El Ferrari F40 es un coche que no necesita carta de presentación. El superdeportivo es conocido por casi cualquier forofo del mundo del motor debido a su condición de icono de los 80. Para algunos ha sido el mejor modelo de la historia de la marca del cavallino y actualmente mantiene buenos valores de venta. Solamente se hicieron 1.315 unidades del F40, todas ellas saliendo de fábrica en color rojo y con cambio manual. Solamente existe uno automático con una curiosa historia detrás.
Se trató de una creación única para Giovanni Agnelli, el que fue mandamás del Grupo Fiat entre 1966 y 1996. El directivo quería llevarse a su garaje el Ferrari F40, que era la joya de la corona de su conglomerado (por aquel entonces Fiat tenía el 50 % de Ferrari), pero tenía algún que otro problema que le preocupaba. Agnelli arrastraba una lesión en la pierna izquierda, causada años antes en un accidente de coche, que le impedía manejar bien los vehículos con cambio manual.
En un superdeportivo de corte radical y prácticamente sacado de la competición como era el F40, accionar el pedal de embrague y domar a la bestia podría ser complicado para alguien con la lesión de Agnelli. De ahí que pidiera a fábrica que le hicieran una versión con transmisión automática. Así que en 1989 se pusieron manos a la obra en Maranello con el coche del «jefe» y decidieron recurrir a Valeo, especialista en componentes de origen francés, para llevarlo a cabo.
La solución fue un cambio automático de cinco velocidades específico para este coche que, en realidad podría ser catalogado como cambio manual automatizado. Contaba con un embrague electrónico que se acoplaba y desacoplaba en menos de 100 milisegundos gracias a una unidad de control. Se desprendían del pedal de embrague, pero curiosamente se mantenía la misma palanca del cambio manual para seleccionar las marchas. El coche también es conocido como Ferrari F40 Valeo y su sistema se utilizaría posteriormente en el Ferrari Mondial t Valeo.
Ya que el coche tuvo que pasar por un proceso diferente en fábrica, Agnelli aprovechó para hacer alguna petición más. Su Ferrari F40 automático también es el único que de serie cambió la tapicería roja característica del modelo por una en negro más sobria. Tampoco es que el directivo le sacase mucho partido al coche, pues cuando se deshizo de él había recorrido menos de 700 kilómetros.
El segundo propietario lo mantuvo unos años y en 2008 salió a subasta, alcanzando un valor de 418.000 euros. Se trata de una cifra por debajo de otros ejemplares que rondan el millón de euros. Desde entonces, esta dulce herejía se mantiene en las manos del que es su tercer propietario.