Si estás leyendo esto, probablemente seas uno de muchos (entre los que me incluyo) que desean cumplir el sueño de tener un Ferrari con un presupuesto limitado. Y si ya te has encargado de hacer búsquedas en el mercado de ocasión, te habrás fijado que no hay ningún modelo que pueda ser considerado realmente “barato”. Pero si realmente lo deseas, el Ferrari Mondial es la forma más “económica” de hacerlo.
Conocido internamente como Tipo F108, este gran turismo de motor central no solo es el cavallino rampante más accesible, sino también el modelo más “repudiado” que ha salido de la fábrica de Maranello. Subjetivamente hablando, sigue siendo un Ferrari, y eso no hay quien se lo quite. Objetivamente, fue el modelo que más problemas dio durante sus 13 años de vida, y sus prestaciones en las primeras versiones no eran tampoco apabullantes.
El sucesor del 308 GT4 y predecesor del California, toma su nombre de la palabra francesa para global. Diseñado por el hombre que también dibujó el 365 GTB/4 Daytona y el F40, el Mondial fue revelado con mucho entusiasmo en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1980. “Lo más cercano de tener un superdeportivo familiar”, decían. Poco le durarían a Ferrari las alegrías, pues se convirtió en el hazmerreír de los periodistas del motor y entusiastas de todo el mundo.
El diseño no está a la altura de resultar “impresionante”, aunque tu mecánico te amará, teniendo en cuenta el preocupante historial de fiabilidad. Y el manejo no se compara con el del 308 GT4 que le precedía, mucho más reactivo y enérgico. El Mondial empleó el mismo V8 de 2.9 litros montado en el medio, pero con una distancia entre ejes más larga. En lugar de la beligerancia de Bertone, el Mondial fue escrito por otro bien conocido de Il Commendatore: Pininfarina.
Abordemos tema prestaciones. Podría decirse que era un Ferrari sin mucha chicha. No solo era pesado para la época (1.569 kilos), sino que su motor apenas entregaba 214 CV a 6.600 rpm y 243 Nm a 4.600 rpm. Las pruebas de carretera y pista mostraron una aceleración de 0 a 100 km/h en más de 9 segundos, mientras que la velocidad máxima era de 219 km/h (230 km/h declarado). El Opel Kadett GSi (1987) casi se lo comía, con 8,1 segundos y 218 km/h respectivamente.
Y cuando recibes las características de un deportivo algo modesto, uno espera que sea más barato. Sin embargo, el Mondial 8 costaba 64.000 dólares cuando llegó a los concesionarios (unos 215.000 dólares actuales o 192.000 euros), 26.000 dólares (unos 78.000 euros actuales) más que el Porsche 911 Turbo (930) de 300 CV. Entonces, no fue rápido, no fue barato y no fue fiable. Fue un Ferrari en precio, pero una decepción en cuanto a rendimiento y calidad se refiere.
Con el paso de los años, llegaron nuevas y mejores versiones. En 1982, la versión Quattrovalvole (QV) apretó el motor hasta los 235 CV y 255 Nm; la versión descapotable salió en 1983. En 1985, la cilindrada se aumentó a 3.2 litros para llegar a los 270 CV y 304 Nm y, finalmente en 1989, llegó la última evolución con un nuevo incremento de cubicaje. 3.4 litros que daban 300 CV y 238 Nm. Podría decirse que los mejores años del Mondial concurrieron entre 1982 y 1988.
Estas unidades permitían el mantenimiento de la correa de distribución y el embrague sin quitar el motor. Sin embargo, con la introducción del Mondial T en 1989, la posición del motor fue cambiada. En lugar de mantener la posición transversal, alineado con la caja de cambios, se colocó longitudinalmente, aunque la transmisión se mantuvo. Desde una vista aérea sin la carrocería puesta, parece que tiene forma de “T”, de ahí el nombre. Este modelo ya podía ser digno de ser llamado «Ferrari».
Si bien puede no ser muy apreciado, conducir el Mondial sigue siendo una alegría, especialmente cuando se lo compara con sus rivales contemporáneos. No es excepcional de ninguna manera, pero en el camino es ágil y extremadamente comunicativo. Pero el mejor activo es, como era de esperar, el motor. El bloque de 3.4 litros entrega sus reservas de potencia desde alrededor de 2.000 rpm y es capaz de subir hasta una acústica gloriosa cifra de 7.500 vueltas y 255 km/h.
Eso sí, antes de considerar seriamente adquirir un Ferrari Mondial, prueba antes a sentarte en él y valorar cuánta comodidad estás dispuesto a sacrificar. La posición de conducción es típicamente italiana: el asiento está muy bajo y su posición no suele estar del todo alineada con los pedales, que son los que pueden causar la mayor incomodidad. A pesar de que este es un 2+2, no es grande por dentro, y apenas podrás meter un par de mochilas en el maletero.
Pero al final del día sigue siendo un Ferrari. El hecho de que sea uno de los coches de la firma italiana más asequibles que el dinero puede comprar lo hace interesante para alguien con un presupuesto ajustado. Además, aunque no tiene el aura del 308 GT4, sí que consiguió mejorar algunos de sus aspectos, como tener un equipamiento más completo o ser un coche más algo cómodo y práctico gracias a la pareja de pequeñas plazas adicionales.
¿Cuáles son los problemas típicos de un Ferrari Mondial?
En general, muchas partes son comunes con el 308, por lo que la disponibilidad de piezas y de repuestos no es un gran problema. Al igual que cualquier deportivo italiano de los 80, si el anterior propietario lo mantuvo correctamente, cualquier Mondial debería ser razonablemente confiable. Lamentablemente, muchos han sido descuidados debido a los (muy) elevados costes de mantenimiento en la casa oficial. Por ende, es probable encontrar algunos fallos.
Entre los más típicos podemos encontrar unas ventanillas eléctricas que funcionan en todos los modelos muy lentamente, sea cual sea el año. La correa de distribución necesita ser cambiada cada 50.000 kilómetros o tres años. Si el historial del coche no lo indica así, el motor puede que no esté en sus mejores condiciones. El sistema eléctrico puede sufrir numerosas fallas, como en el encendido, y todas ellas causadas por la corrosión y el paso del tiempo.
Como el bloque motor puede ser una pesadilla, si estás buscando una unidad, preocúpate en mirar signos de quema de aceite, problemas en la junta de la culata y el radiador (que no esté demasiado descuidos), con mangueras agrietadas o perecederas y tuberías de metal oxidadas. Y por último y no menos importante, que no haya corrosión en la carrocería y el chasis, especialmente en los umbrales de las puertas o en el interior de los arcos de las ruedas.
En conclusión, si quieres comprarte un Ferrari Mondial, hazlo. Los esnobs pueden menospreciar esa decisión, pero es tu dinero y, al fin y al cabo, es más que adecuado para una conducción tranquila por carreteras sinuosas en un domingo soleado. Además, lo precios no van a hacer más que subir, por lo que, si encuentras un buen ejemplar, podrás incluso recuperar tu dinero dentro de unos años. Venga, ¿quién no quiere experimentar un Ferrar con motor V8 central?
Vía: Autoexpress
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