Desde hace unos meses, el desabastecimiento de algunos productos claves para la fabricación está siendo un problema importante para la industria automotriz. Lo que comenzó con una escasez de chips y semiconductores a nivel mundial, está continuando con la falta de otras materias primas y el encarecimiento de las mismas. Lo hace hasta llegar a un punto que preocupa a la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), que ha desvelado algunos datos llamativos.
Para empezar, calculan que entre enero y finales de mayo se han dejado de producir un total de 231.679 vehículos en España por esa falta de chips que mencionamos. Ha habido fábricas que han estado paradas temporalmente y eso también se ha traducido en una cancelación del suministro del resto de componentes necesarios para fabricar eso vehículos. Mientras que la crisis de los chips y los semiconductores podría extenderse hasta principios de 2022, hay otros aspectos que preocupan al sector.
Porque al mismo tiempo se está observando cómo se incrementa el precio de algunas materias primas necesarias para la producción. Es el caso de metales férreos y no férreos, materiales poliméricos o productos químicos. Por poner un ejemplo, el acero ha llegado a costar hasta cinco veces más en 2021. Todos los materiales plásticos se han encarecido debido a la subida de precio del petróleo necesario para crearlos, mientras que los costes energético y logísticos también cuestan más. Incluso hay escasez de contenedores, con lo que los fletes marítimos han multiplicado por cinco su coste.
Que se haya llegado a esta situación se puede explicar por varios motivos. El aumento de la demanda de materias primas se debe a la recuperación de los mercados tras los ceses de actividad por la pandemia. También a la tendencia de las empresas al sobrestock. Hay que tener en cuenta que la reactivación de la demanda interna de Estados Unidos y de China ha causado que haya un menor flujo de materiales hacia Europa. Influye también que China estableciera restricciones a la exportación para favorecer el suministro interno
Por otro lado, la capacidad acerera de nuestro continente ha caído un 35 % en dos años (2019 por la debilidad del mercado y 2020 por la pandemia). A esto hay que sumar la escasez de chatarra por la menor actividad industrial de 2020 y la reducción del achatarramiento de vehículos por el descenso de matriculaciones. Por lo tanto, Sernauto alerta de la crisis que se está viviendo y que «viene a lastrar la senda de recuperación que estaba iniciando». En su opinión, sería necesario «poner en marcha cuanto antes el plan de recuperación del sector de automoción y la apertura de las convocatorias de ayudas tanto nacionales como europeas».
Fuente: Sernauto