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vehiculo blindado
Luis Ramos Penabad

Esta espuma antibalas busca aligerar los vehículos militares (y que sean más eficientes)

Si alguna vez piensas en detener una bala la primera imagen que te viene a la cabeza es una plancha de metal gruesa. ¿Pero sería posible parar un proyectil usando un material muy ligero? En el mundo militar, algo así ayudaría a que los soldados pudiesen moverse con seguridad y a contar con vehículos más ligeros, lo que redundaría en un consumo de combustible más bajo.

Se han hecho avances extraordinarios y los científicos continúan buscando el santo grial del blindaje, una armadura ligera que evite vehículos blindados así de pesados. La última investigación llega de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, que han desarrollado un nuevo tipo de material a prueba de balas con solo la mitad del peso.

El equipo tras este avance ya había trabajado en 2015 en un nuevo tipo de blindaje liviano capaz de bloquear los rayos X, los rayos gamma y la radiación de neutrones. Un año más tarde, adaptó su enfoque para producir un blindaje de alta resistencia capaz de detener las balas.

Otros grupos de investigación habían empleado grafeno para conseguirlo, pero en este caso se ha optado por una espuma compuesta de metal (CMF). Se trata de un material que se consigue burbujeando gas a través de metal fundido para producir una mezcla espumosa, que luego se puede enfriar para formar una matriz liviana e incrustarse con esferas metálicas huecas. El resultado es un material mucho más ligero que los metales convencionales, pero con una resistencia comparable.

El equipo dirigido por Afsaneh Rabiei, profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial, utilizó este enfoque para producir un CMF con esferas de acero incrustadas. Luego se colocó entre una placa frontal de cerámica y una placa posterior de aluminio delgado y dispararon de balas para ver cómo se levantaba.

Tras las pruebas vieron que su material era capz de absorber el 75% de la energía cinética y en muchas de las pruebas, las explosiones no dejaban hendiduras en la placa posterior. «La armadura de CMF pesaba menos de la mitad que una de acero homogénea enrollada necesaria para lograr el mismo nivel de protección», dice Rabiei.

El equipo imagina que este material puede emplearse en vehículos blindados para el ejército, ayudando a reducir su peso y, por lo tanto, mejorando la eficiencia del combustible. También creen que podrían producir materiales basados ​​en CMF con un rendimiento aún mayor. En este vídeo puedes ver algunas de las pruebas del equipo:

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