Enzo Ferrari ya tiene su museo. En medio de una gran expectativa, se inauguró ayer en la ciudad de Módena el Museo Casa Enzo Ferrari, un homenaje al mítico padre de la casa automovilística que hace soñar a millones de personas en todo el mundo. El museo nació de la restauración de la vieja casona de ladrillos en la que Enzo Ferrari nació en 1898 (pero que vendió en 1920 para realizar su sueño de comprarse su primer auto de carrera), y de la construcción, al lado, de un edificio modernísimo, de arquitectura futurista, con un llamativo techo que imita a un capó… y en amarillo, el color elegido por Ferrari para el fondo del famoso Cavallino, marca de la empresa que lleva su nombre.
El museo, una estructura de 5000 metros cuadrados muy aereodinámica, donde se pueden admirar Alfetta, Stanguellini y Maserati y descubrir el espíritu del «Drake«, como era apodado Ferrari, fue definido como una suerte de Guggenheim del automóvil. Sin embargo, quedará decepcionado quien espera encontrar allí muchísimos Ferrari: para ello está el Museo Ferrari de Maranello, uno de los más visitados de Italia, y que trabajará en sinergia con el inaugurado ayer. El Museo Casa Enzo Ferrari, de hecho, está dedicado a la figura del creador de la automotriz que se ha convertido en leyenda mundial.
En la vieja casona donde logró conservarse el histórico cartel de hierro que señalaba la existencia del taller mecánico del padre de Enzo, Alfredo: «Officina Meccanica Alfredo Ferrari», el espacio está dedicado a la historia de Enzo Ferrari hombre, piloto y constructor, en el contexto del escenario del automovilismo deportivo.
A través de un recorrido multimedia, pueden repasarse los eventos más destacados de la extraordinaria vida de este personaje, famoso por sostener que «si lo puedes soñar, lo puedes hacer». En la casa natal hay un cuarto violeta, el color con el cual Ferrari solía escribir sus cartas; sus famosas agendas, en las que solía guardar, doblada, una bandera de Italia, y sus famosos anteojos de forma inconfundible.
En el edificio de techo amarillo, en cambio, puede admirarse un Auto Avio 815, el primer coche realizado por Enzo que no podía usar el nombre Ferrari porque aún estaba vinculado con Alfa Romeo. Además, un Ferrari 166 MM Barchetta Touring (un ejemplar coupé Vignale fue donado por Enzo Ferrari a José Froilán González como recompensa por haber conquistado la primera victoria para la casa en la Fórmula 1, en 1951); un Stanguellini Formula Junior, un Maserati Spider Zagato, un Fiat 508 SS MM Coppa d’Oro, un Maserati A6 1500 Pininfarina, y otros bólidos maravillosos, exhibidos como obras de arte.
«Creo que este museo es el justo tributo a Enzo Ferrari -dijo el ministro italiano de Turismo, Piero Gnudi-. El logró conjugar la alta tecnología y el sentido de lo bello, y fue uno de los italianos de los que podemos estar orgullosos.»
Piero Ferrari, hijo del Drake y presidente honorario de la Fundación Casa Natal Enzo Ferrari, recordó a su padre, al destacar el valor de la visión de un hombre que supo transformar su pasión en trabajo: «Mi padre no se detenía en los errores y tampoco en las victorias, sabiendo que el pasado es inmodificable. El domingo por la noche hablaba de lo que íbamos a hacer en el trabajo al día siguiente. Creía en el futuro».
Actualización 14/03/2012: Vídeo de la inauguración del museo:
Vía: GP Update
Más información:Museo Casa Enzo Ferrari
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