Ford está en busca de una mayor rentabilidad a nivel global y está llevando a cabo una serie de acciones que lo permitan. En Estados Unidos ya se habló de eliminar todo lo que no fueran SUV y pick-up (manteniendo algunos como el Mustang). Ahora la marca del óvalo pone su foco en Europa, donde quiere asegurarse de la rentabilidad de sus centros de producción y evitar las pérdidas que se han estado registrando en los últimos tiempos.
De esta forma comenzarán a analizar una por una sus fábricas en el viejo continente. Son un total de cuatro plantas de montaje de vehículos y otras cinco adicionales de motores, además de otras instalaciones dedicadas a transmisiones. Y eso nos hace pensar inmediatamente en la fábrica de Almussafes (Valencia), una de las más importantes a nivel nacional, que emplea a nada menos que 7.600 trabajadores.
Todavía no hay detalles sobre este reajuste, pero la marca no dudará en recortar la producción de aquellos centros que no sean rentables. Las decisiones van a ser duras, como han advertido en el comité de empresa europeo. En los dos próximos años se dejará de invertir en aquellos modelos cuya rentabilidad no esté asegurada. Todavía no se han dado detalles sobre los segmentos por los que se apostará pero nos podemos hacer una idea.
La intuición nos dice que puede respirar tranquila por la parte del Ford Kuga, que supone el 50% de su producción y que es el modelo más vendido de la marca en Europa. Además hubo una fuerte inversión el pasado año. Sin embargo, otros modelos que se ensamblan en este centro como los Ford S-Max, Galaxy o las Transit y Tourneo Conect; podrían correr más peligro. Los problemas de la marca en nuestro continente hace que el 12 % de la plantilla, unos 20.000 empleos, puedan estar bajo el punto de mira.
Fuente: Expansión