La denominación Monza dentro de Ferrari ha sido larga y fructífera. Comenzaba en la década de los 50 con modelos puramente de competición y ha sido recuperada en la actualidad por los exclusivos Monza SP1 y SP2. Aunque hoy vamos a hablar de uno de sus antecesores más destacados, el Ferrari 750 Monza Spyder que estuvo disponible entre 1954 y 1956. Ayudó a marcar una época dorada en la competición de resistencia con un cambio de paradigma interesante.
Hasta la fecha, la marca del cavallino se había especializado en los motores V12, con el bloque de Gioacchino Colombo dándoles muchas alegrías. Sin embargo, para entrar en el antecesor del Campeonato Mundial de Resistencia, se pusieron a trabajar con el motor de cuatro cilindros en línea diseñado por Aurelio Lampredi. Con este bloque de 3.0 litros se conseguía una potencia de 250 CV, bastante más destacados que los 170 CV del motor de 2.0 litros que tenía el Ferrari 500 Mondial que había sido su antecesor.
A nivel técnico, fue uno de los primeros coches de Ferrari en utilizar frenos de disco en las cuatro ruedas, algo clave para mejorar su rendimiento en competición y para poner control a esos 250 km/h que conseguía de punta. Se completaba con una suspensión delantera independiente de doble brazo y una suspensión trasera de eje rígido para tener un comportamiento preciso. Con una puesta a punto ejemplar, obtuvo una presencia destacada en competición durante sus escasos años de vida.
Fue conducido por pilotos de la talla de Mike Hawthorn, Phil Hill y Juan Manuel Fangio; incluso está esa fatídica anécdota de que Alberto Ascari murió en 1955 al volante de un Ferrari 750 Monza Spyder. En 1956 dejaron de hacerlo y se centraron en sus evoluciones, con los 500TR y 860 Monza, dejando fabricadas apenas 31 unidades del que podría ser el Monza mejor valorado. Actualmente se trata de un objeto de coleccionistas, con algunas unidades realmente especiales.
Pocos ejemplares pueden presumir de no haber bajado nunca de las siete cifras en los tiempos presentes. En los últimos años hemos visto varios Ferrari 750 Monza Spyder cambiar de manos en subastas públicas y su precio siempre ha estado por encima del millón de euros. Destacan algunas ventas como la de la unidad 530M en 2013 por nada menos que 4,07 millones de dólares o la de la unidad 510M por 5,22 millones de dólares en 2016. En definitiva, una joya del automovilismo que siempre será recordada.
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