La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos va a archivar toda la documentación relacionada con el primer Shelby Cobra Daytona de 1964 debido a su ingreso en la US American Heritage. Este coche, actualmente propiedad de la fundación Simone en Filadelfia, es el primero que recibe esta distinción honorífica (existen otros medios de transporte galardonados, como son el acorazado USS Iowa, o la cápsula del Apolo 11). Puede parecer un poco raro que lo reciba un coche pero no nos importa, ya que sigue siendo uno de los coches de carreras más bonitos de todos los tiempos.
Con Giorgetto Giugiaro como inspiración, Peter Brock soñaba con ser piloto, pero también le gustaba diseñar e incluso le fascinaba la idea de convertirse en ingeniero. Esto provocó que dejara la Universidad de Stanford a mitad del curso académico para ingresar en un Centro de Arte de California. ¿Cuál era el problema? Que no tenía dinero para pagar sus estudios de artista.
Después de buscar durante un tiempo un trabajo que le permitiese ganarse la vida, gracias a un golpe de se suerte, Chuck Jordan, vicepresidente de diseño de General Motors se fijó en este chico y le abrió las puertas de la compañía. Fue allí donde por fin conoció a los verdaderos fanáticos de la competición, como por ejemplo Anatole Lapine. Y comenzaría a hacer sus primeros pinitos en el mundo del diseño automovilístico, ya que participó en el nacimiento del Chevrolet Corvette C2.
Más tarde, en 1961 cuando se unió a Shelby para ocuparse de la escuela de pilotos, trabajo que compaginó con los primeros bocetos del Shelby Cobra Daytona, allá por el año 63. Este vehículo se completó hace cincuenta años, en enero de 1964 en Los Ángeles. El Daytona Coupe, como también se le conoce, hizo que al equipo de Shelby American Cobra ganase el Campeonato de Constructores en el Mundial de GT de 1965. Fue la primera vez que un fabricante estadounidense ganaba una competencia internacional.
El éxito de los Shelby Cobra Daytona se basó en su construcción (con una ligera carrocería y chasis de aluminio) y su aerodinámica. Su frontal afilado, su techo bajo y su curiosa trasera lo hacían un automóvil totalmente diferente al Shelby Cobra, del que sólo conservaba la batalla. Gracias a la cola truncada, se mejoraba la conducción, reduciéndose las turbulencias sobre el eje trasero del coche. Esta solución ya fue patentada en los años treinta por el ingeniero alemán Wunibald Kamm.
El Shelby Cobra Daytona Coupe CSX2287 de 1964 que ahora se homenajea cuenta con un motor V8 de 375 caballos de potencia, acoplado a una transmisión manual de cuatro velocidades y cuenta con una suspensión independiente y frenos de disco en las cuatro ruedas. Todo un portento del mundo de las carreras, capaz de alcanzar 288 km/h de velocidad máxima. Argumentos más que suficientes para conquistar el campeonato Mundial de Turismos.
Solamente se fabricaron seis unidades, todas diferentes ligeramente entre sí de las cuáles sólo una se fabricó en Estados Unidos. El taller de Shelby estaba repleto de trabajo, por lo que las carrocerías fueron preparadas por el taller Carrozzeria GranSport de Módena.
El reconocimiento alcanzado por el Shelby Cobra Daytona no habría sido posible sin la ayuda de la Asociación de Vehículos Históricos americana, que ha colaborado con el Departamento de Interior para realizar este hito. «Es un día importante para el mundo del motor americano. Han pasado casi 120 años desde que se fabricaron los primeros coches en Estados Unidos. Durante todo ese tiempo, hemos implementado programas para reconocer edificios históricos, aviones y naves espaciales pero nunca un coche histórico», contaba emocionado el presidente de la asociación. A Carroll Shelby le habría gustado estar presente en este suceso.
Te dejamos ahora con un interesante vídeo, en el que el diseñador Peter Brock habla sobre el Daytona Cobra Coupe, ese CSX2287, en el Simeone Automotive Museum de Philadelphia:
Fuente: Historic Vehicle