente dejó a Don Juan Carlos movieron al entonces jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campos, a afirmar que «un Rey sólo debe volver así de las Cruzadas.»
Recordemos que en la Casa Real hay auténticas joyas de la automoción: destacan tres Rolls-Royce Phantom IV, adquiridos en su día por Franco, y un Mercedes 540 G4 de seis ruedas, un modelo del que sólo se conservan tres unidades en todo el mundo: fue un regalo de Hitler a Franco en el día de su cumpleaños (también regaló otra unidad a Mussolini). ¿Los compraría Hitler a plazos como este otro Mercedes?
Vía | El Confidencial, Xornal de Galicia, El Semanal Digital, Motorpasión
Fotos de algunos coches del Rey: